La Estación de Aguas Residuales de Las Caldas acogió esta mañana el acto de presentación del proyecto COVRED. En la puesta en marcha de este proyecto, financiado por el IDEPA, han participado el Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa); el Área de Microbiología (Departamento de Biología Funcional) de la Universidad de Oviedo; la Empresa Municipal de Aguas de Gijón y la Ingeniería MagnaDea.
El acto contó con la asistencia de:
- Vanesa Mateo, directora general del Agua.
- Valentín Rodríguez, dirección General de Salud Pública.
- Julio Pérez, gerente Cadasa.
- Felipe Lombo; Javier Fernández e Ignacio Gutiérrez, del Área de Microbiología Universidad de Oviedo.
- Pedro Menéndez, gerente de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón
- Santiago Solís, director técnico MagnaDea.
- Irene Fernández, responsable de proyecto MagnaDea.
El principal objetivo de este proyecto es contribuir a detectar el SARS-Cov-2 en aguas residuales, mediante un análisis automatizado de estas aguas en redes de saneamiento, capaz de lanzar alertas tempranas ante nuevos brotes al vincular la presencia del virus con determinadas áreas de población.
Se pretende así desarrollar un sistema robotizado de detección automática y alerta temprana, con transmisión de datos en tiempo real, del SARS-CoV-2, instalado en redes de saneamiento, que localiza el origen del brote hasta 16 días antes de la aparición de pacientes con síntomas.
Dentro de este proyecto se ha desarrollado una patente para la extracción de RNA viral. Por su capacidad de ser automatizada, se ha desarrollado un proceso de extracción mediante nano esferas magnéticas recubiertas de un polímero con afinidad por RNA. También se ha diseñado y fabricado un sistema de concentración que realiza de forma automática todo el proceso, a través de brazos robóticos.
Los retos a los que hacen frente en la actualidad las entidades que participan en este proyecto son: el estudio de la aplicación para el seguimiento de otras enfermedades como poliomielitis, hepatitis infantil, otras bacterias de interés epidemiológico (bacterias resistentes a antibióticos); la reducción del tamaño y coste del equipo; la patente del concentrador de muestras y modelo de utilidad del conjunto y los ajustes del equipo.
Este proyecto recibió en el año 2021 el premio Cruz Roja mención especial en la categoría Premios Tecnología Humanitaria con los que se distinguen las mejores ideas, prototipos o soluciones completamente operativas que destacan por su carácter creativo e innovador en la aplicación de las nuevas tecnologías, en beneficio de acciones humanitarias y de colectivos desfavorecidos.
