La población del Delta del Ebro ha recibido hoy al catamarán WWF Solar en una protesta multitudinaria contra el nuevo Plan del Ebro, que establece unos caudales claramente insuficientes para el tramo final del río y su Delta. Estos caudales agravarán la situación actual de deterioro que sufre el espacio protegido, reconocida por el propio plan. El WWF Solar ha remontado el río hasta Amposta arropado por numerosas embarcaciones convocadas por la Plataforma en Defensa de l’Ebre (PDE). Además, WWF ha denunciado con una simbólica cena submarina que “sin agua del Ebro no hay pescado”.
El Delta del Ebro, una de las zonas húmedas más importantes de España, recién declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, está en una situación muy delicada: según el Plan de cuenca, las 14 masas de aguas que constituyen el Delta están en mal estado y sufren problemas de elevada salinización y falta de agua. A pesar de ello, el nuevo Plan asigna para la mayoría de los meses del año un caudal sensiblemente menor que los 100 metros cúbicos por segundo que establece el Plan Hidrológico anterior, una cifra que se ha demostrado claramente insuficiente para mantener el ecosistema en buen estado.
El humedal tarraconense ha vivido esta mañana una protesta multitudinaria convocada por la PDE y WWF en defensa de este importante espacio natural, protegido por diversas figuras nacionales e internacionales, como el Convenio Ramsar o la Red Natura 2000. Es la primera movilización social convocada contra el nuevo Plan Hidrológico del Ebro, aprobado en el Consejo Nacional del Agua del pasado 29 de julio con la oposición de las organizaciones ecologistas y la Generalitat de Cataluña. El Consejo de Ministros debe ratificar la aprobación de este pernicioso Plan de cuenca, y las organizaciones convocantes piden su rechazo.
El nuevo Plan pretende dar agua a 445.000 nuevas hectáreas de riego en la cuenca, que se suman a las 965.000 actuales: en total, habría en la cuenca una superficie de regadío equivalente a cerca del triple de la extensión de La Rioja. Además, cada una de las 9 Autonomías afectadas ha solicitado una reserva hidráulica, destacando Aragón que pide 6.000 hm3 (6 veces el volumen previsto del derogado trasvase del Ebro). Para ello necesitará construir más de 40 embalses hasta 2027, algo que matemáticamente resulta imposible sin dejar los ríos de la cuenca casi secos.
“La falta de agua y de aportes de sedimentos por el río Ebro, como consecuencia de la aplicación del Plan, agravará el hundimiento del Delta y provocará la intrusión del agua marina más allá de Amposta, a 30 kilómetros de la desembocadura del río”, ha asegurado la responsable del programa de aguas continentales de WWF España, Eva Hernández.
La pesca también se verá perjudicada, pues los alevines de especies de interés pesquero necesitan aportes de agua dulce del río para reproducirse. Esta zona del Mediterráneo es muy pobre en nutrientes durante el verano, la época de reproducción de las larvas de boquerón (o anchoa). Por ello, la viabilidad de las larvas de esta especie depende en gran medida de los aportes de agua del Ebro y del Ródano. La correlación entre la cantidad de agua que el Ebro vierte al mar y las capturas de anchoa fue demostrada por un estudio del CSIC, que determinó que cada metro cúbico por segundo de agua del Ebro vertido al mar propicia al año siguiente unas capturas de 200 kilos de anchoas. Además, la interacción entre el agua del Ródano y del Ebro en alta mar crea unas “islas” de agua menos salada, vitales para la supervivencia de otras muchas especies comerciales, un efecto conocido como “filamentos de agua”.