Connecting Waterpeople
RENOLIT ALKORPLAN
FLOVAC
IIAMA
Catalan Water Partnership
Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER)
Fundación CONAMA
AECID
s::can Iberia Sistemas de Medición
GS Inima Environment
Grupo Mejoras
EPG Salinas
ADECAGUA
ESAMUR
Cibernos
Molecor
MonoM by Grupo Álava
Likitech
LABFERRER
AGS Water Solutions
Ingeteam
Esri
Saleplas
Cajamar Innova
Consorcio de Aguas de Asturias
SEAS, Estudios Superiores Abiertos
MOLEAER
DATAKORUM
Netmore
Innovyze, an Autodesk company
Control Techniques
Danfoss
Bentley Systems
Fundación We Are Water
Sivortex Sistemes Integrals
Confederación Hidrográfica del Segura
ECT2
Laboratorios Tecnológicos de Levante
Vector Energy
Kurita - Fracta
Aqualia
NTT DATA
LACROIX
Schneider Electric
DHI
TEDAGUA
Minsait
Saint Gobain PAM
ADASA
ACCIONA
ITC Dosing Pumps
Blue Gold
Regaber
Baseform
AZUD
Xylem Water Solutions España
CAF
Agencia Vasca del Agua
UPM Water
Elmasa Tecnología del Agua
Global Omnium
UNOPS
Fundación Botín
Telefónica Tech
ONGAWA
Lama Sistemas de Filtrado
AGENDA 21500
IAPsolutions
Filtralite
STF
TFS Grupo Amper
Fundación Biodiversidad
Barmatec
SCRATS
Sacyr Agua
ABB
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia
NSI Mobile Water Solutions
Elliot Cloud
Rädlinger primus line GmbH
Almar Water Solutions
Kamstrup
ICEX España Exportación e Inversiones
Idrica
Asociación de Ciencias Ambientales
TecnoConverting
Amiblu
ISMedioambiente
J. Huesa Water Technology
Cimico
Red Control
Terranova
AMPHOS 21
Smagua
Mancomunidad de los Canales del Taibilla
Isle Utilities
EMALSA
HANNA instruments
FENACORE
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
DAM-Aguas
Gestagua
Aganova
Hidroconta
KISTERS
VisualNAcert
Gobierno de la Comunidad de Madrid

Se encuentra usted aquí

Bobok, el sapo que salvó a los yaquis de la sequía

Sobre la Entidad

CONAGUA
La Comisión Nacional del Agua fue creada el 16 de enero de 1989, con la misión de administrar y preservar las aguas nacionales para lograr su uso sustentable.
Minsait
  • Bobok, sapo que salvó yaquis sequía
  • Conoce esta #LeyendaDelAgua de los antiguos pobladores de #Sonora.

Se dice que hace muchos años una terrible sequía azotó el territorio yaqui, en lo que hoy es el estado de Sonora. Cuentan que los pozos se secaron hasta la última gota, que el suelo bajo los pies ardía como una brasa eterna y que las piedras se calcinaban hasta convertirse en polvo. Los ocho pueblos yaquis padecían sed y enfermedades por la falta de agua.

Los jefes de los ocho pueblos se reunieron y decidieron comunicarse a toda costa con Yukudios de la lluvia. Fue así que los sabios eligieron al noble gorrión para que surcara los cielos con sus incansables alas y le llevara el mensaje a Yuku, ante el cual exclamó:

– He venido en nombre de los ocho pueblos a pedirte el favor de tu lluvia.

A lo cual la deidad respondió:

– Con gusto gorrión. Vete sin preocupación y dile a tus señores que muy

pronto tendrán lluvia.

El gorrión voló tan rápido como pudo, pero antes de llegar a tierra el cielo se plagó de nubes y mortíferos relámpagos. Entonces, se formó un tornado que alcanzó al ave y el agua no llegó al territorio yaqui.

Al no regresar el gorrión, los jefes ordenaron que fuera la golondrina a platicar con Yuku. La valerosa ave emprendió el vuelo hasta encontrarse con el dios de la lluvia y le suplicó que le regalara un poco de agua a los yaquis, quienes morían de sed. Yuku contestó sin vacilar:

– Ve sin preocupación con tus jefes y ten la seguridad que tras de ti llegará la lluvia.

La golondrina se enfiló hacia la tierra satisfecha con la promesa de Yuku, pero al igual que el gorrión, fue atrapada por el viento y un relámpago la golpeó. De ella no se supo más y ni una gota de agua cayó.

Los ocho sabios, en su desesperación, optaron por otro mensajero, el sapo Bobok, quien vivía en Bahkwam (laguna). Los jefes se reunieron con él en Vícam (un poblado de Guaymas). Ahí le encomendaron la misión.

Bobok regresó a Bahkwam, pero antes visitó a un amigo que era chamán y le pidió que le prestara unas alas de murciélago. Al día siguiente, el sapo aladosubió al cénit hasta toparse con Yuku, a quien le dijo:

– Señor, no trate tan mal a los yaquis. Envíenos un poco de agua para beber porque morimos de sed.

Yuku respondió de la misma forma en que lo hizo con el gorrión y la golondrina. Entonces, Bobok fingió marcharse pero se ocultó. Repentinamente, el cielo se nubló, los relámpagos iluminaron la bóveda celeste, los vientos soplaron con furia y comenzó a llover. Finalmente, el agua llegó a la tierra pero no tocó al sapo.

Bobok se elevó mucho más arriba que la lluvia mientras cantaba: “¡kowak, kowak, kowak!”. Yuku escuchó al sapo e hizo que lloviera de nuevo. El batracio con alas de murciélago guardó silencio y la lluvia paró. Tras unos instantes, Bobok reinició su canto y se lanzó a la tierra. El dios de la lluvia mandó un diluvio para matarlo, mas no lo encontró, y así el agua humedeció todo el territorio yaqui.

Las tormentas llenaron de nuevo los pozos y apaciguó la sed de los yaquis. De pronto los sapos fueron abundantes y todos cantaban felices. Bobok devolvió al chamán las alas prestadas y regresó a vivir con paz en Bahkwam.