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Los barcos hundidos en el Caribe cuentan la historia de los huracanes

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Los registros de naufragios españoles combinados con los registros de anillos de los árboles muestran que el periodo 1645-1715 tuvo el menor número de los huracanes del Caribe desde el año 1500, según una nueva investigación dirigida por la Universidad de Arizona (UA, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos. El estudio destaca por utilizar naufragios como ejemplo de la actividad de los huracanes.

Los investigadores encontraron una reducción del 75 por ciento en el número de huracanes en el Caribe entre 1645 y 1715, una época con poca actividad de manchas solares y temperaturas frías en el hemisferio norte. "Somos los primeros en utilizar naufragios para estudiar los huracanes en el pasado -señala la autora principal Valerie Trouet, profesora asociada en el Laboratorio de Investigación de Anillos de los Árboles de la AU-. Al combinar los datos de naufragio y de anillos de los árboles, estamos ampliando el registro de huracanes del Caribe atrás en el tiempo, lo que permite conocer más la variabilidad de los huracanes".

Aunque los modelos climáticos globales indican que los huracanes serán más intensos a medida que el clima se calienta, esos modelos no son todavía buenos para hacer predicciones regionales, según Trouet. Aprender más acerca de cómo los huracanes se correlacionaron con el clima durante los últimos 500 años pueden conducir a mejores predicciones regionales de huracanes.

Las tormentas fueron la razón principal de que los barcos se hundieran en el Caribe

"Estamos proporcionando información que puede ayudar a esos modelos a volverse más precisos", dice, recordando que lo que ahora es el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos no comenzó a llevar registros de huracanes en el Caribe hasta 1850. Los investigadores han utilizado sedimentos de lago para desarrollar un registro de los huracanes en los últimos siglos, pero estos datos sólo proporcionan una resolución a nivel de siglo.

La nueva investigación, publicada este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', proporciona un registro anual de huracanes en el Caribe que se remonta al año 1500, poco después de que Cristóbal Colón llegara por primera vez el Caribe. El tráfico marítimo entre España y el Caribe se convirtió en un lugar común. España mantiene un registro detallado de las idas y venidas de los buques, puesto que en aquel momento, los barcos que regresaban con oro y otros bienes proporcionaban ganancias al reino español.

Las tormentas fueron la razón principal de que los barcos se hundieran en el Caribe. Averiguar cómo el cambio climático afecta a la actividad de huracanes es importante para la planificación de la gestión de emergencias. Para los huracanes de Estados Unidos entre 1970 a 2002, otros investigadores estimaron que los daños supusieron 57.000 millones de dólares en 2015.

Los coautores de Trouet son Grant Harley, de la Universidad del Sur de Mississippi, en Hattiesburg, Estados Unidos, y Marta Domínguez-Delmas de la Universidad de Santiago de Compostela, en Lugo. La Universidad del Sur de Mississippi, la Fundación Nacional de Ciencias y el 'Fish and Wildlife Service' de Estados Unidos, entre otros, apoyaron sta investigación. Los investigadores forjaron la idea para el estudio mientras charlaban en el hotel en el que se hospedaban para asistir a la Segunda Conferencia Americana de Dendrocronología, que se celebró en Tucson en 2013.

Harley mencionó que tenía registros de anillos de árboles de los Cayos de Florida que se remontaban a 1707 y que los anillos de los árboles revelaban cuándo se produjeron los huracanes. El crecimiento de los árboles se retarda en años con huracanes y esa reducción en el crecimiento se ve reflejada en los anillos anuales de los árboles.

Reducción de los huracanes durante el Mínimo de Maunder

Por su parte, Domínguez Delmas se había dado cuenta de que los barcos españoles fueron construidos gracias a la recuperación de la madera de naufragios y que databan la madera. Trouet se preguntó si podrían combinarse el registro de los anillos de los árboles de los huracanes de Florida con los datos de naufragios para crear una historia a largo plazo de los huracanes del Caribe.

El equipo descubrió que un libro utilizado por cazadores de tesores, el libro de Robert F. Marx 'Naufragios en las Américas: una guía completa para cada naufragio importante en el hemisferio occidental', tenía un registro detallado de los naufragios del Caribe. El equipo también usó 'Naufragios de Florida: una lista completa', de Steven D. Singer.

Un periodo de calma en los huracanes del Caribe se corresponde con un momento en que la Tierra recibe menos energía solar

Los libros, combinados con los registros de buques, permitió a los investigadores compilar una lista de los barcos españoles que se sabe que han sido destrozados por tormentas durante las temporadas de huracanes de 1495 a 1825. El equipo encontró que los patrones de huracanes de la base de datos de naufragios coinciden estrechamente con la cronología de los huracanes de los anillos de los árboles de los Cayos de Florida desde 1707 a 1825.

Además, el equipo comparó los registros de anillos de árboles de los Cayos de Florida con las grabaciones sistemáticas de los huracanes desde 1850 a 2009. Una vez más, los patrones concordaban. Cuando se superpusieron los datos de naufragios con los datos de los anillos de árboles, los científicos descubrieron una reducción del 75 por ciento en la actividad de huracanes de 1645 a 1715, un periodo de tiempo conocido como el Mínimo de Maunder.

El Mínimo de Maunder se llama así porque hubo una bajada en la actividad de las manchas solares durante ese tiempo. Debido a que la Tierra recibe menos radiación solar durante las pausas en la actividad de las manchas solares, el hemisferio norte estaba más fresco durante el Mínimo de Maunder que en los periodos de tiempo anteriores o posteriores.

Aprender que un periodo de calma en los huracanes del Caribe se corresponde con un momento en que la Tierra recibe menos energía solar ayudará a los investigadores a entender mejor la influencia de los grandes cambios en la radiación, incluso la procedente de las emisiones de gases de efecto invernadero, en la actividad de los huracanes.

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