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Franz Rojas: "Sin agua no hay crecimiento, no hay progreso"

  • Franz Rojas: " agua no hay crecimiento, no hay progreso"

Sobre la Entidad

CAF
CAF respalda los esfuerzos que realizan los países de la región para asegurar a toda la población el acceso a servicios adecuados de agua potable y saneamiento, y consolidar una visión integral del manejo de los recursos hídricos.

La V edición de los Diálogos del Agua, que se celebrará en Madrid el próximo 2 de octubre, es un espacio de discusión temática que se organiza anualmente con el objetivo de promover el intercambio de conocimiento y experiencias entre América Latina y España, en torno a asuntos de interés para el sector hídrico. En esta ocasión, el eje será "Agua y resiliencia a los efectos del cambio climático".

Con motivo de la celebración del evento, hemos entrevistado a Franz Rojas. Coordinador de agenda de Agua. Vicepresidencia de Desarrollo Sostenible de CAF.

Pregunta - ¿Cuáles serán los temas a tratar en esta nueva edición de los Diálogos del Agua América Latina – España?

Respuesta - La V edición de los Diálogos del Agua se centra en la relación entre los efectos del cambio climático y la gestión del agua, con efectos muy visibles como son las sequías e inundaciones. En ese sentido, se prevé una exposición de un miembro de Naciones Unidas que disertará sobre los impactos del cambio climático, para dar lugar a un primera sesión, destinada a las sequías, a cargo de la autoridad en gestión del agua de España, seguida de un panel de alto nivel que compartirá sus experiencias en torno a esta temática, compuesto por autoridades de diversos países a cargo de la planeación y regulación de los recursos hídricos, tanto a nivel nacional como regional, así como de representantes a cargo de servicios de agua y saneamiento de importantes ciudades de América Latina.

Se requiere primero avanzar en la institucionalización de los comités o consejos de cuenca– y España es un excelente referente a seguir-

La segunda sesión está destinada a las inundaciones urbanas, que contará con la exposición de un experto en la gestión de desastres de Naciones Unidas, seguida de un panel de alto nivel con personalidades que enfrentaron, en sus respectivos países, situaciones de inundación y trabajan en desarrollar mayor resiliencia ente eventos extremos.

Por el alto nivel de las participaciones, se espera recoger conclusiones que coadyuven en la formulación de propuestas de política pública, aprovechando además la sólida experiencia española en la gestión de eventos extremos.

P. - ¿Cuáles son los efectos más visibles del cambio climático en el agua en el mundo? ¿Y en América Latina? 

R. - Vivimos en un mundo hiperconectado, cuya única constante es el cambio. Los patrones hidrometeorológicos se vienen modificando, en algunos casos en forma abrupta, con lo cual el pronóstico es más complejo e incierto. En los últimos veinte años, la frecuencia de inundaciones se ha acentuado, alcanzando más 3.100 inundaciones en el mundo, con daños significativos tanto en el ámbito urbano como en el rural, afectando viviendas, vías de comunicación, servicios básicos, la producción agrícola y lamentablemente, en varios casos, con pérdida de vidas humanas. Otro efecto del cambio climático son las sequías prolongadas, que a diferencia de las inundaciones, son lentas y progresivas, con efectos indeseables también en el agro -en varios casos generando migraciones aceleradas-, como en el abastecimiento de agua a las ciudades e industrias. Las pérdidas económicas directas causadas por inundaciones y por sequías se estima del orden de los USD 40.000 millones anuales, y con los costos indirectos, la suma es todavía mayor.

En los últimos quince años, las inundaciones se han incrementado en más del 40% respecto al periodo anterior, y las sequías han sido más pronunciadas

Por su parte, América Latina y el Caribe es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. En los últimos quince años, las inundaciones se han incrementado en más del 40% respecto al periodo anterior, y las sequías han sido más pronunciadas, siendo más visible en aquellos países que ostensiblemente tienen buena parte de sus territorios áridos o semiáridos, como el Perú, Argentina o México.

P. - ¿Cómo aumentar la resiliencia ante los efectos del cambio climático?

R. - La base fundamental es la previsión, la planeación y generar una cultura resiliente a los cambios del clima. Precisamente porque observamos fluctuaciones extremas en las temperaturas, la humedad, las precipitaciones y escurrimientos, se requiere una planificación flexible y adaptativa, que involucre al Estado en todos sus niveles y a la Sociedad en su conjunto, es decir, transitar y consolidar una efectiva gobernanza del agua, con poblaciones y comunidades resilientes.

En el plano institucional, hay ejemplos de comités intersectoriales creados para tratar precisamente la gestión de sequías e inundaciones, como en México. En el nivel subnacional, se requiere primero avanzar en la institucionalización de los comités o consejos de cuenca– y España es un excelente referente a seguir- para que en el seno de éstos, en el que participan autoridades, usuarios y la sociedad civil, puedan establecerse tanto planes de gestión de sequías como de control de inundaciones, que involucre aprovechar de infraestructura tanto gris como infraestructura verde para ambos propósitos, disponer de herramientas de gestión, sea para racionar en casos extremos, para delimitar zonas de inundación controlada, para fijar vedas o tarifas en eventos extremos y otros, así como generar mayor cultura ciudadana en torno a la preservación y valoración del recurso hídrico.  

En el ámbito urbano, el concepto de ciudades resilientes involucra contar con servicios básicos adecuados, que posibilite contar con fuentes de agua de reserva y de interconexiones de las redes ante eventos extremos, también regular los asentamientos informales, por ejemplo evitar que se ubiquen en llanuras de inundación -lo cual supone destinar dichas zonas para otros usos-; supone también contar con sistemas de monitoreo y de alerta temprana, de protocolos de emergencia y mecanismos para la oportuna difusión de información a la ciudadanía; ésta última debe a su vez ser corresponsable del cuidado del agua, que requiere un amplio trabajo para revalorizar el agua, no sólo como fuente de alimentación y de salud, sino como pilar del desarrollo sostenible; sin agua no hay crecimiento, no hay progreso.

P. - ¿De qué manera interviene CAF en la gestión de amenazas climáticas en la región?

R. - CAF cuenta con su Estrategia del Agua 2019-2022, que establece líneas programáticas sobre la reducción de riesgos de desastre por efecto de sequías e inundaciones y para el desarrollo de políticas y contribución a la institucionalidad para la gestión integrada del recurso hídrico. Ambas líneas son congruentes con la actuación de CAF en los últimos años, en los que se han financiado proyectos de drenaje pluvial en varias ciudades de Brasil y de Bolivia, así como en la construcción de obras para el control de inundaciones en Argentina y en Ecuador. Por otra parte, se apoya a varios países con la construcción de presas de regulación, que permitan tener suficientes reservas para los tiempos de sequía. De hecho, con el Estado boliviano hemos desarrollado un programa de construcción de presas pequeñas y medianas, destinadas a aumentar la resiliencia climática; y en Perú y Argentina estamos apoyando en la gestión integrada de cuencas, claramente en perspectiva de medidas de adaptación al cambio climático.

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