Las sequías desencadenan incendios forestales, crisis alimentarias y energéticas, migraciones y desplazamientos forzados, así como conflictos por tierras y agua. Actualmente, 55 millones de personas en todo el mundo se ven directamente afectadas por la sequía cada año.
En este contexto, en la COP27 se lanzó la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía, una plataforma colaborativa que pretende incentivar el compromiso político para reducir la vulnerabilidad de países y comunidades a los impactos de la sequía a través de la incorporación de medidas de preparación y adaptación.
“Esta iniciativa tiene el potencial de generar nuevos consensos para enfrentar las sequías, uno de los fenómenos climáticos que más efectos negativos genera en las poblaciones latinoamericanas y caribeñas. Por eso, desde CAF nos adherimos a esta alianza global: para alinear y potenciar nuestra acción en relación con las estrategias para paliar los efectos de los eventos naturales extremos, que generan pérdidas de hasta un 3% del PIB de América Latina y el Caribe”, dijo Alicia Montalvo, gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF.
La IDRA promoverá un cambio de paradigma en la forma en que se gestiona la sequía, y tiene los siguientes retos:
- Generar impulso político para hacer de la resiliencia a la sequía una prioridad para ser integrada en políticas nacionales de desarrollo y cooperación.
- Catalizar la consolidación de iniciativas regionales que faciliten la acción, la innovación, transferencia de tecnología y conocimientos tradicionales, y movilización de recursos para la resiliencia a la sequía en diferentes niveles.
- Promover la participación de las partes interesadas, incluido el sector privado, para aumentar resiliencia a la sequía.
- Facilitar el intercambio de conocimiento y la creación de redes con otras alianzas y plataformas para aumentar sinergias.
Entre 1998 y 2017, los impactos de la sequía causaron pérdidas económicas mundiales de alrededor de USD 124 mil millones. Todos estos los impactos se ven agravados por el cambio climático, que se espera que aumente la frecuencia, gravedad y duración en de eventos naturales extremos. El último informe del IPCC proyecta que para 2030, la sequía podría desplazar a 700 millones solo en África.