Voluntarios del Proyecto Ríos ha trabajado durante dos jornadas para luchar contra la flora invasora del río Saja y han conseguido eliminar más de 350 kilos de plantas y bulbos de Crocosmia en la zona de la Hoz de Santa Lucía, en Cabezón de la Sal, según ha informado la Asociación Cambera.
El Saja es uno de los ríos más afectados de las cuencas fluviales del Cantábrico por la problemática asociada a la flora exótica.
En ambas jornadas los voluntarios han sido formados y equipados con herramientas de mano para la extracción de plantas y bulbos de Crocosmia. Se trata de una planta ornamental proveniente de Sudáfrica que invade las riberas fluviales, desplazando a la flora autóctona y con diversos componentes tóxicos con los que evita ser comida por los herbívoros.
En Cantabria está presente en todas las cuencas cantábricas, especialmente en la del Saja y la del Besaya.
Estas actuaciones de erradicación de flora exótica se completarán a lo largo del otoño con plantaciones de especies ribereñas autóctonas que hagan de barrera natural a la dispersión de la flora invasora.
Además, a lo largo de los próximos meses se realizará un seguimiento exhaustivo para ver si el espacio de actuación vuelve a ser colonizado, o no, por la flora invasora.
La actividad ha sido dirigida por la Asociación Cambera y se enmarca dentro del Programa Playas, Ríos, Voluntariado y Custodia del Territorio, gracias a la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y la Fundación Biodiversidad. También se cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, que incinerará los restos de plantas para evitar su propagación por otros lugares.
Proyecto Ríos
La iniciativa forma parte de las acciones que Cambera desarrolla para la protección de los ríos de Cantabria, dentro del Proyecto Ríos, iniciativa de voluntariado y ciencia ciudadana nacida en el año 2007 que trabaja para el estudio y conservación de los ecosistemas fluviales cántabros, para ello realiza acciones de voluntariado, estudio, educación ambiental y custodia del territorio, contando con la colaboración de una extensa red de voluntarios dispersos por toda Cantabria.
