Cataluña, en materia de gestión de recursos hídricos, adopta un modelo de gestión flexible, destinado a optimizar al máximo el agua disponible utilizando las diversas fuentes de abastecimiento de agua como la proveniente de los ríos, las aguas subterráneas y las plantas desalinizadoras. Este modelo incluye un eje muy consolidado, que es el ahorro y que permite que gracias al consumo responsable se prolonguen en el tiempo las reservas disponibles.
No olvidemos que las cuencas internas, además de estar condicionadas por el clima mediterráneo, que alterna largos periodos de estiaje con episodios de lluvias intensas y de corta duración, también disponen de recursos hídricos limitados para satisfacer las necesidades del 90% de la población catalana.
En saneamiento, disponemos de 514 depuradoras en servicio que sanean las aguas residuales generadas por el 97% de la población, lo que ha supuesto la mejora progresiva de nuestras masas de agua.
Todo ello se complementa con una buena gestión del medio, tanto en cuanto a inspecciones y controles como para actuaciones encaminadas a mejor el estado de nuestros ríos.
Preservar el buen estado de las masas de agua
Para disponer de agua en cantidad y calidad, es básico que preservamos al máximo el buen estado de nuestros recursos hídricos, tal como establece la Directiva Marco del Agua y, también, la propia directiva de nitratos.
La contaminación por nitratos es uno de los principales problemas ambientales que afecta a la calidad de las masas de agua subterránea en Cataluña.
Es una cuestión que no es visible a simple vista, como un posible episodio de contaminación en un tramo de río o en algún punto de nuestro litoral, pero no por ello deja de ser una grave problemática, ya que afecta alrededor del 70% de las aguas que tenemos en mal estado bajo nuestros pies y también el 57% de las superficiales.
Entre 1998 y 2015 se han aprobado tres decretos y dos acuerdos de Gobierno sobre la designación de zonas vulnerables en Cataluña, una herramienta que ha servido para fijar aquellas zonas que tienen un exceso de nitratos en las aguas subterráneas.
La contaminación por nitratos afecta alrededor del 70% de las aguas subterráneas de Cataluña
Esto ha comportado la necesidad de implantar mejores prácticas agrícolas y ganaderas para evitar la entrada al medio de mayores concentraciones de nitratos. Y, también, que las depuradoras tengan que disponer de tratamientos más eficientes y avanzados para adecuarse a los requerimientos legales, lo que genera unos costes que la administración ha de internalizar.
Hay que seguir mejorando
En estos cerca de 20 años, a pesar de las medidas adoptadas a raíz de la designación de las zonas vulnerables los resultados han evidenciado una casi nula recuperación. En algunos casos, algunas zonas han mejorado en detrimento de otras, pero en el conjunto, el problema sigue presente y creciendo.
La solución es multidisciplinar y afecta a muchos actores diferentes, lo que requiere la unión de todos los esfuerzos para gestionar este problema y buscar soluciones efectivas y definitivas.
A pesar de la existencia de tecnologías paliativas, hay que erradicar el problema desde su raíz con la labor de todos los actores implicados
El progreso de Cataluña necesita, sin duda, del desarrollo social, económico y territorial del conjunto del país, pero este desarrollo debe basarse en un modelo sostenible, (ambiental, económica y socialmente, hablando). Y esto ocurre, también, para potenciar la bioeconomía y aplicar el principio de prevención.
Actuar en origen
En pleno siglo XXI las políticas ambientales, tal como se estableció en Río 1992 y tal como dice la propia Directiva marco del agua, deben priorizar una visión integrada, como es la prevención en origen de la contaminación.
No se pueden externalizar los costes de restitución y trasladarlos al conjunto de la sociedad cuando lo que hay es evitar el problema en origen, a través de las buenas prácticas de fertilización, el control vía planes de gestión y Decreto y la necesaria internalización y asunción de los costes medioambientales.
En el caso de la gestión de los nitratos, por lo tanto, hay que actuar desde la óptica de la prevención en origen para ir interiorizando unos cambios que den sus frutos con un lapso de tiempo determinado y con el objetivo de que podamos alcanzar el buen estado de las masas de agua afectadas.
Paralelamente y mientras no se constate una mejora sustancial en el estado de las masas de agua, será necesario que recurrimos a la innovación y las nuevas tecnologías, como ya se está haciendo en algunas casos actuando a final de tubería, para garantizar el abastecimiento de agua y hacer posible que el agua que llegue a los hogares cumpla con todas las garantías de calidad. Varias iniciativas llevadas a cabo con la colaboración del Clúster Catalán del Agua nos servirán para potenciar nuevos sistemas para garantizar el abastecimiento de agua a la población.