La primera Escuela de Campo implementada en San José de Bocay, Jinotega, promocionó a más de 50 estudiantes originarios de las comunidades Los Ángeles y Los Mollejones, como Gestores Integrales de los Recursos Hídricos.
La Escuela de Campo (ECA), implementada por ONGAWA integrante de la Iniciativa Paragua, es pionera en impulsar estudios sobre la planificación de fincas, con enfoque de cuenca, para la gestión y uso integral del recurso hídrico garantizando la participación de todos los actores en condiciones de equidad de género.
Fueron 22 mujeres y 33 hombres (55 en total) los que lograron concluir el proceso formativo a través de la metodología de Escuela de Campo. Las mujeres (40%) alcanzaron el mayor puntaje durante el proceso de aprendizaje.
Los estudiantes son habitantes de tres áreas de recarga de la micro cuenca La Camaleona, donde se abastece de agua a más de 6,000 personas del casco urbano de San José de Bocay y cuatro comunidades.
Durante casi 4 meses, las y los estudiantes aprendieron sobre la importancia que tienen las áreas de recarga en la provisión de agua para consumo humano y cómo armonizar las actividades productivas, sin comprometer la calidad y disponibilidad del agua con un manejo integral, gracias a la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Al acto de graduación asistió la licenciada Ana Janeth Sovalbarro, Alcaldesa de San José de Bocay, quien expresó que “actualmente solo estamos pensando en la producción y no en el agua. En La Camaleona hay un poco de reserva, si no la cuidamos, dentro de 20 años no tendremos agua. Es importante que ese conocimiento se ponga en práctica para el bien de todos”, dirigiéndose a los asistentes.
La escuela incluye la elaboración, implementación y seguimiento a Planes de Manejo Sostenibles de Fincas (PMSF), con enfoque en la gestión integral del recurso hídrico, en los que se promueve el establecimiento de sistemas agroforestales, silvopastoriles y la conservación de bosques. Además, de mejorar las condiciones de sus patios y viviendas.
Alfredo Portillo, técnico de ONGAWA, dijo que implementaron la escuela porque “las actividades productivas están afectando negativamente la disponibilidad y calidad del agua, hay una limitada sensibilización ambiental en la población, cambios en el uso del suelo (bosque por áreas de cultivo), contaminación de las fuentes de agua por heces fecales, la actividad cafetalera y los plaguicidas, y no hay ordenamiento integral de fincas”.
Los egresados no continuarán solos, ya que se les brindará asistencia técnica en la implementación de los planes de manejo, “hemos establecido 10 fincas modelos para que otras/os productoras/es aledaños a las áreas de recarga puedan conocer cómo producir y conservar el agua”.
Será este nuevo grupo de gestores de la ECA quienes promuevan la gestión sostenible e integral de los recursos hídricos, para garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento de las familias de las zonas rurales.
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