Los Diálogos del Agua, que se celebrarán en Madrid el próximo 23 de octubre, son espacios de discusión temática que se organizan anualmente con el objetivo de promover el intercambio de conocimiento y experiencias entre América Latina y España, en torno a asuntos de interés para el sector hídrico.
Con motivo de la celebración de esta cuarta edición del evento, hemos entrevistado a Tomas Michel, presidente de la Plataforma Tecnológica del Agua Potable y Saneamiento de la Unión Europea.
Pregunta - ¿Qué papel juega la innovación en la gestión eficiente del agua en Europa?
Respuesta - La innovación juega un papel central y absolutamente decisivo en la gestión eficiente del agua. El sector del agua ha sido tradicionalmente y sigue siendo muy conservador, y poco dado a introducir cambios relevantes tanto en la tecnología como en las infraestructuras, y quizás algo menos en el apartado de la gestión, donde la innovación, a mi parecer, puede aportar mayor valor añadido.
Desde el documento de Visión 2030 de WssTP proponemos cuatro grandes ejes de innovación: 1) reconocer el valor real del agua (y actuar en consecuencia), 2) reconocer el potencial, y aceptar la necesidad de que debemos hacer uso obligado de un mix de diferentes aguas, para diferentes usos, y por diferentes usuarios, 3) empoderar a administración, gestores y la sociedad con el Agua Digital, y 4) incluir a la naturaleza (las infraestructuras verdes) en nuestros diseños de infraestructura gris con el fin de proponer soluciones de infraestructura más sostenibles.
Quizás debamos abogar también por una sociedad más “circular”, en la que no prevalgan las necesidades y derechos individuales, de diferentes usuarios, sino un interés general, más colaborativo e inclusivo
P. - ¿Por qué cree que es importante el debate sobre la innovación en el ciclo urbano del agua y su relación con la economía circular?
R. - Debemos movernos hacia un nuevo uso del agua, y un nuevo contrato social al respecto de este recurso. Las palabras clave son sostenibilidad, eficiencia, y gobernanza. La innovación nos permitirá conocer mejor cuales son todos los stocks de diferentes aguas a nuestra disposición, informar sobre su cantidad y calidad, así como, sobre todos los consumos en punto de uso, todo ello en tiempo real. Es lógico pensar que el mero hecho de disponer de esta información, que hoy no siempre tenemos, hará más eficiente el uso del recurso, no solo en el ciclo urbano del agua, sino en general. Adicionalmente, la disponibilidad de esta información para administración, gestores y usuarios - y esto será lo más transformador - permitirá y dará lugar a, nuevas formas de gobernanza.
La economía circular no deja de ser una propuesta conceptual que propone una nueva gobernanza para el uso del agua pasando de un flujo lineal (captación, consumo, depuración, y vertido al medio) a un esquema circular de reaprovechamiento de agua, residuos y energía. Quizás debamos abogar también por una sociedad más “circular”, en la que no prevalgan las necesidades y derechos individuales, de diferentes usuarios, sino un interés general, más colaborativo e inclusivo.
P. - ¿Cuáles identifica como las tendencias de innovación más importantes en el sector del ciclo urbano del agua?
R. - Hay varias, pero destacan sobre todo dos por su potencial disruptor. Por un lado, aquellas innovaciones relacionadas con los nuevos materiales y la nanotecnología creo que aportarán tanto nuevas soluciones (nuevas propiedades en membranas, nuevos sensores), como también nuevos problemas que deberemos resolver (p.e. el problema de los microplásticos).
Pero si hay una tendencia clara por su impacto y potencial, es aquella relacionada con “nuevas tecnologías” (sensórica, el big data y la nube, el internet de las cosas, el blockchain, o las tecnologías y protocolos de transferencia de datos y comunicación cada vez más rápidos y eficientes). Todo ello lo agrupamos en WssTP con el término Agua Digital. El Agua Digital provocará un cambio disruptivo muy importante cualitativa y cuantitativamente en la gestión del agua, mejorando sostenibilidad, eficiencia y gobernanza.
P. - ¿Qué herramientas o políticas se impulsan desde Europa para fomentar esta innovación en materia del ciclo urbano del agua?
R. - La herramienta principal de Europa para la I+D y la innovación es el programa HORIZON 2020. Este programa todavía está plenamente en vigor, y tiene una vigencia de 7 años (2014-2020). Horizon 2020 está dotado de un presupuesto de 77 billones de euros.
Esto en la última década se ha traducido en la movilización de 190 millones de euros para cooperación con países latinoamericanos a través de la participación en unos 1500 proyectos europeos
P. - En relación a lo anterior, ¿cuáles son las inversiones previstas?
R. - Para los años 2018, 2019 y 2020 está previsto invertir un importe cercano a los 30 billones de euros. Es complicado definir exactamente cuál es la aportación que corresponde al agua dentro de este programa, dada la preponderancia y relevancia del agua fuera de su propio sector, como p.e. en sectores tan diferentes como la energía, la alimentación, el ocio, etc.
La última parte de Horizon 2020 se retroalimenta de las conclusiones y resultados del programa hasta 2017. Respondiendo a las prioridades actuales de la Comisión Europea, incluye en su último tramo medidas para promover innovación que llegue al mercado, como el European Innovation Council (EIC) dotado con 2,7 billones, y una simplificación de procedimientos, para agilizar y promover la participación.
Además, se contemplan ahora cuatro áreas focales de interés específico que responden a los acuerdos sobre el clima de París y los ODS de Naciones Unidas (3,3 billones), la economía circular (941 millones), la digitalización de industria y servicios (1,7 billones), la seguridad (1 billón) y problemas migratorios (200 millones). El agua tiene un papel relevante en las tres primeras áreas, e incluso aunque colateralmente, no deja de ser central para las causas que subyacen al origen último de los problemas migratorios.
P. - En este sentido, ¿de qué manera se impulsa en Europa la transmisión de esta innovación hacia el continente latinoamericano?
R. - Las relaciones entre la Unión, Latinoamérica y los países del Caribe se fomentan en la relación UE-CELAC. La CELAC es el interlocutor oficial para las cumbres regionales, y todo aquello relacionado con las alianzas estratégicas.
En 2010 se estableció la Iniciativa Conjunta para la Investigación y el Desarrollo (JIRI), cuyas áreas prioritarias de cooperación son la bioeconomía para asegurar la seguridad alimentaria, las energías renovables, la biodiversidad y el cambio climático, las tecnologías de la información y comunicación, y la salud.
EUROCLIMA+ es otro ejemplo muy directamente relacionado con el agua: promueve el desarrollo sostenible y la resiliencia climática en 18 países latinoamericanos
En el periodo de 2014 a 2020 la Unión habrá dedicado 925 millones de euros a la cooperación regional con América Latina.
805 millones se dedicarán a iniciativas regionales, focalizadas en áreas prioridades como el desarrollo humano sostenible e inclusivo, la sostenibilidad ambiental y el cambio climático, o la educación superior (programa ERASMUS+).
Otros 120 millones darán soporte a iniciativas de desarrollo a nivel subregional en América Central, cubriendo entre otras prioridades el cambio climático y la gestión de desastres naturales.
Tanto HORION 2020, a pesar de que ningún país latinoamericano tenga estatus de “país asociado”, como el programa ERASMUS+ son accesibles para instituciones de investigación, investigadores particulares y científicos de Latinoamérica.
Esto en la última década se ha traducido en la movilización de 190 millones de euros para cooperación con países latinoamericanos a través de la participación en unos 1500 proyectos europeos. Brasil, Méjico y Argentina están el top 15 de partners de investigación internacionales.
De los estudiantes latinoamericanos que deciden cursar estudios en el extranjero, un tercio elije Europa como destino. ERASMUS+ subvenciona más de 1400 ayudas individuales al año, para estudiantes latinoamericanos y del Caribe.
Finalmente, EUROCLIMA+ es otro ejemplo muy directamente relacionado con el agua. Promueve el desarrollo sostenible y la resiliencia climática en 18 países latinoamericanos. Se lanzó en 2010, fue revisado recientemente en 2017, y continuará hasta 2022 con un presupuesto global de 88 millones de euros.