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El agua amenaza la limpieza de Fukushima en el octavo aniversario de la catástrofe

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    Central nuclear de Fukushima en el año 2007. (CC/Wikipedia).
  • El Gobierno japonés baraja varias opciones para purificar el agua contaminada que actualmente almacena la planta.

Un millón de toneladas de agua contaminada deberán ser almacenadas, posiblemente durante años, en la planta nuclear de Fukushima, lo que supone un nuevo obstáculo para la limpieza de las instalaciones cuando se cumple el octavo aniversario de la catástrofe en la ciudad japonesa.

El año pasado, la compañía Tokyo Electric Power (Tepco) reconoció que el sistema que debía purificar el agua contaminada había fallado a la hora de eliminar las partículas radiactivas.

Esto supone que la mayor parte del agua, que actualmente está almacenada en 1.000 tanques alrededor de la planta, tendrá que volver a ser procesada antes de ser devuelta al océano, en lo que es el escenario más probable ahora mismo.

Este proceso podría llevar cerca de dos años, además de acarrear el desvío de personal y recursos que actualmente se utilizan para desmantelar los reactores dañados por el tsunami, una operación que según las previsiones costará hasta 40 años finalizar.

No está claro cómo afectará este nuevo retraso al desmantelamiento. El Gobierno japonés calculó en 2016 que el coste total de este proceso, la descontaminación de las áreas afectadas y las compensaciones podrían llegar a los 21,5 billones de yenes (unos 170.000 millones de euros), casi el 20% del presupuesto anual del país.

Tepco ha reconocido que se está quedando sin espacio para almacenar el agua. Además, algunos expertos han advertido de que si hay otro terremoto importante, los tanques podrían romperse provocando el vertido ál océano de líquidos altamente radiactivos.

Los pescadores, en su apuesta por recuperar la confianza de los consumidores, están vehementemente en contra de verter el agua procesada, que la Autoridad Nuclear Japonesa (NRA) ha calificado como mayormente inofensiva.

"Esto destruiría lo que hemos estado haciendo durante los últimos ocho años", ha asegurado el líder de la Federación de Cooperativas de Pescadores de Fukushima. Las capturas del año pasado apenas llegaron al 15% de los niveles anteriores a la crisis, principalmente por la reticencia a consumir pescado procedente de estas aguas.

Un proceso que lleva su tiempo

En la mayoría de zonas de la planta nuclear ya no es necesario que los trabajadores lleven máscaras ni que lleven trajes de protección contra la radiación. Solamente los edificios del reactor y otras áreas requieren este equipamiento especial.

Alrededor de la planta hay tanques para llenar hasta 400 piscinas de tamaño olímpico, donde unas máquinas llamadas ALPS han estado tratando el agua contaminada.

Tepco ha explicado que este sistema puede eliminar todos los radionucleidos excepto el tritio, un isótopo del hidrógeno relativamente inofensivo y que es muy difícil de separar del agua. Líquidos con esta sustancia son vertidos al medio ambiente en otras áreas nucleares en otras partes del planeta.

No obstante, un periódico japonés cuestionó el año pasado la calidad de las aguas procesadas con los ALPS, lo que llevó a Tepco a reconocer que había estroncio 90 y otros elementos radiactivos en muchos de los tanques.

El almacenamiento a largo plazo tiene un lado positivo, ya que la radiación bajaría, pero hay un riesgo de fuga

Tepco ha afirmado que estos problemas han ocurrido porque algunos materiales absorventes del equipamiento no se han sustituido con la frecuencia adecuada.

La compañía se ha comprometido a volver a purificar el agua si el Gobierno decide que verterla al océano es la mejor solución. Según un equipo gubernamental que realizó estudios en 2016, es la opción más barata de las cinco analizadas, que incluyen la evaporación, el entierro y mandarla al espacio.

El Gobierno y Tepco están ahora estudiando la creación de otro panel de expertos, pero no se ha fijado una fecha.

El director del NRA, Toyoshi Fuketa, considera que verter el agua tras la dilución es la única manera accesible de lidiar con el problema. Además, ha advertido de que posponer esta decisión indefinidamente podría hacer fracasar el proyecto de desmantelamiento.

La historia interminable

Otra de las opciones es almacenar el agua durante décadas en tanques normalmente destinados al petróleo. La idoneidad de estos recipientes ya ha sido analizada, según ha explicado el ingeniero de la planta y miembro de la Comisión de Ciudadanos sobre Energía Nuclear, Yasuro Kawai.

Esta comisión propone almacenar el agua con tritio, que tiene una vida media de 12 años y medio, durante 123 años, tras los que sería una milésima parte de lo radiactiva que era cuando se guardó en los tanques.

A pesar de que los expertos han avisado de que los tanques serían vulnerables a grandes terremotos, el ministro de Industria japonés, Hiroshige Seko, ha asegurado que analizará esta opción.

"El almacenamiento a largo plazo tiene un lado positivo, ya que la radiación bajaría. Pero hay un riesgo de fuga", ha reconocido a Reuters. "Es difícil mantener el agua indefinidamente, así que el comité también analizará cómo deberíamos deshacernos de ella", ha añadido.

Muchos habitantes de la zona esperan que Tepco simplemente siga almacenando el agua. Si es vertida al océano, "todo el mundo caería en una depresión", ha afirmado el capitán de un pesquero local, Koichi Matsumoto.

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