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Reutilización: incrementando el suministro de agua de manera segura en MENA

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Almar Water Solutions es una compañía especializada en el desarrollo, promoción, financiación, diseño y operación de infraestructuras de agua para el mercado municipal e industrial.

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Oriente Medio es la región más seca del mundo con 18 de sus 22 países con estrés hídrico, por debajo de los 1.000 m3 per cápita en 2014 (AQUASTAT, n.d.b). El uso de aguas residuales tratadas como fuente segura se ha convertido en una realidad para aumentar la disponibilidad de agua en varios estados árabes y conforma ya un objetivo primordial en muchos de los planes nacionales de gestión de recursos en la región.

El acceso a la red de saneamiento es alto en la región, pero la recolección y el tratamiento de aguas residuales siguen siendo más limitado. La cobertura de la red es amplia en general en los centros urbanos más grandes, mientras que las fosas sépticas y los pozos negros siguen siendo comunes en las zonas rurales y en los países menos adelantados (UNESCWA, 2013). Por otro lado, la gestión de las aguas residuales industriales es costosa y polémica en la región. Los químicos y los efluentes biológicos de la industria textil y del curtido en Egipto, Marruecos y otros países árabes afectan a las aguas superficiales y subterráneas. A mayor escala, la salmuera liberada de la desalación incluye residuos químicos que afectan negativamente a los ecosistemas costeros. Las aguas aceitosas que surgen a la superficie durante la extracción del petróleo también contaminan los acuíferos y degrada los recursos de la tierra.

En la mayoría de los países de Oriente Medio, el uso de las aguas residuales en la industria no está siendo una práctica controlada y existen serios problemas con vertidos incontrolados a la red de alcantarillado, insuficiencia en la calidad del agua y la falta de conciencia sobre la necesidad de la protección del medio ambiente. Las aguas industriales vertidas al alcantarillado sin tratar aumentan la carga contaminante de las aguas residuales municipales.

En 2011, el Arab Ministerial Water Council adoptó una estrategia y un plan de acción regional para la seguridad del agua, en la que se demandaba la expansión de la desalación y el uso de aguas residuales tratadas como recursos hídricos no convencionales para compensar el déficit de agua en la región árabe (AMWC, 2011). Paralelamente, se puso en marcha la iniciativa MDG+ para monitorear e informar sobre los servicios de agua, el saneamiento y las aguas residuales en los países árabes, basada en un conjunto de indicadores específicos de la región para examinar el agua potable y las aguas residuales bajo el contexto del entorno de escasez de agua (CESPAO, 2013).

El uso de aguas residuales tratadas como fuente segura se ha convertido en una realidad para aumentar la disponibilidad de agua en estados árabes

Al menos 11 de los 22 estados árabes han adoptado una legislación, emitida por las instituciones nacionales responsables del uso y la descarga de aguas residuales, que permite el uso de aguas residuales tratadas (OMS, 2006b). Jordania y Túnez incluyen el tratamiento de aguas residuales dentro de sus políticas y planes nacionales sobre el agua, e incluyen planes para establecer tarifas por el uso de aguas residuales tratadas y aguas residuales tratadas mezcladas (MWI, 2016a), representando casi el 15% de los recursos hídricos en Jordania (CESPAO, 2015). Por otro lado, se han realizado esfuerzos para tratar y reutilizar el agua producida durante la extracción de petróleo. Omán puso a prueba el tratamiento y el uso de aguas residuales que contienen aceite para el riego y como una alternativa para inyectar el agua de nuevo en los acuíferos.

Las aguas residuales tratadas se utilizan ahora también para apoyar la recarga y el almacenamiento de agua subterránea artificial en la región árabe, donde escasea el agua. En Bahrein, el 7% de las aguas residuales tratadas se utilizan para la recarga de aguas subterráneas

(LAS/UNESCWA/ACWUA, 2015). Mientras tanto, algunos estados árabes están redirigiendo las aguas pluviales y las depuradas hacia los acuíferos, como una forma de manipular las aguas de lluvias y aumentar las reservas de agua, como se hizo por Egipto a lo largo de la costa del Mar Rojo.

Por otro lado, en Túnez la reutilización del agua ha sido una prioridad desde principios de la década de 1980, cuando lanzó una campaña nacional sobre un programa de reutilización del agua para aumentar los recursos hídricos utilizables del país. La mayoría de las aguas residuales reciben tratamiento biológico secundario a través de fangos activados, con algunas limitaciones de tratamientos terciarios in situ. Las restricciones en el uso de aguas residuales tratadas para proteger la salud pública han recibido una atención considerable y se ajustan a las recomendaciones de la OMS. La normativa tunecina permite el uso de efluentes tratados secundarios en todos los cultivos, excepto en verduras, ya sean crudas o cocidas. Los departamentos regionales de agricultura supervisan el uso seguro de las aguas residuales tratadas y los agricultores tunecinos pagan por el agua de riego en base al volumen de agua requerido y la superficie a regar.

La escasez de agua en los países de Oriente Medio está incrementando la reutilización de las aguas residuales municipales para el riego

La escasez de agua en los países de Oriente Medio está incrementando la reutilización de las aguas residuales municipales para el riego. En los países en desarrollo, la agricultura es con diferencia la mayor consumidora de agua y, a medida que aumenta el estrés hídrico, la necesidad de usar las aguas residuales tratadas no convencionales parece la solución técnica más útil. Se proyecta que el creciente estrés hídrico en Oriente Medio causará una mayor necesidad de aguas residuales para riego. Hay importantes avances técnicos para la aplicación de tratamiento de aguas residuales para cumplir y mejorar la normativa legal en la región. Los países de Oriente Medio tienen sus propias normas de reutilización de agua y existe una restricción más estricta para la reutilización de aguas residuales tratadas para alimentos comestibles. Las regulaciones incluyen parámetros convencionales del agua, como pH, BOD, turbidez, coliformes fecales y cloro residual.

Pero la gran ventaja es que la reutilización de aguas residuales tiene numerosos beneficios, tales como la utilización de nutrientes que reducen la necesidad de usar fertilizantes químicos, y la reducción de la necesidad de fuentes de agua dulce. Sin embargo, hay generalmente una barrera social por parte de la población, que no quiere consumir alimentos regados con aguas residuales, incluso aunque haya sido tratada.

Las aguas residuales son una fuente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes, materia orgánica y otros subproductos útiles

En definitiva, las aguas residuales son una fuente potencialmente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes, materia orgánica y otros subproductos útiles. La  mejora de la gestión de las aguas residuales, incluyendo la recuperación y la reutilización segura del agua y otros recursos, proporciona una gran cantidad de oportunidades. Esto es especialmente cierto en el contexto de la economía circular, a través de la cual el desarrollo económico se equilibra con la protección de los recursos y del medio ambiente, la sostenibilidad, y donde un sistema más limpio y la economía sostenible tienen un efecto positivo en la calidad del agua.

La realidad es que en muchas zonas geográficas con escasez de recursos naturales, el tratamiento de agua residual empieza a ser un elemento más en la gestión de los planes de agua, dotando a este recurso la función de sustituir muchos usos que hasta la fecha se hacían con agua potable. Superadas las barreras tecnológicas que garantizan de forma clara la calidad y salubridad del agua con la eliminación de patógenos color y olor, y su adecuado monitoreo de forma continuada, ya no existe ninguna excusa para no utilizar el agua residual tratada en cualquiera de los usos descritos.

La gestión de aguas residuales ya es una parte importante de diferentes ciclos de recursos y está bien posicionada para jugar un papel central en la economía circular. Usar agua tratada para la agricultura y la generación de energía crea oportunidades para la seguridad alimentaria y energética, y puede ayudar a aliviar el estrés causado por la creciente demanda de agua. Esto tendrá un efecto positivo en los suministros de agua dulce, la salud humana y el medio ambiente, la salud ambiental, la generación de ingresos (medios de vida) y el alivio de la pobreza. Además, la reutilización del agua puede generar nuevas oportunidades de negocio y apoyar el avance de una economía verde.

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