Con un presupuesto de 763.209 euros, el Consejo de Diputados ha aprobado licitar las obras que permitirán recoger el agua del manantial mineromedicinal –propiedad de la Diputación Foral de Álava- desde el pueblo de Sobrón hasta el cruce a Bergüenda. Se trata del tercer tramo de las obras de renovación del abastecimiento de la zona.
Asimismo, el Departamento Foral de Medio Ambiente y Urbanismo ha contratado la realización del proyecto del segundo tramo –desde el barrio de La Playa hasta la carretera-, cuya finalización está prevista para el primer trimestre de 2017, con una inversión de 21.300 euros.
De esta manera, se inician los pasos para dar solución a un problema histórico de suministro de agua que afecta al término municipal de Lantarón. En concreto, los vecinos de Sobrón, Bergüenda, Puentelarrá y Fontecha tienen importantes problemas de desabastecimiento, que les obliga a recurrir a menudo a camiones-cisterna. Y es que, la conducción actual data de la década de los años 60 y presenta numeras fugas a lo largo de sus quince kilómetros de longitud.
Con respecto al primer tramo de la obra, según el acuerdo-marco de colaboración entre la Diputación Foral de Álava y la Agencia Vasca del Agua, será esta última entidad la encargada de redactar el proyecto, que ya está ultimando, y que permitirá ejecutar estas obras que faltan.
Se trata de una conducción estratégica a futuro, ya que por su valor, residida en su ubicación y capacidad aporta un recurso inagotable al territorio y complementario al sistema Zadorra.
El acuífero de Sobrón
Este acuífero no se conocía hasta que, con motivo de una perforación petrolífera, fue hallado en la década de los años 60 a una profundidad cercana a los 600 metros. El agua surgente actualmente no se utiliza y se vierte al embalse de Sobrón con un caudal que varía entre 115 y 98 litros/segundo. Este agua, gracias a sus características mineromedicinales, fue declarada de utilidad pública en 1970, lo que le permitió a la Diputación Foral de Foral de Álava su adquisición.
Cabe destacar, además, que el agua fluye de manera natural a la superficie con un caudal más o menos constante desde hace 40 años, lo que induce a pensar que no está directamente afectado por la climatología, al contrario del resto de manantiales de la zona.