“Agua y Trabajos” es el tema del Día Mundial del Agua 2016. Este año está coordinado en nombre de UN-Water por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el organismo de la ONU que promueve los derechos laborales, anima a las oportunidades de empleo decente, defiende la protección social y fortalece el diálogo sobre los temas relacionados con el trabajo.
El tema destaca como, tanto el agua como los trabajos, tienen el poder de transformar la vida de las personas.
El agua es fundamental para la supervivencia humana, el medio ambiente y la economía, y el trabajo decente pueden aportar ingresos y preparar el camino para mayores avances sociales y económicos.
En la actualidad casi la mitad de los trabajadores del mundo. 1.5 miles de millones de personas trabajan en sectores relacionados con el agua y casi todos los trabajos dependen del agua y aquellos que garantizan su suministro seguro, como Acuamed. Sin embargo, los millones de personas que trabajan con el agua a menudo no son reconocidos ni protegidos por derechos laborales básicos. Por ejemplo una niña que tenga que caminar durante horas cada día para ir a buscar agua para su familia. Este es un trabajo Pero no se paga y no se reconoce. Si se garantizase el suministro de agua, esta niña podría ir a la escuela en lugar de hacer eso.
El agua es fundamental para la supervivencia humana, el medio ambiente y la economía, y el trabajo decente pueden aportar ingresos y preparar el camino para mayores avances sociales y económicos
En los países desarrollados como España, no valoramos el tremendo y esfuerzo que hay detrás de nuestro suministro constante de agua de calidad y olvidamos que muchas personas no disfrutan de similares privilegios que son fruto del esfuerzo de muchos trabajando a nuestro favor.
El agua y el saneamiento tienen también un fuerte impacto en la vida de los trabajadores y la salud. Cada año fallecen 2 millones de personas debido a su trabajo. De ellos un 17% están relacionados con el agua (agua de consumo de baja calidad, saneamientos deficientes, falta de higiene, y desconocimiento).
El suministro de agua de calidad, el saneamiento y la higiene en el hogar y el trabajo posibilitan una economía robusta al contribuir a una población sana y productiva con ratios de beneficio/coste tan elevados como 7 a 1. A la inversa, aquellos que menos acceso tienen al agua y al saneamiento son normalmente los que tienen un peor acceso a los servicios sanitarios y trabajos estables, así alimentando el ciclo de la pobreza. En este sentido persiste la brecha de la igualdad entre habitantes urbanos y rurales, géneros, y entre los segmentos más ricos y los más pobres de la población.
El agua también afecta a la vida de los trabajadores a través de su presencia, su calidad y su cantidad. Por ejemplo en el sector de la agricultura de regadío, tan importante en España, que en el mundo representa el 70% del consumo de agua, el trabajo de un agricultor depende en su capacidad de gestionar agua limpia disponible mientras se enfrenta a desafíos como la sobreexplotación de acuíferos, cambio climático y escasez.
La gestión sostenible del agua incluye en su más amplio sentido la protección y recuperación de los ecosistemas, la gestión integrada de los recursos hídricos, el desarrollo de infraestructuras, la explotación y mantenimiento de infraestructuras e instalaciones, el acceso a agua de calidad con fiabilidad y a un precios asequibles, unos servicios de saneamiento adecuados, y crea un entorno capacitador para la creación de oportunidades de empleo a largo plazo así como el desarrollo y crecimiento de diferentes sectores económicos.
El agua es capaz de crear empleos remunerados y decentes. Puede contribuir a una economía más verde y un desarrollo sostenible, Pero para que esto ocurra hacen falta más trabajadores cualificados. Y necesitamos que esos trabajadores lo hagan con dignidad, igualdad, seguridad y una remuneración justa.