El descenso de nivel de agua embalsada en el pantano de Riba-roja ha dejado ver la gran cantidad de sedimentos depositados en la desembocadura del Segre en el municipio de Mequinenza, según ha advertido este miércoles el Ayuntamiento de la localidad zaragozan.
Entre las zonas más afectadas se encuentran el Campo Municipal de Regatas, que lleva "años sin poderse utilizar por ese motivo"; parte del Paseo Fluvial, "muy utilizado por pescadores"; la zona central del cauce del Segre frente al municipio, en la que se actuó el pasado verano con la retira de troncos de gran tamaño, y otra zona aguas abajo del municipio, a la altura del Castillo en la desembocadura en el Ebro.
La lámina de agua muestra un manto verde por la acumulación de algas en esos puntos donde se observan los sedimentos acumulados en una zona con un transito importante de embarcaciones tanto de pesca como de remo, ha detallado el consistorio.
Estos sedimentos, que provienen del desembalse de Barasona hace unos años y por las crecidas de los ríos Cinca y Segre en un tramo de unos cinco kilómetros frente al núcleo urbano y hasta la desembocadura del río Segre en el Ebro, "provocan un importante perjuicio económico para la localidad al imposibilitar el uso de parte de sus infraestructuras para la práctica del remo, el piragüismo y la pesca".
Por este motivo, Mequinenza ha dejado de ser sede de campeonatos de carácter nacional, e incluso internacional, en estas disciplinas lo que "está lastrando su proyección como destino de primer nivel de turismo fluvial y deportivo", han afirmado las mismas fuentes.
A pesar de ello, el consistorio está trabajando para intentar compatibilizar y coordinar los usos de los espacios disponibles y, principalmente, para llevar a cabo una actuación integral que permita recuperar unos espacios que son "vitales" para el desarrollo turístico del municipio y de la Comarca del Bajo Cinca.