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"La recuperación del Mar Menor supone un reto que debe ser articulado desde la cooperación"

Alcanzar el buen estado de las masas de agua, entre las que se incluye el Mar Menor, así como hacer frente a los retos del cambio climático y optimizar la gestión del trasvase Tajo-Segura son las prioridades a tener en cuenta para la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).

Mario Urrea ocupa la presidencia del organismo de cuenca desde 2018. En esta completa entrevista, detalla los logros alcanzados, las actuaciones en marcha y los retos futuros de la CHS, una confederación que lidia con la permanente escasez de agua en una zona que presume ser la huerta española por excelencia y donde el turismo es un agente económico vital.

Señor Urrea, ¿de qué se siente más orgulloso en estos años que lleva de presidente de la CHS?

Desde que fui nombrado presidente de la CHS, me siento muy satisfecho de varias actuaciones, pero la primera cuestión que me gustaría resaltar es el comportamiento ejemplar del personal funcionario y laboral de la CHS. Es conocido que estamos gestionando unos años difíciles: ordenación de la superficie de regadío, DANA 2019, obras de emergencia para recuperar y reparar el DPH y las infraestructuras, recuperación y protección del Mar Menor, planes directores de defensa de la cuenca vertiente del Mar Menor y de la Vega Baja, etc. Esta ingente cantidad de trabajo está siendo acometida gracias al compromiso de servicio público de todos los compañeros y compañeras de esta casa.

Publicado en iAgua Magazine 40 - Julio 2022
iAgua Magazine 40

Además, hemos intentado, y creo que en alguna medida lo hemos conseguido, consensuar con total transparencia un proyecto de Plan Hidrológico con las administraciones, organizaciones sociales y usuarios, que ha obtenido el respaldo del Consejo del Agua de la Demarcación y del Comité de Autoridades Competentes, habiendo cumplido con las premisas de las Directivas europeas y las propias estrategias del MITECO; entre ellas, activando medidas que ayuden a minimizar la sobreexplotación de acuíferos y en poner los medios para que las masas de agua de la cuenca tanto las superficiales como las subterráneas puedan ir alcanzando el buen estado ecológico y químico, al menos frenando su deterioro; tramitando las concesiones a los usuarios de las plantas desaladoras, redactando planes de actuaciones que minimicen el riesgo de inundación en la demarcación y, por último, también de aumentar el control y vigilancia del dominio público hidráulico. Una hoja de ruta “impresionante y apasionante” para los gestores del agua.

¿Cómo se conjugan en la gestión ordinaria de la cuenca los dos principales objetivos, como son atender las demandas y alcanzar el buen estado de las masas de agua?

Es una tarea difícil en cualquier cuenca, y más aún en una mediterránea como la nuestra, en la que la demanda de agua supera con creces los recursos naturales disponibles y las masas de agua están sometidas a múltiples presiones. No es ningún secreto que hay en la demarcación varias masas de agua que no alcanzan el buen estado, y eso habla de la dificultad de este desafío.

Hemos intentado, y creo que en alguna medida lo hemos conseguido, consensuar con total transparencia un proyecto de Plan Hidrológico

Para progresar en su cumplimiento trabajamos, con el marco normativo general y el especifico que representa la normativa de nuestro Plan Hidrológico, teniendo como objetivo el analizar las presiones que sufre cada masa para tratar de reducir los impactos; y simultáneamente tratamos de facilitar e incrementar el uso de recursos alternativos, básicamente aguas desaladas, que permiten satisfacer las demandas sin incrementar las presiones a las masas, estos últimos mediante un régimen tarifario adecuado y asumible por los usuarios a fin de que no se ponga en riesgo su actividad.

Se han fijado como reto del nuevo ciclo la recuperación del Mar Menor. ¿Es posible desde su punto de vista? ¿En qué situación se encuentra actualmente el Mar Menor?

Ese constituye uno de nuestros principales retos, pero somos conscientes de la alta concentración de actividades humanas desarrolladas a lo largo de muchos años en la zona (principalmente agricultura, desarrollo urbano, minería, pesca, navegación, alteraciones hidromorfológicas, etc.) que generaron impactos muy significativos sobre el estado ecológico y químico de la laguna, por lo que revertirlas exigirá mucho esfuerzo y amplios plazos. Pero siempre me gusta recalcar que hay que revertir asimismo la situación del acuífero cuaternario, que presenta unas concentraciones muy elevadas de nitratos, y que supone un incumplimiento de la Directiva Europea de nitratos, por lo que nuestra actuación también se va a encaminar en ese objetivo, dado que es la principal competencia del organismo de cuenca, y tal y como venimos indicando desde el MITECO, no tiene sentido acometer soluciones parciales si no se acomete la solución en origen.

En relación al Mar Menor, en este tercer ciclo de planificación la prioridad es frenar su deterioro y contribuir a la recuperación de su dinámica litoral a través de, entre otros, del Marco de Actuaciones Prioritarias para recuperar el Mar Menor, que presenta una serie de objetivos operativos, encaminados a restablecer la legalidad, reducir las presiones, y fundamentalmente reducir los nuevos aportes de nutrientes y metales pesados, tanto en las aguas superficiales como en las aguas subterráneas de la cuenca vertiente. Todo ello mediante una estrecha colaboración y coordinación entre el MITECO, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el de Agricultura, Pesca y alimentación y el de Ciencia e Innovación, así como con la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del País a largo plazo del Gobierno de España.

Y esto solo lo podremos lograr mediante la mejor evidencia técnica y científica, el cumplimiento de la legislación vigente tanto europea como nacional y autonómica, y escuchando a la sociedad civil y cooperando entre todas las administraciones competentes.

No es ningún secreto que hay en la demarcación masas de agua que no alcanzan el buen estado, y eso habla de la dificultad de este desafío

La recuperación ambiental del Mar Menor, como ya he dicho, supone un importante reto que debe ser articulado desde esa cooperación entre las distintas administraciones con competencias sobre la laguna y su cuenca vertiente, de modo que se desarrollen de una forma armónica las actuaciones contempladas en el Proyecto de PHDS periodo 2022-2027, que permita aunar la sostenibilidad de las actividades que actualmente acontecen en la zona, junto a la necesaria adaptación al cambio climático y recuperación de los valores ambientales del Mar Menor. El Marco de Actuaciones constituye una potente herramienta, pero responde lógicamente al ejercicio del marco competencial asumido por la Administración General del Estado. Desde los principios de colaboración, cooperación y lealtad institucional, se precisa de la necesaria aportación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia en aquellas materias que le corresponden, como puede ser la gestión del medioambiente, la agricultura con especial atención al control en la utilización de nitratos, la restitución de los regadíos ilegales a su situación anterior, avanzar en la correcta depuración de las aguas urbanas y, por último, frenar la entrada de nutrientes a la laguna. Como vemos, un amplio abanico de competencias relevantes para alcanzar el objetivo planteado.

El objetivo de las administraciones bajo una exigente demanda de la sociedad civil en general debe ser frenar el deterioro de la laguna y contribuir a la recuperación de su dinámica litoral a través de actuaciones encaminadas a la recuperación del Mar Menor, consiguiendo minorar y reducir en origen la contaminación difusa que alcanza el acuífero cuaternario del Campo de Cartagena y que llega al Mar Menor tanto a nivel superficial principalmente a través de la rambla del Albujón, como a nivel subterráneo a través de todo el frente litoral.

En relación con el Mar Menor, en este tercer ciclo de planificación la prioridad es frenar su deterioro y contribuir a su recuperación

Es fundamental para su recuperación un análisis técnico científico, desvinculado de otras cuestiones, que permitan actuar tanto con medidas en origen de reducción de fertilizantes sobre el acuífero cuaternario, determinando un plan de ordenación del mismo y a su vez el establecimiento de medidas específicas sobre el Mar Menor como el adecuado tratamiento de la conexión/interfaz acuífero cuaternario y el Mar Menor será determinante para alcanzar los objetivos en unos plazos razonables, aunque no inmediatos.

Es imprescindible conseguir un sistema que integre el control de la fertilización y la monitorización del contenido de nitratos y la humedad del suelo, fomentando y propiciando una renovación del agua del acuífero y la consiguiente disminución de la descarga superficial y subterránea de nitratos hacia el Mar Menor.

Todo ello, acompañado de actuaciones de refuerzo de la inspección y la disciplina tanto de la Ley de Aguas, la Ley de Costas, y la Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor, esta última de competencia autonómica.

La recuperación ambiental del Mar Menor supone un importante reto tanto para las administraciones como para la ciudadanía en general, que debe ser articulado desde la cooperación entre las distintas administraciones con competencias en la laguna y su cuenca vertiente, de modo que se puedan desarrollar de un modo programado y armónico las actuaciones contempladas en el proyecto de Plan de DHS 2022-2027, y que permitan aunar el desarrollo sostenible de las actividades que actualmente acontecen en la comarca, que implicara la reconversión de sectores productivos, junto con la necesaria adaptación al cambio climático y recuperación de los valores ambientales del Mar Menor.

En relación con los caudales ecológicos en el Trasvase Tajo-Segura, ¿hay alguna alternativa para garantizar la sostenibilidad de los regadíos del Trasvase Tajo-Segura?

Ante todo, quiero indicar que los recursos superficiales y subterráneos destinados para riego de la cuenca del Segura garantizaran, junto con los de los trasvases actuales, apoyados claro está en los que procedan de la desalación, la sostenibilidad de los regadíos existentes en nuestra demarcación, en un contexto complicado de cambio climático.

Por otro lado, también me gustaría informar que los recursos transferidos al ámbito territorial de la CHS, procedentes del ámbito territorial de otras demarcaciones, tienen su origen principalmente en la cuenca alta del Tajo, mediante el trasvase Tajo-Segura y, en la cuenca del Guadalquivir, a través del trasvase Negratín-Almanzora. También del ámbito territorial del Júcar se podría alcanzar determinadas zonas de riego como consecuencia de la transferencia Júcar-Vinalopó.

De todos estos trasvases intercuencas, es el del Tajo-Segura el más relevante para el conjunto de la demarcación (DHS), ya que además tiene un uso relevante en el abastecimiento a la mayor parte de la población de la DHS.

Las Comunidades de Regantes que tienen derecho a utilizar aguas del trasvase Tajo-Segura son 61 y todas ellas forman parte del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, habiendo recibido en el año hidrológico 2020/2021 314 hm3 procedentes del agua del Tajo, cifra que se enmarca en la media de la serie histórica y que da un orden de magnitud del peso que estos recursos tienen en la cuenca del Segura, por contrastar con la cifra de 340 hm3 de recursos superficiales para atender las Vegas tradicionales del río Segura.

En las zonas regables del trasvase Tajo-Segura, declaradas de interés general, existe una fracción importante de demanda no atendida, y sus regadíos incumplen los criterios de garantía de la Instrucción de Planificación Hidrológica, lo que ha significado en la última década cambios en la tipología de los cultivos en un intento de adaptación a un recurso con elevada variabilidad y falto de garantía, además de disponer de aguas desalinizadas a fin de minorar la citada infradotación.

  • "Las Comunidades de Regantes con derecho a utilizar aguas del trasvase Tajo-Segura son 61 y han recibido en 2020/2021 314 hm3"
  • "En las zonas regables del trasvase Tajo-Segura, declaradas de interés general, existe una fracción importante de demanda no atendida"

Con el fin de garantizar la sostenibilidad de estos regadíos, se han desarrollado como estrategia en el plan unos escenarios con la adscripción de un volumen mínimo anual a estas zonas de regadío, como resultado de añadir a los volúmenes que se trasvasen los complementarios que resulten de la movilización de la totalidad de la capacidad de desalinización de agua de mar de la DHS, en grado suficiente para que con una tarifa de agua que no supere la capacidad de pago del agricultor y los regadíos existentes cumplan con los criterios de garantía fijados en la IPH, aun cuando no se alcance a eliminar completamente la infradotación que sufren.

Para ello, se ha propuesto la ejecución de nuevas infraestructuras de interconexión de la actual red de distribución de la IDAM de Torrevieja con la práctica totalidad de las zonas regables del trasvase, mediante una conducción de las aguas desalinizadas a las cabeceras de los canales de la margen izquierda y derecha del postrasvase, hasta dominar las zonas de abastecimiento y casi el 95% de las del regadío. Su ejecución se realizará de forma paralela al incremento de la capacidad actual de desalación hasta el máximo que permita la obra civil de las desalinizadoras existentes.

También se ha previsto la realización de infraestructuras destinadas a posibilitar el suministro energético de las desalinizadoras de la sociedad estatal ACUAMED a partir de energía renovable fotovoltaica, como instrumento para reducir la huella de carbono y la tarifa que el usuario final de regadío ha de abonar por las aguas producidas en las mismas. Todo este ingente plan de obras se está diseñando juntamente con la DGA y con la participación activa de los usuarios.

Otro de los desafíos ambientales es el de la sobreexplotación de agua subterránea. ¿Qué tipo de actuaciones se van a desarrollar para atenderlo?

En la demarcación existen 63 masas de agua subterráneas, de las cuales en buen estado cuantitativo solo tenemos 25 y con buen estado químico, 40. El objetivo que nos marcamos en el nuevo ciclo de planificación es conseguir que en horizonte 2027 alcancemos en las 63 masas el buen estado cuantitativo, y el buen estado químico en 54 de ellas, no alcanzando los objetivos en 9 de ellas, circunstancia que esperamos lograr definitivamente en el siguiente ciclo de planificación.

Se ha propuesto la ejecución de nuevas infraestructuras de interconexión de la actual red de distribución de la IDAM de Torrevieja

Las aguas subterráneas desempeñan un papel esencial desde diversos puntos de vista en la Cuenca del Segura, ya que constituyen un soporte fundamental y son el caudal base de muchos ecosistemas y masas de agua superficiales, pero también es muy importante desde el punto de vista de atención a las demandas, tanto para abastecimiento urbano como las ligadas a otras actividades socioeconómicas, agricultura, ganadería o industria.

Su uso extensivo ha provocado un importante descenso en los niveles piezométricos de aquellas masas que soportan mayor presión, lo que afecta seriamente a las descargas en fuentes y manantiales y a la relación río acuífero, invirtiendo en algunos casos su flujo o favoreciendo la intrusión de las aguas salinas en los acuíferos costeros, o a la movilización de aguas profundas con inadecuadas condiciones químicas y por último a la desconexión con zonas húmedas o aguas superficiales de ríos, lo que comporta seriamente una afección a los ecosistemas.

Se ha previsto la realización de infraestructuras destinadas a posibilitar el suministro de las desalinizadoras con energía fotovoltaica

En distintas masas de agua subterránea de la demarcación existe una explotación varias veces superior a la recarga natural anual media. Esto constituye una situación insostenible a medio y largo plazo que condena a las actividades que dependen de esos recursos renovables a una lenta y progresiva decadencia, de no mediar intervenciones decididas.

En estos términos, la Confederación y otros organismos del Estado trabajan tanto por el lado de incrementar los recursos disponibles, intercambiando derechos al uso de aguas subterráneas por aguas desaladas para mantener los usos y actividades, y creando infraestructuras para distribuir esta; como por el lado de la demanda, redactando los Planes de Ordenación de Extracciones prescritos por la legislación vigente y que deben constituir un punto de partida para que los propios usuarios de un acuífero sobreexplotado, unidos en Comunidad, participen en proceso de análisis de alternativas y elección de las soluciones más sostenibles a largo plazo, pero siendo conscientes de aquellos territorios en que no hay recurso alternativo, ello implicara necesariamente de una reconversión del sector.

El cambio climático supone un desafío en todo el país. ¿Cómo cree que se debe afrontar este desafío?

Efectivamente, se trata del mayor desafío al que nos enfrentamos y no solo en España. El cambio climático es un desafío global, y globales deben ser las respuestas que demos. Pero la modelización de sus efectos nos advierte que serán especialmente severos en algunas zonas concretas del planeta, y la cuenca mediterránea es una de ellas. La normativa española en materia de agua y, en especial la de Planificación Hidrológica, ya venían reconociendo este hecho y exigiendo que el cambio climático fuera tenido en cuenta en los horizontes de planificación. Este marco normativo se ha visto recientemente ampliado y reforzado por la ley 7/2021, de cambio climático. Esta establece unas premisas claras en relación con distintos aspectos que tienen que ver con los impactos del cambio climático en el sector del agua, y viene a ampliar los elementos a tener en cuenta.

Siguiendo estas prescripciones legales, nos queda asumir que tendremos que acostumbrarnos a gestionar menores recursos promedio, mayor frecuencia e intensidad de fenómenos extremos, y cambios en las condiciones agronómicas. La adaptación debe conseguirse desde distintos enfoques, incluyendo cambios en el sistema productivo que consigan reducir la demanda de agua, y políticas públicas que faciliten la disponibilidad de este preciado elemento y garanticen que la satisfacción de las demandas no se hace a costa de intensificar las presiones sobre los ecosistemas y todo ello para alcanzar la seguridad hídrica, premisa esencial en la planificación hidrológica llevada a cabo, junto con la consecución de los objetivos ambientales.

Tendremos que acostumbrarnos a gestionar menores recursos, mayor frecuencia de fenómenos extremos y cambios en las condiciones agronómicas

Y es por lo anterior que estamos inmersos en planes estratégicos, que como vengo diciendo, conformarán las confederaciones hidrográficas del siglo XXI. Uno de ellos es el de digitalización. El análisis de los datos relacionados con el agua, además de aportar la necesaria transparencia en el sector, deben servir de herramienta soporte para la toma de decisiones. En ello, los Fondos Next Generation son una pieza clave que apoyarán notablemente modificar la situación en el corto plazo.

Y como no podía ser de otra manera, estamos inmersos en un plan estratégico de eficiencia energética que permita optimizar nuestras instalaciones de tal manera que se incremente el consumo de energías renovables, lo que entendemos se traducirá en un menor coste energético y consecuentemente unas menores tarifas para nuestros usuarios.

Como podéis ver, retos que como he dicho solo podremos alcanzar con el compromiso de todos los que integramos la Confederación, un organismo que se acerca a su centenario, se creó en agosto de 1926, y que es modelo de adaptación a los cambios que acontecen en la sociedad a quien sirve.