El sector del regadío es el principal usuario del agua en nuestro país y un papel importante hacia la sostenibilidad en este sector lo tienen las Comunidades de Regantes, con quienes iniciamos este ciclo de entrevistas llamado "El regadío en España" (#RegadíoiAgua), que nace con el objetivo de poner en primera plana la situación del regadío en España. En esta ocasión hablamos Fernando Sánchez, secretario gerente de la Comunidad de Regantes Palos de la Frontera (Huelva).
Pregunta: En primer lugar, nos gustaría conocer su trayectoria profesional hasta el puesto que ocupa actualmente.
Respuesta: Soy licenciado en Química Industrial por la Universidad de Sevilla. Empecé mi etapa profesional en una empresa de suministro de agua, Prosein, como responsable de Control de las ETAM y EDAR, Estaciones de Tratamiento de Agua Potable y Depuración de Aguas Residuales de toda la provincia de Huelva. De ahí pasé a ser el responsable del Servicio Municipal de Aguas y el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Palos de la Frontera (Huelva) y tras esa experiencia, impulsé y fui uno de los creadores de la Comunidad de Regantes Palos de la Frontera, de la que soy su gerente desde sus inicios en 1999.
P.- ¿Qué filosofía y objetivos maneja la Comunidad de Regantes?
R.- La filosofía de la comunidad de regantes se basa en la igualdad de derechos y obligaciones. La búsqueda de ese equilibrio y esa equidad ha sido uno de los puntos básicos de nuestro camino, de nuestra creación como comunidad de regantes. Y hasta ahora creo que lo hemos conseguido.
Por otra parte el respeto al entorno y al medio ambiente es otro pilar de nuestra filosofía. La presión ambiental que corríamos a finales de los 90 de podernos quedar sin agua por el mal uso del acuífero fue lo que nos hizo embarcarnos en el proyecto de esta comunidad de regantes. Había que sustituir el agua del acuífero por agua superficial. Fue uno de los grandes retos que no embarcó en esta andadura.
En cuanto a los objetivos que tenemos en esta comunidad, destaca por encima de todos conseguir el agua necesaria para que nuestros cultivos estén garantizados. Sin esa garantía todo lo demás está de más. Y, por supuesto, no cesamos nunca en el empeño de conseguir que esa agua se pueda distribuir al menor coste posible. Otro de los grandes objetivos pasa por defender los intereses de los comuneros ante las administraciones públicas y desarrollar aquellos proyectos que puedan beneficiarle o que ellos mismos soliciten. En definitiva, no perder nunca la vocación de servicio que tiene una comunidad de regantes.
P.- ¿Con qué número de comuneros cuenta?
R.- Actualmente somos más de 500 comuneros que representan a más de 1000 agricultores. Además, hay más de 160 entidades asociativas constituidas en diversas formas mercantiles.
P.- ¿Cuántas hectáreas de superficies agrícola engloba?, ¿cuáles son los cultivos principales que trabajan?
R.- Nuestro perímetro de riego tiene una superficie de 3376 hectáreas, que se dividen en tres sectores de riego de unas 1000-12000 hectáreas cada uno, repartidos entre los términos municipales de Palos de la Frontera y Moguer. Su capacidad de crecimiento está muy limitado, ya que por una parte tenemos el océano Atlántico y el río Tinto y por otra toda la presión medioambiental del Parque Nacional de Doñana.
Nuestra comunidad de regantes hace unos años era prácticamente de monocultivo, centrado en el fresón, en lo cual nuestros comuneros son pioneros. La fresa existe en nuestra agricultura desde hace más de 100 años. Es cierto que en los últimos años estamos asistiendo a una diversificación hacia otra berries como frambuesas, arándanos o moras.
P.- ¿De dónde proviene el agua que abastece a la Comunidad?
R.- Del sistema general Andévalo-Chanza-Piedras, que depende de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía desde el año 2005 en que se hizo la transferencia desde el Estado a las distintas autonomías.
P.- ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta esta comunidad de regantes?
R.- El principal es poder garantizar el volumen de agua que necesitan nuestros cultivos. Las dotaciones actuales de agua con las que cuentan las comunidades de regantes de Huelva son deficitarias, así que la lucha ante la administración para regularizar esta situación es constante.
Otro de los grandes problemas es mejorar los costes energéticos. En España la presión de los impuestos de la energía son elevados, lo que hace que ya haya cultivos que en muchas partes no sean sostenibles por ese elevado coste de energía.
Un tercer problema es buscar servicios nuevos para ofrecer a los comuneros: limpieza de arroyos, gestión de residuos y servicios o proyectos que, en general, nuestros comuneros entiendan que le son beneficiosos.
P.- En materia de i+D, ¿cómo ha ayudado a solventar los problemas actuales de los regantes?
R.- Desde esta comunidad de regantes siempre hemos apostado por la I+D a través de diferentes vertientes. Es el caso de la formación. Para nosotros es una obsesión que nuestros comuneros tengan la máxima formación e información para aplicar a su gestión diaria. Por ello, a lo largo de estos años hemos organizado cursos y jornadas sobre distintas materias como informática, transporte, manipulación, fertirrigación…
Además hemos llegado a acuerdos con bastantes empresas sobre técnicas y métodos de riego que pretenden implantarse en nuestro sector y que a través nuestra comunidad se las hacemos llegar a los socios. Tenemos implantado el Servicio de Asesoramiento al Regantes (SAR) para que los técnicos atiendan preguntas y den respuestas a los problemas que se le presentan en el riego a nuestros comuneros. Además hemos creado parcelas experimentales donde implantar esos sistemas nuevos de riego y gratuito para nuestros asociados para demostrar su eficiencia y su eficacia. De esta manera cuando la implanten en sus cultivos lo harán con todas las garantías. Por otra parte hace unos años instalamos una estación meteorológica para que todos nuestros comuneros puedan tener, a través de la web, información puntual sobre previsiones futuras y la situación actual. Con esas previsiones meteorológicas ellos pueden regular su metodología de riego.
P.- ¿Cuál es su opinión sobre el Plan Nacional de Regadíos actual?
R.- Desde mi punto de vista el Plan Nacional de Regadíos no recoge ni da solución a los grandes problemas que tiene España. Se trata de un plan muy politizado y subjetivo donde priman los intereses partidistas y personales de los que mandan en cada momento sobre los demandas reales de los usuarios. Prueba de ello es que en cada legislatura se pretende hacer un nuevo plan tratando de derogar el plan anterior y sin pensar en lo que realmente es el futuro de la agricultura. Y esta politización se agrava por el traspaso de competencia a las autonomías. Hay un Plan Nacional donde intervienen 17 comunidades autónomas cada una con sus intereses particulares y partidistas que hacen imposible el consenso y la unidad de criterios.
P.- En estos momentos, ¿cuál es la realidad del agua de regadío en nuestro país?
R.- Para mi está basada en territorios muy descompensados hidráulicamente, es decir, en unos sobra y en otros falta agua y esto se debe a la incapacidad de acuerdo en la importancia que tiene la ley de los trasvases. En el último Congreso Nacional de Comunidades de Regantes celebrado en mayo en Alicante el mundo del regadío volvió a mandar de forma unánime un mensaje de unidad y solidaridad entre todos los territorios. Todos estamos de acuerdo en que los excedentes de agua que se producen en una parte de España podemos y debemos compartirlo con quienes no lo tiene. Hace no mucho leí una reflexión de mi querido amigo Pepe Andújar que decía que los políticos se preocupan por que llegue el wifi a todos los puntos de nuestro territorio y no son capaces de pensar que es mucho más importante que llegue el agua a todas partes.
Otro de los problemas del regadío es que hay demasiada presión de los grupos medioambientalistas. Se les está dando un valor y un espacio a este tipo de organizaciones que creo que está desmesurado. Para nosotros el mayor agente medioambiental que tiene el territorio es el que vive en él, el agricultor, mucho más que el que tiene carácter urbano y no entiende las necesidades de la tierra.
Otro punto a destacar es la gran necesidad de muchas más obras de regulación. Necesitamos almacenar y controlar la riqueza que tiene España en su pluviometría, porque vemos que territorios que tiene un enorme grado de pluviometría entran en sequía si bajan ligeramente sus niveles. Es lo que está pasando en Galicia, por ejemplo. Por lo tanto necesitamos más regulación. Los ríos se desbordan y nos hemos tenido capacidad de regular ese volumen de agua que hemos tirado al mar cuando otros territorios están en sequia
Por último, el componente político. Como he dicho antes hay una politización muy grande del agua que no compagina con las necesidades de los agricultores. Yo apostaría, y en ese sentido voy en sintonía con la Federación Nacional de Comunidades de Regantes, por devolver las competencias en materia de agua al estado, que sea una administración única la que controlara el agua en todo el país.
P.- Por último, ¿cuáles son los principales retos a los que deben hacer frente las comunidades de regantes en España?
R.- Quiero empezar proponiendo la profesionalización de sus directivos y gestores. Nuestro mundo sigue teniendo mentalidad rural y dejamos en manos de los demás la defensa de nuestros intereses. Tenemos que empezar a creernos la importancia que tiene el sector agroalimentario en España, ya que somos la huerta de Europa. Tenemos que reclamar y ocupar las sillas donde se negocian y acuerdan nuestros intereses.
Tenemos que tratar de ser un poco más eficiente en el uso del agua. Para eso hay que avanzar en la modernización y en la mejora de los sistemas de riego. Hay territorios muy avanzados como pueden ser Huelva o Almería pero a otros les queda un largo camino que recorrer. Para cumplir ese objetivo hace falta más ayuda a las grandes inversiones que venimos haciendo y en las que tenemos que seguir avanzando.
En otro orden de asuntos, hay que incidir en los costes energéticos. Uno de los grandes retos es como abaratarlos. Ahora empezamos ya a hablar de ayudas a los parques solares y el autoconsumo de energía. Somos un país que, por su situación geográfica, tenemos al sol a nuestra disposición, por lo que tenemos que incentivar y ayudar a las comunidades de regantes que eligen este camino. Una buena medida que acabamos de recibir es la anulación del impuesto al sol.
Por último, las comunidades de regantes y en general todo el mundo de la agricultura de regadío deberíamos invertir más en imagen y en buenas prácticas ambientales. Creo que el concepto que tiene la sociedad urbana del regadío y de la agricultura no se corresponde con la realidad.