A medida que empieza la temporada de lluvias, el riesgo de brote de enfermedades aumentará en los países de la región del Lago Chad como Nigeria, Níger y Chad. Esto agrava la crisis humanitaria a la que se enfrentan ya 2,4 millones de personas desplazadas por el conflicto entre Boko Haram y las operaciones militares para combatirle.
La mayoría de las personas desplazadas viven en campamentos con puntos de agua inadecuados y con infraestructuras de higiene y saneamiento de mala calidad. Estas condiciones empeorarán con la llegada de la estación lluviosa que provoca enfermedades transmitidas por el agua como la fiebre tifoidea, el cólera, la malaria y la hepatitis E. En Níger, por ejemplo, cientos de personas de la región de Diffa están afectadas por la hepatitis E. Ya se han reportado más de 30 muertes, principalmente de mujeres embarazadas. También se han reportado casos de hepatitis E en el norte de Nigeria, en la frontera con Níger.
La temporada de junio a agosto es conocida también como la temporada de escasez en la mayoría de las zonas de producción agrícola. El número de personas que requieren asistencia alimentaria durante este período crecerá. En Nigeria, el número de personas que están en riesgo de hambre ya ha aumentado de 4,7 millones a 5,2 millones.
La mayoría de las personas desplazadas viven en campamentos con puntos de agua inadecuados y con infraestructuras de higiene y saneamiento de mala calidad
Esta situación se está convirtiendo en alarmante para las agencias humanitarias como Oxfam (Oxfam Intermón en España) que verán limitado el acceso a las personas necesitadas de ayuda. La lluvia podría llegar a suspender el trabajo en algunas zonas de Nigeria al destruir puentes y caminos. Este será un gran desafío también en Níger y Chad, donde las condiciones de las carreteras ya son deficientes. En Chad, además, con la estación de las lluvias, los refugios ya de por sí precarios se verán seriamente perjudicados.
Danielle Lustig, coordinadora de la emergencia en la región del Lago Chad para Oxfam, afirma que: "Hay millones de personas en una situación extremadamente frágil y vulnerable, que han vivido horrores inimaginables, sufren algún grado de desnutrición, y que en los próximos meses podrían pagar un precio muy alto a menos que podamos responder a sus necesidades urgentes".
Oxfam está acelerando la construcción de suficientes instalaciones de agua y saneamiento antes de que la temporada de lluvias dificulte el acceso a la población desplazada y las comunidades de acogida. Ahora, más que nunca, es clave garantizar agua limpia.
En Rann, al noreste de Nigeria, Oxfam está realizando una prevención masiva contra el cólera a través de la promoción de la higiene, provisión de kits de prevención del cólera y capacitación de voluntarios comunitarios de salud. Oxfam es consciente de la posibilidad real de que en las próximas semanas, debido a la lluvia, no pueda acceder a Rann si hay un brote de cólera.
Miles de personas en movimiento
Desde hace un par de meses, la gente se ha mudado del campo de refugiados de Minawao en Camerún a Nigeria. Entre el 30 de abril y el 31 de mayo, aproximadamente 12.000 personas se trasladaron a Banki, una ciudad fronteriza en Nigeria. Alrededor de 5.000 personas se trasladaron a Pulka, una pequeña ciudad donde los actores humanitarios como Oxfam están advirtiendo constantemente que las condiciones no son ni dignas ni seguras. En la actualidad, la población de Pulka no puede contar con más de cinco litros de agua por persona y día, lo que está muy lejos del estándar mínimo humanitario de 15 litros.
Oxfam trabaja en Pulka desde febrero de 2017, mejorando el acceso limitado al agua, construyendo letrinas e instalaciones para la higiene, distribuyendo bidones y promoviendo la salud pública. Oxfam también ha iniciado un programa de "dinero a cambio de trabajo" que beneficiará a 600 hogares apoyando la rehabilitación de la infraestructura pública y el drenaje.
Para evitar que el peor pronóstico se convierta en realidad, Oxfam pide coordinación en los movimientos de población para garantizar el acceso a una asistencia segura y a tiempo. Hacemos un llamamiento a las autoridades para que garanticen que todos los movimientos de personas sean seguros, dignos, voluntarios y plenamente informados, sobre el viaje y especialmente sobre lo que les espera cuando lleguen a destino.