Un modelo desarrollado por la Universidad Tecnológica de Viena revela que la tecnología de riego que sirvió a los mayas para sobrevivir a las sequías, acabó haciendo vulnerable a esta cultura.
Algo muy drástico debió ocurrir para el abrupto fin del Período Clásico Maya en el siglo noveno. En un corto período de tiempo, esta civilización avanzada en América Central pasó del florecimiento de colapso: la población se redujo rápidamente y las estructuras monumentales de piedra, como las construidas en Yucatán, dejaron de construirse.
La razón de esta desaparición sigue siendo objeto de debate, incluso hoy en día. Los cálculos del modelo de la TU Wien pueden haber encontrado la explicación: Que la tecnología de riego que sirvió bien a los mayas durante períodos de sequía, en realidad pudo hacer a esta sociedad más vulnerable a las catástrofes graves.
Aplicada a nuestro propio futuro, la investigación estima que hay que tener cuidado con nuestros recursos naturales. Si las medidas técnicas simplemente hacen frente a la escasez de recursos y no ajustamos nuestro propio comportamiento, la sociedad se tornará vulnerable.
"El agua influye en la sociedad y la sociedad influye en el agua", dice Linda Kuil, coautora del estudio. "El suministro de agua determina la cantidad de comida disponible, por lo que a su vez afecta el crecimiento de la población. Por el contrario, el aumento de la población puede interferir con el ciclo natural del agua a través de la construcción de embalses, por ejemplo".
La tecnología de riego que sirvió a los mayas para sobrevivir a las sequías, acabó haciendo vulnerable a esta cultura
Dado que el agua y la sociedad tienen un tipo de influencias directas entre sí, no pueden ser descritas por modelos independientes. Esta es la razón por la que los investigadores de la TU Wien exploran las interacciones entre sociología e hidrología para representarlas acopladas mediante modelos matemáticos. El campo emergente de la socio-hidrología establece interrelaciones matemáticas, por ejemplo, entre disponibilidad de alimentos y tasa de natalidad, o entre episodios de escasez La dependencia del riego abocó al colapso de la civilización Maya recientes aún presentes en nuestra memoria y el plan de la sociedad para la construcción de depósitos de agua. Este tipo de interrelaciones, en combinación con una amplia cantidad de datos históricos y actuales, ofrecen un sistema complejo que, en última instancia, produce diferentes escenarios de interacciones en la naturaleza humana.
"Es bien conocido que los mayas construyeron reservorios de agua en preparación de los períodos de sequía", dice Linda Kuil. "Con nuestro modelo, ahora podemos analizar los efectos de la ingeniería del agua de los mayas en su sociedad. Es posible simular escenarios con y sin depósitos de agua y comparar las consecuencias de estas decisiones".
Como resultado, los depósitos de agua puede proporcionar importante socorro durante cortos períodos de sequía. En las simulaciones sin depósitos, la población maya disminuía después de la sequía, mientras que continuaba creciendo con depósitos de agua adicional. Sin embargo, los depósitos pueden hacer a la población más vulnerable durante prolongados períodos de sequía. El comportamiento de la gestión del agua se mantiene mientras la demanda de agua por persona no disminuye, en un contexto en que la población siguió creciendo. Entonces esto puede ser fatal si se produce otra sequía, que resulta en un déclive de la población más dramático que sin depósitos de agua de reserva.
Probablemente nunca se conocerán todas las razones del ocaso de los mayas. Después de todo, las guerras o epidemias pudieron participar también. El modelo socio-hidrológico desarrollado por el equipo de la Universidad Técnica de Viena, sin embargo, revela que las sequías y los problemas del agua son una de las explicaciones posibles para su desaparición y muestra lo vulnerable que una sociedad con ingeniería desarrollada puede llegar a ser. "Cuando se trata de recursos escasos, las soluciones más simples en la zona no son siempre los mejores," dice Linda Kuil. "Hay que cambiar el comportamiento de las personas, reevaluar la dependencia de la sociedad sobre este recurso y reducir el consumo. De lo contrario, la sociedad puede de hecho ser más vulnerables a los desastres en lugar de más seguras, pese a las soluciones técnicas inteligentes".
