La Comisión exhorta a Grecia a que cumpla las normas de la UE sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas (Directiva 91/271/CEE del Consejo). Con arreglo a la Directiva, las poblaciones y las ciudades están obligadas a establecer la infraestructura necesaria para recoger y tratar las aguas residuales urbanas. Las aguas residuales no recuperadas o no tratadas pueden poner en peligro la salud humana y contaminar los lagos, los ríos, el suelo y las aguas costeras y subterráneas. La Comisión envió a Grecia una carta de emplazamiento al respecto en mayo de 2020.
El objetivo del Pacto Verde Europeo es orientar a la UE hacia un objetivo cero en materia de contaminación, que beneficia a la salud pública, al medio ambiente y a la neutralidad climática.
Los datos facilitados por Grecia pusieron de manifiesto que, en 209 aglomeraciones, las aguas residuales urbanas, antes de ser vertidas, ni se recuperan correctamente, ni se tratan de forma adecuada. Además, Grecia cuenta con un número excesivo de «sistemas individuales u otros sistemas adecuados» (por ejemplo, fosas sépticas) que no se ajustan a las normas de la Directiva.
Por consiguiente, la Comisión ha decidido enviar un dictamen motivado a Grecia, concediéndole dos meses para poner remedio a esta situación; de no hacerlo, la Comisión puede optar por remitir el asunto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.