Acuicultura: La revolución azul
La acuicultura empezó a practicarse en la década de los 50, pero fue a partir los 80 cuando experimentó un crecimiento exponencial, tendencia que continúa hasta nuestros días.
Una de las razones que propiciaron este desarrollo fue que el aumento en el consumo de pescado sobrepasaba con creces la capacidad de la pesca extractiva. Esta es una de las mayores ventajas de la acuicultura, ya que permite obtener una mayor productividad y no se ve significativamente afectada por estacionalidades. Otros beneficios de la acuicultura son una reducción en la presión sobre los ecosistemas marinos, control del ciclo de vida del pez y unos costes mucho más estables a lo largo del año.
Entre los distintos tipos de piscifactorías, las terrestres destacan por su menor impacto ambiental, ya que no se encuentran en contacto directo con el medio marino. Además, las tareas de mantenimiento se simplifican y la calidad del agua es independiente de las condiciones meteorológicas y ambientales.
El desafío técnico
Si bien hemos mencionado las bondades de la acuicultura terrestre, este sector no está exento de problemática y desafíos técnicos. Estas instalaciones funcionan con agua recirculada, en la cual se acumulan sólidos en suspensión como el pienso no consumido, materia orgánica procedente de excreciones de los peces y partículas que puedan entrar al sistema procedentes del ambiente exterior.
Además de los sólidos en suspensión, otra variable crítica que tiene gran incidencia en la vida de los peces es el oxígeno disuelto. Los nutrientes en el agua y las altas temperaturas favorecen el crecimiento y desarrollo de algas. Éstas consumen parte del oxígeno disuelto en el agua y pueden llegar a provocar la asfixia de los peces por falta de oxígeno, así como un mayor riesgo de enfermedades.
Una solución pez-fecta
Llegados a este punto, podemos deducir que mantener una buena calidad de agua será esencial para obtener un producto de gran calidad y que cumpla con los controles y normativas sanitarias.
Para lograr esto, AZUD cuenta con un gran variedad de soluciones que se adaptan a las necesidades del cliente, como por ejemplo la eliminación de sales disueltas al mismo tiempo que se controla y monitoriza la salinidad del agua. Esto es posible gracias a una combinación de tecnologías única, fruto de nuestros expertos en ingeniería (pero eso lo veremos en otro artículo, suscríbete al newsletter de AZUD para no perdértelo).
El caso que os traemos hoy es de gran interés debido a los grandes beneficios que ha obtenido la piscifactoría desde su implantación.
Nos desplazamos hasta Turquía, a una piscifactoría terrestre de doradas. Esta instalación tenía un gran consumo de agua marina debido a que no disponían de un tratamiento adecuado que permitiera reutilizar el agua, lo que suponía un gran gasto y, además, una gran dependencia de los suministros de agua.
Ante esta problemática, AZUD propuso una instalación compuesta por tres etapas de filtración:
- Primera etapa con filtración de discos autolimpiantes de 100 micras: para la eliminación de sólidos en suspensión orgánicos e inorgánicos procedentes del ambiente y derivados de los peces. La limpieza automática permite reducir significativamente las labores de mantenimiento y reducir el consumo de agua de limpieza.
- Segunda etapa con filtración de discos autolimpiantes de 5 micras: para la eliminación completa de algas (cuyo tamaño oscila entre 10 y 100 micras) y la protección del proceso posterior de microfiltración. Teniendo en cuenta las limitaciones de espacio del cliente, esta parte de la instalación se dispuso en vertical, reduciendo su footprint en un 50%.
- Tercera etapa de microfiltración: para eliminación de partículas mayores de 1 micra. La etapa previa de filtración de discos permite alargar la vida útil de los cartuchos de microfiltración, evitando costes de mantenimiento innecesarios.
Esta triple etapa ha garantizado:
- Una recuperación del 99,5% del agua filtrada gracias a la tecnología de discos.
- Disminución drástica del coste por consumo de agua y vertido al mar.
- Control frente a enfermedades gracias a una mejor calidad de agua.
- Costes de operación inferiores a 0,4 kWh/m3 al tratarse de equipos de baja presión.
Máxima productividad, solución AZUD
Desde AZUD proporcionamos soluciones que maximizan la rentabilidad de los procesos, asegurando un mínimo impacto ambiental y un funcionamiento ininterrumpido. Nuestras instalaciones requieren un mantenimiento tan escaso ¡que algunos usuarios olvidan que están ahí! Por eso, trabajamos en soluciones eficientes que te permiten centrarte en lo realmente importante: hacer crecer tu negocio.
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