La pasada jornada sobre gobernanza del agua celebrada por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia concluyó con un debate en torno a cómo armonizar normativa, digitalización, clima y energía. En él, participaron: Esther Torvisco, subdirectora de Gestión de Activos en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia; Francisco Javier Sánchez Martínez, subdirector general de Protección de las Aguas y Gestión de Riesgos en el MITECO; y Álvaro Pérez de Laborda, gerente de Proyectos en el Área de Desarrollo de proyectos en Ente Vasco de la Energía (EVE).
Francisco Javier Sánchez comenzó valorando el progreso del PERTE hasta la fecha, resaltando que los treinta proyectos seleccionados son excelentes, igual que lo son muchos aquellos que se han quedado fuera por falta de crédito. “La gestión del ciclo urbano en España es muy buena; a nada que se le den los recursos económicos que necesita, el desarrollo de estas metodologías y herramientas mejora notablemente la gestión del agua”. Además, anunció los planes actuales y futuros en materia legislativa e inversiones, como la consulta pública, el nuevo RD de reutilización de aguas regeneradas. “Con las nuevas normas cerramos el círculo para mejorar la gestión del agua a largo plazo, distinguiendo con el sello a aquellos operadores que hagan una gestión eficaz, transparente, y que pongan en práctica nuevas prácticas”.
En este sentido, comentó que el PERTE contribuirá al cumplimiento de la normativa europea tanto en agua como en energía y que lo que se ha hecho desde el Ministerio es poner un presupuesto adicional que saque a la luz deficiencias y oportunidades y “permita brillar a los operadores y gestores de agua”.
Seguidamente, Esther Torvisco aclaró que la digitalización ayuda a tener conocimiento del estado de los activos en la fase de operación, y que el concepto de activos va unido a sostenibilidad: “Cuando empezamos a hablar de gestión de activos, y no solo operación y mantenimiento, hay que tener en cuenta criterios de sostenibilidad que llevan a maximizar el valor de los activos durante todo su ciclo de vida”. Además, recalcó que la digitalización ha logrado proporcionar un servicio homogéneo en todos los municipios, pero que es necesario poner el foco en el coste-beneficio de todas las actividades que se realizan al respecto.
Respecto al binomio agua-energía, Esther Torvisco habló del Plan de actuación energética del Consorcio que, dentro del Área energética del Consorcio, les ha permitido comparar la eficiencia energética de las instalaciones entre sí. “El consumo de energía es uno de los mayores impactos económicos en la gestión del agua. Mover el agua consume mucha energía”, comentó.
Por otro lado, Álvaro Pérez de Laborda destacó el rol de las entidades locales en la transición energética del ciclo del agua, especialmente bajo el contexto de cambio climático. “A diferencia del agua, que aquí se puede considerar como renovable, con la energía no es así; tenemos que alcanzar ese objetivo en el que sea 100% renovable, que se consigue eliminando los recursos fósiles”. De este modo, la auditoría energética es una herramienta que permite identificar aquellos puntos en los que la eficiencia energética de las instalaciones puede ser mejor, e identificar qué energías renovables podemos implantar con unos precios razonables.