Los casos de conjuntivitis causada por adenovirus se incrementa en los meses de verano por el mayor contacto directo con aguas no tratadas, que aumenta el riesgo de contagio, según recuerda la Fundación Rementería, que alerta de que los grupos más vulnerables son personas inmunodeprimidas y niños.
En este sentido, la oftalmóloga de la Fundación Rementería Montserrat García asegura que "en estos meses se frecuentan sitios con mayor aglomeración de gente, como los hoteles o las piscinas, y las personas se bañan más en aguas como las de playas, ríos o pantanos que pueden contener una gran cantidad de gérmenes, lo que aumenta las posibilidades de contraer enfermedades oculares, como las conjuntivitis víricas".
El primer síntoma que suele aparecer es el enrojecimiento ocular, "ante el cual es aconsejable visitar al oftalmólogo para que pueda determinar el origen", recomienda la doctora. En caso de sufrir infección de tipo vírico, las primeras medidas dirigidas a evitar la propagación de la enfermedad y el alivio de los síntomas serían no tapar ni tocar los ojos, lavarlos con suero fisiológico frío de forma frecuente para retirar la secreción, no compartir toallas, lavarse con frecuencia las manos y usar lágrimas artificiales de forma frecuente para aliviar los síntomas.
Además, "el especialista podrá pautar medicación en gotas en los casos más severos o sintomáticos. En general, se utilizarán antibióticos para evitar una sobreinfección por microorganismos más agresivos, asociados o no a fármacos antiinflamatorios que aceleren la recuperación del cuadro", indica.
Adaptación del tratamiento
Uno de los principales problemas del tratamiento de la conjuntivitis es "conocer el agente causante para poder así proporcionar al paciente el tratamiento más adecuado a su caso", comenta la experta. La principal dificultad para diferenciar entre conjuntivitis viral, bacteriana o alérgica radica en similitud de los síntomas iniciales. "Suelen ser muy parecidos, lo que hacen necesarias distintas herramientas que permitan realizar un diagnóstico lo más preciso posible para conseguir atajar el problema a tiempo y evitar el contagio", afirma.
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva (tejido que recubre la superficie del ojo y la cara interna de los párpados) provocada por bacterias, virus o alérgenos, "aunque las más habituales en verano son las causadas por adenovirus y el estafilococo áureo", subraya esta especialista. En el caso de la conjuntivitis vírica, los síntomas más característicos son la presencia de ojo rojo, la secreción serosa o mucosa, la inflamación de párpados y conjuntiva y la sensación de "cuerpo extraño" en el ojo. Puede acompañarse de un cuadro de afectación de vías respiratorias altas, como una faringitis leve, y suelen durar entre tres y cuatro semanas.
La conjuntivitis vírica causada por adenovirus puede variar la sintomatología desde leve a severa en función de los distintos serotipos causantes. Es muy contagiosa en los primeros quince días por lo que ahora en esta época "hay que tener especial cuidado en no compartir toallas, colirios o maquillaje con otras personas, así como no rascarse los ojos ante la sensación de picor", recuerda.
Una de las herramientas que los expertos utilizan para afinar en el diagnóstico de la conjuntivitis por adenovirus es 'Adenoplus'. Estas pruebas han sido aprobadas por la 'Food and Drug Administration' (FDA) para su uso en las consultas de oftalmología. "Se trata de un test que permite de forma rápida, indolora y segura detectar este tipo de infecciones con una sensibilidad del 90 por ciento y una especificidad del 96 por ciento", asegura la doctora García.