La Comisión insta a Irlanda a adoptar las medidas necesarias para garantizar la salubridad y la limpieza del agua destinada al consumo humano y a adoptar las medidas correctivas necesarias lo antes posible para restablecer su calidad.
Irlanda ha incumplido las obligaciones que le incumben en virtud de la Directiva 98/83/CE, sobre el agua potable, por lo que se refiere a los niveles de trihalometanos (THM) en las zonas y regímenes de abastecimiento de agua potable, lo que expone a cerca de 300 000 habitantes a riesgos potenciales para la salud.
Los altos niveles de THM se han relacionado con enfermedades que afectan al hígado, los riñones y el sistema nervioso central, con riesgos de cáncer de vejiga y de colon, así como con efectos sobre el crecimiento y la viabilidad del feto y riesgos de malformaciones fetales. Aunque se han realizado algunos progresos, Irlanda no cumple las normas desde diciembre de 2003. Por lo tanto, la Comisión envía un dictamen motivado a este país, que dispone ahora de cuatro meses para remediar la situación.
Si Irlanda no adopta medidas adecuadas, la Comisión puede optar por llevar el asunto ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.