Rosa Huertas González , junto con Ignacio Rodríguez, fueron premiados el pasado mes de abril por el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF) por su trayectoria en la Confederación Hidrográfica del Duero. Concretamente, por su labor de restauración fluvial realizadas desde la Confederación.
Actualmente trabaja en la Confederación Hidrográfica del Duero desde el año 2001, donde ha desempeñado diversas responsabilidades en la Comisaría de Aguas, entre ellas la Comisaría Adjunta. Es también responsable de diversos programas de participación pública, divulgación y educación ambiental, y convenios y relaciones institucionales con otras entidades (administraciones, ONGs…).
La restauración del río Órbigo ha permitido recuperar 400 has. de espacio fluvial, siendo ejemplo de la aplicación de la DMA y la Directiva de Inundaciones
Pregunta - En primer lugar, me gustaría que contase cuál es su función actual dentro de la CHDuero, y cómo llegó a ella.
Respuesta - Soy licenciada en Derecho y funcionaria del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Tras varios años como Vicesecretaria General de la Delegación del Gobierno en Castilla y León, llegué a la Comisaría de Aguas de la CHDuero en 2001, donde he desempeñado varios puestos en el área jurídica, y fui Comisaria Adjunta entre junio de 2004 y abril de 2012. Actualmente continúo en la Comisaría de Aguas, responsabilizándome de temas como convenios y relaciones institucionales, participación pública, divulgación y educación ambiental, sin haberme desvinculado nunca del asesoramiento jurídico.
P. - Hablemos del premio otorgado por CIREF a su trayectoria en la Confederación. ¿Qué motivos cree que le han llevado a ganar este premio?
R. - Yo creo que el premio reconoce una apuesta decidida por la restauración fluvial desde la gestión y administración ordinaria del dominio público hidráulico, buscando implicar a ciudadanos, técnicos, autoridades… Haber logrado este premio es un aliciente más para seguir trabajando por la restauración de ríos. Desde luego me ha hecho mucha ilusión, por venir de donde viene, no sólo por el prestigio del CIREF en restauración fluvial sino también porque ha sido votado por sus socios, y es muy agradable saber que lo que se ha hecho por la restauración de ríos en el Duero ha llegado a conocimiento de tantos. También me ha hecho ilusión porque es un premio compartido con Ignacio Rodríguez, que era el Comisario de Aguas, si bien esta ha sido una tarea de equipo y muchos otros han jugado un papel fundamental.
P. - Respecto a los proyectos de restauración fluvial que se han llevado a cabo desde la CHDuero, ¿cuál destacaría cómo ejemplo de este tipo de acciones?
R. - Yo creo que el más conocido es el del río Órbigo, porque es el de más entidad al actuar sobre unos 25 km de río, lo que ha permitido recuperar unas 400 has. de espacio fluvial, siendo un ejemplo de la aplicación integrada de la Directiva Marco del Agua y de la Directiva de Inundaciones. También tuvo un proceso de participación pública y voluntariado muy intenso. Creo que por todo esto llegó a finalista en los Riverprize que concede la International River Foundation, y eso le ha dado mucha repercusión internacional y vienen expertos de muchos países a visitar esta obra.
De nada vale que la Administración promueva la restauración si luego se descuida el régimen de concesiones, los informes de otras administraciones o se desprecia la vigilancia
No obstante, se han realizado muchísimas obras de restauración dentro de una línea de trabajo que lleva varios años en marcha. Por ejemplo, se han demolido casi 100 obstáculos entre azudes y pequeñas presas fuera de uso, reconectando más de 600 km de río. La más destacada es una de 14 metros en una de las gargantas más emblemáticas del entorno de Gredos. La recuperación del río tras la demolición está siendo espectacular, sin apenas intervención posterior, así que es un ejemplo clarísimo de la cita de Luna B. Leopold: “the river is the best carpenter of its own building”.
P. - ¿Cuáles son los instrumentos más efectivos para la restauración fluvial?
R. - Pues yo creo que una buena gestión y administración del dominio público hidráulico es esencial. De nada vale que la Administración promueva importantes obras de restauración si luego se descuida el régimen de concesiones y autorizaciones, los informes a planes y programas de otras administraciones, o se desprecia la vigilancia y la inspección. Nuestras legislaciones de aguas y de patrimonio natural han avanzado bastante en este sentido en los últimos años, dotándonos de mejores instrumentos para exigir un mayor respeto por el funcionamiento de los ríos como ecosistemas e impedir actuaciones que comprometan este valor. También es importante concienciar a los ciudadanos en la participación pública como derecho y como deber.
P. - ¿Cuáles son las mayores dificultades a la hora de ejecutar un proyecto de restauración fluvial?
R. - Mucha gente se sorprende al saber que las dificultades, más que técnicas, suelen ser culturales. Hay todavía desconocimiento, incluso incomprensión, sobre la necesidad de acometer obras de restauración fluvial. La gente entiende que construir una carretera es invertir, pero la demolición de una presa abandonada se ve como un gasto, es difícil transmitir que esto es inversión en unos ríos de calidad que nos proveen de un montón de servicios ambientales de alto interés: turismo, pesca, recarga de acuíferos, fertilización, protección frente a inundaciones, depuración natural…Y esta incomprensión no solo la hemos encontrado en los ciudadanos de a pie sino a veces también en técnicos, autoridades… Por eso cada vez intentamos incidir cada vez más en la participación pública, la formación, la educación ambiental, el voluntariado…
P. - ¿Se ha encontrado alguna vez con rechazo por parte de la ciudadanía u otros colectivos?
R. - Esta pregunta conecta con la respuesta anterior. Con las autoridades medioambientales de las CCAA normalmente hay buena colaboración, pero sí, en ocasiones ha habido rechazo de los vecinos o de los alcaldes. Por ejemplo, a veces se oponen a la demolición de un azud alegando que forma parte del pueblo, que es donde iban a bañarse de pequeños, donde los novios se hacen las fotos de boda… Puede que sean argumentos loables pero cuando les pedimos que entonces se hagan cargo de su mantenimiento se niegan y eso me parece una falta de responsabilidad, pero bueno, tampoco hay que empecinarse en actuar en un sitio cuando hay tanto por hacer.
Mucha gente se sorprende al saber que las dificultades, más que técnicas, suelen ser culturales
Creo que para enfrentarse a estos problemas hace falta dedicar tiempo a explicar a los ciudadanos la necesidad de este tipo de obras y su carácter sostenible desde un punto de vista tanto medioambiental como económico. La participación pública debe ser un proceso continuado, y desarrollarse a lo largo de todo la vida de un proyecto: diseño, ejecución y seguimiento. Hay que dar difusión a los éxitos y estar siempre dispuesto a reconocer los errores, aprender de ellos y corregirlos cuanto antes, por eso el seguimiento debe ser también una parte importante de todo proyecto de restauración fluvial.
En cualquier caso, afortunadamente este tipo de problemas son cada vez menores, pues lo mejor es tener buenos resultados que ofrecer y enseñar, y de esos cada vez tenemos más. Si un alcalde ve que una solución funciona en un pueblo, será muy probable que sea proclive a que se aplique en el suyo también.
P. - ¿Qué otros proyectos destacaría a lo largo de su carrera?
R. - Estoy muy agradecida al Ministerio porque ha contado conmigo en muchos grupos de trabajo, especialmente en los vinculados a las reformas de la legislación de aguas habidas en los últimos años. También se ha hecho una labor muy importante para mejorar el conocimiento y la gestión de los aprovechamientos de aguas, con un Manual para la tramitación de concesiones, con la actualización del Registro de Aguas, el desarrollo de planes de inspección, como el de abastecimientos o el de aprovechamientos hidroeléctricos, así como para mejorar el control de los vertidos y la promoción de soluciones sostenibles de depuración en pequeñas poblaciones. También estoy muy satisfecha con los resultados del programa de voluntariado en ríos en nuestra cuenca, pues ha resultado la más comprometida en este sentido. Hemos hecho muchas publicaciones divulgativas y puesto en marcha un programa de educación ambiental, no sólo destinado a escolares (EducaDuero) sino también a todos los usuarios y especialmente a los ediles, a través de nuestras Escuelas de Ríos y Escuelas de Alcaldes.
La participación pública debe ser un proceso continuado, y desarrollarse a lo largo de todo la vida de un proyecto
Hemos sido la primera cuenca en firmar acuerdos de custodia fluvial con diversas ONG y estamos promoviendo acuerdos para que empresas privadas inviertan en restauración fluvial como parte de su responsabilidad social corporativa. Ahora estamos iniciando un proceso de participación pública para fomentar la constitución de comunidades de usuarios de aguas subterráneas en las masas en mal estado cuantitativo y además nos acaban de conceder un LIFE para mejorar el hábitat de los ciprínidos ibéricos a través de acciones de restauración fluvial.
P. - ¿Cuáles son los retos de futuro de la CHDuero, y cuáles los suyos?
R. - Creo que la CHDuero tiene que seguir avanzando para ser un organismo de cuenca moderno y comprometido, por un lado próximo a los ciudadanos pero a la vez a la vanguardia de las líneas europeas de gestión del agua, la protección de los ecosistemas acuáticos y la prevención de inundaciones. En cuanto a mis retos personales, me gustaría tener la oportunidad de trabajar durante algún tiempo en algún proyecto u organismo internacional relacionado con el agua o el medio ambiente en general, para conocer más de cerca nuevas soluciones y proyectos que me permitan seguir trabajando cada día más y mejor por el bien de nuestros ríos.