Las Fuerzas Armadas turcas han atacado un escuela primaria y una planta de agua en la región siria de Afrin, donde desarrollan desde el 20 de enero una ofensiva, según han informado este miércoles los milicias kurdas y la agencia oficial del régimen de Bashar al Assad. Ankara, en cambio, ha negado las acusaciones.
Un portavoz de las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, Nuri Mahmud, ha asegurado que el Ejército de Turquía y sus aliados sirios han bombardeado la principal planta que suministra agua a la ciudad de Afrin. Los técnicos estarían intentando reparar las instalaciones para poder reanudar el servicio.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres pero fuentes sobre el terreno, ha confirmado también daños en la planta, ubicada a unos 9 kilómetros de Afrin. Según el Observatorio, cientos de miles de habitantes de Afrin y desplazados dependen de esta agua.
Mahmud ha asegurado, además, que varios proyectiles impactaron el martes contra una escuela primaria en la localidad de Maydanki sin causar víctimas. La agencia de noticias estatal, SANA, ha informado de la destrucción de parte del edificio.
"Las Fuerzas Armadas turcas no buscan ese tipo de objetivos", ha respondido una fuente militar de Turquía ante la batería de acusaciones conocidas este miércoles.