El director gerente de Aguas de Huelva D. Marcos Martín ha recibido en la Delegación Provincial de Salud de Huelva, la acreditación que cataloga a EMAHSA como zona cardioasegurada, de manos del delegado provincial de salud de la junta de Andalucia, D. Rafael López Fernández y del director del 061 de Huelva D. Juan Chaves. Los asistentes al acto han coincidido en resaltar la importancia de que las empresas apuesten por la instalación de desfibriladores en sus centros de trabajo y den formación a sus empleados en el uso de estos aparatos y técnicas de RCP.
- Durante el pasado 2016, Aguas de Huelva desarrolló gracias a la implicación de sus empleados, las acciones pertinentes para conseguir esta distinción, cuyos requisitos son:
- Tener instalados y operativos desfibriladores externos automatizados en sus instalaciones, en un número suficiente y en la ubicación adecuada, de forma que se posibilite que al menos al 75% de las potenciales personas usuarias de dichas instalaciones se les pueda aplicar la desfibrilación en un tiempo no superior a 3 minutos.
- Tener elaborado un plan de formación para su personal en técnicas RCP y manejo de desfibriladores semiautomáticos (DESA). En esta formación impartida por los sanitarios de la ONG Bomberos unidos sin fronteras participó más del 60% de la plantilla de la empresa. Los trabajadores de EMAHSA han sido una parte vital para el desarrollo de esta iniciativa.
- Tener diseñado un adecuado plan de mantenimiento de los desfibriladores instalados, conforme a sus especificaciones técnicas y recomendaciones del fabricante.
Además de Aguas de Huelva han sido distinguidas con esta acreditación, las empresas Enagas, Atalaya Rio Tinto Minera, y Centro de Formación Afis.
El director gerente de Emahsa Marcos Martín ha manifestado su agradecimiento a la Delegación Provincial de Salud y a EPES por el otorgamiento del distintivo y ha felicitado a los empleados de Aguas de Huelva por su gran involucración en esta importante iniciativa de seguridad y salud llevada a cabo.
En España se producen cada año, en torno a 25.000 paradas cardíacas fuera de los centros hospitalarios. En la gran mayoría de los casos son debidas a una arritmia cardiaca maligna llamada fibrilación ventricular, cuyo único tratamiento eficaz es la desfibrilación eléctrica in situ mediante un DESA (desfibrilador semiautomático), y a continuación la atención especializada por los equipos de emergencias sanitarias.