La Confederación Hidrográfica del Ebro, organismo autónomo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), ha inaugurado esta mañana el espacio expositivo y divulgativo sobre el agua y su gestión "Espacio HIDRO-lógico El Molino de la Casa Blanca" ubicado en este emblemático edificio integrado en el Canal Imperial de Aragón, en Zaragoza.
En el acto de inauguración ha dado la bienvenida la presidenta del Organismo, María Dolores Pascual, a los invitados entre ellos, Joaquín Olona; la directora del Instituto Aragonés del Agua, Inés Torralba; el concejal presidente de Juntas Ciudadanas del Ayuntamiento de Zaragoza, Javier Rodrigo; el presidente de la Comunidad de Usuarios del Canal Imperial de Aragón, Javier Berdejo; el presidente de la Asociación Casablanca Tomás Pelayo, Gonzalo Martínez; el presidente de la Federación de Asociaciones de Barrios, Manuel Arnal y representantes de instituciones, centros museísticos o divulgativos de la ciudad de Zaragoza .
Pascual ha destacado la importancia de la divulgación y de la formación sobre todo para los escolares. Si queremos sociedades participativas necesitamos sociedades formadas. Este espacio, según ha añadido "es un proyecto que nació de la preocupación que tenemos quienes formamos parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro por compartir lo que sabemos sobre el agua y lo que pensamos que debe ser un futuro con agua. Es un punto de encuentro para el conocimiento y la reflexión".
El espacio Casa Blanca ha sido fruto del interés por la divulgación de trabajadores de todas las Unidades de la CHE, incluida la presidenta, que han aportado su labor de forma desinteresada. Quiere sumarse a la oferta cultural y de ocio de la capital aragonesa, aportando una visión didáctica, interactiva y novedosa sobre el agua y la cuenca. Además, pretende acercar esta Administración y todo su trabajo a la ciudadanía a través de un planteamiento participativo.
La visita incluye la explicación mediante monolitos de hitos del Canal Imperial en el entorno, como el propio Molino, las esclusas y los restos del antiguo puerto de Casa Blanca, testigo de un pasado de navegación en el Canal.
El proyecto empezó a fraguarse a partir de los trabajos de recuperación de la Fuente de los Incrédulos en 2013 y del edificio del Molino a partir de 2014. El espacio y el entorno se convierten así en la sede natural del programa divulgativo de la CHE "Ven a Conocernos", que se desarrollaba en el edificio principal de la Confederación y se suma a las visitas guiadas al embalse de El Grado (Huesca) y su centro de interpretación del Agua.
El espacio expositivo interior y exterior
Situado en el Canal Imperial y marco privilegiado de la exposición, es un entorno especialmente relevante ya que esta infraestructura narra la historia de cómo el hombre se ha ayudado del agua en su lucha por mejorar sus condiciones de vida, utilizándola como regadío para multiplicar la producción de las tierras, como elemento de comunicación y transporte de mercancías y viajeros, como medio para generar riqueza y bienestar a su paso.
La visita interior comienza de la mano de Ramón de Pignatelli que nos explica el nombre del espacio HIDRO-lógico (relacionado con el agua y el modo de pensar aplicando el sentido común). Y cuenta con estas partes diferenciadas:
- zona expositiva en sentido estricto con información que nos sitúa en la cuenca del Ebro y en la función de las Confederaciones Hidrográficas. Aquí se nos lleva al pasado (Ramón de Pignatelli, Joaquín Costa, Manuel Lorenzo Pardo), al presente de la gestión del agua (calidad de las aguas, vertidos, usos y explotación de infraestructuras) pero también a un futuro y la necesaria conservación de un recurso tan necesario como escaso.
- zona de videowall destinada a la conexión en tiempo real con los técnicos del SAIHEbro en su centro de control y a la emisión de documentos audiovisuales de apoyo a las visitas.
- maqueta, uno de los elementos más destacados del espacio, con una superficie de 20 m² incluye una narración que se activa de forma programada sobre el ciclo del agua, los usos y la necesaria implicación de todos en el cuidado de las masas de agua y también efectos especiales para reproducir tormentas, crecidas, la gestión de embalses, la actividad humana en la cuenca...
- sala de cierre donde se obtienen conclusiones, se hacen preguntas y donde se juega. Allí nos encontraremos con el profesor Fontibre, que nos hace pensar en cómo gestionar la cuenca, con un juego sobre las especies invasoras y con conceptos como la huella hídrica.
En el exterior se pueden visitar la Fuente de los Incrédulos, el exterior del Molino, las esclusas y los restos del puerto fluvial.
Programa de visitas
En esta primera fase del espacio las visitas seguirán las dinámicas del programa "Ven A Conocernos" abiertas a grupos de todo tipo (especializado, escolar, grupos generalistas) que se realizarán los martes y jueves en horario de mañana, siendo el público escolar el más destacado para el programa.
Para tener información sobre el espacio, disponibilidad de visitas, etc, se puede contactar con la CHE a través de su servicio de Divulgación en el correo divulgacion@chebro.es o el teléfono 976 71 10 50.
El Molino de Casablanca y su historia
El Canal Imperial de Aragón es una de las principales obras de ingeniería hidráulica de la Cuenca del Ebro, impulsado Ramón de Pignatelli.
El área es, junto con el complejo de El Bocal, arranque del Canal en Fontellas (Navarra), otro de los hitos de esta infraestructura. En 1776 la Real Sociedad Económica de Amigos del País promovió la construcción de lo que sería el puerto de Casa Blanca. El complejo estaba formado por un puerto para el desembarco, varios batanes y molinos, una almenara de desagüe, dos esclusas, dos puentes, una fuente, una iglesia, caballerizas y la Casa de San Carlos, posada vulgarmente conocida en la época como la Casa Blanca.
El puerto de Casa Blanca jugó un papel relevante en la Guerra de Independencia, siendo primero usado por los sublevados aragoneses como línea defensiva para cubrir el flanco sur de Zaragoza, y más tarde, por el ejército francés como ruta de abastecimiento.
En el periodo posbélico empezó el declive del uso navegable del canal, fundamentalmente debido a las nuevas diligencias, más cómodas y rápidas. La llegada del ferrocarril, a mediados del s. XIX, acabaría con la navegación e incluso con el uso del molino.
Cuando se abandonó como puerto se reconvirtió en una pequeña central hidroeléctrica en 1894 y la Casa Blanca se convirtió entonces en un mero lugar de esparcimiento, que permitía a los zaragozanos dar un agradable paseo entre arbolado desde las afueras hasta la Puerta del Carmen.