Con motivo de la celebración del Foro de la Economía del Agua, una ambiciosa iniciativa que este 24 de noviembre celebra su tercera edición con un panel de ponentes de auténtica excepción, entrevistamos a José Carlos Díez, Director del Foro de la Economía del Agua.
Pregunta: Señor Díez. Usted es conocido por su intensa actividad académica y mediática como “economista observador”. Desde su posición, ¿qué escenario observa actualmente en la economía mundial?
Respuesta: La economía mundial se recuperaba de la peor crisis en 80 años y la victoria de Trump complica volver a una senda de crecimiento sostenible. Propone políticas fiscales y monetarias irresponsables, como sucedió con Reagan, que generaron mucha inestabilidad económica en los años noventa. Su discurso es proteccionista y quiere americanizar el mundo. El mundo ya es multipolar y multicultural y es necesario adaptar las instituciones nacidas en Bretton Woods, pero Trump lo complica.
En 2018 el BCE dejará de comprar deuda y España será una economía vulnerable a la inestabilidad financiera
Y no asumirá los compromisos de Obama en la Cumbre del Clima, en principio. Millones de estadounidenses han confiado en él para mejorar su nivel de vida pero sus políticas son un desastre y dentro de unos años serán conscientes de ello.
P.- La economía española ha vivido desde 2008 una durísima crisis que parece amainar viendo los datos macroeconómicos de los últimos meses. ¿Considera usted que podemos hablar de una recuperación que se va a consolidar en el tiempo o estamos ante un repunte coyuntural?
R.- El empleo crece y nos estamos recuperando pero el desempleo y la deuda siguen siendo muy elevados y aún no hemos salido de la crisis. La clave para la recuperación ha sido las compras de deuda del BCE que han bajado el pago de intereses de la deuda pública, los créditos a empresas y familias y ha depreciado el euro favoreciendo nuestras exportaciones.
Pero en 2018 el BCE dejará de comprar deuda y España será una economía vulnerable a la inestabilidad financiera como ha reconocido el ministro de economía Luis de Guindos.
P.- El agua juega un papel de importancia indiscutible en la economía de un país. En el caso de España, ¿qué aspectos destacaría de la relación entre la disponibilidad y calidad del recurso hídrico y el desarrollo económico?
R.- El agua es un bien clave para el desarrollo económico más aún para un país como España que recibe más de 70 millones de turistas, muchos en la costa y las islas, con elevado estrés hídrico y en verano. California es un caso similar que lleva casi 6 años con una dura sequía y deberíamos aprender de sus errores. Buena parte del Levante español ya está en sequía y nadie sabe cuanto va a durar. Por lo tanto, una buena gestión del recurso hídrico ha sido clave para nuestro desarrollo y debe seguir siéndolo. Por esta razón, hemos creado el Foro de Economía del Agua.
Una buena gestión del agua ha sido clave para nuestro desarrollo y debe seguir siéndolo
P.- Vivimos tiempos de austeridad y el sector del agua lo sabe muy bien. Las inversiones en infraestructuras se han reducido de forma muy considerable en los últimos años y su deterioro se está convirtiendo en una seria amenaza para mantener la calidad de los servicios. ¿Cómo pueden las administraciones hacer frente a las inversiones pendientes mientras mantienen la estabilidad fiscal que demanda Bruselas?
R.- En España gracias a un enorme esfuerzo inversor desde los años ochenta y con apoyo de fondos europeos tenemos agua con cobertura universal, de buena calidad y a buen precio. Pero desde 2010 la inversión se ha parado en seco y la red empieza a dar problemas. Me preocupa que en muchos ayuntamientos el debate sea público o privado y no recurso de calidad a buen precio que permita hacer las inversores necesarias.
En el Foro de Economía del Agua huimos de dogmatismos público versus privado y queremos aportar al debate rigor académico, ideas y las mejores propuestas para que el agua no sea una limitación para reducir nuestra tasa de paro y mejorar los salarios y nivel de vida de los españoles.
P.- En un artículo publicado este año en iAgua Magazine, alertaba de la amenaza que podía suponer para un ayuntamiento endeudado “remunicipalizar” el servicio de agua. ¿Cree que no se está explicando bien a los ciudadanos las implicaciones de este tipo de decisiones sobre la gestión del ciclo urbano del agua?
R.- Con muchos ayuntamientos endeudados y con restricciones de crecimiento de gasto el debate según se está planteando es absurdo. Si vence el contrato de la concesión, el ayuntamiento no está endeudado y tiene capacidad de gestión y tecnológica la gestión directa es una opción a considerar. En Barcelona, por ejemplo, donde rescindir el contrato de la concesión costaría cientos de millones de euros y donde Colau y su equipo están demostrando carencias para gestionar una gran ciudad, la gestión directa empeoraría la vida de los barceloneses.
Me preocupa que en muchos ayuntamientos el debate sea público o privado y no recurso de calidad a buen precio
P.- Buena parte de los autodenominados “ayuntamientos del cambio” aseguran que su intención es buscar fórmulas que les permitan ofrecer una gestión pública de los servicios. Mirando el mapa político en España, ¿considera que estamos ante una tendencia que se pueda consolidar en un futuro cercano?
R.- El debate no es sobre eficiencia o equidad o sostenibilidad en sentido estricto, es una posición ideológica que pretende que los ciudadanos creamos como un dogma de fe que la gestión pública es mejor que la privada. Es la misma falacia que el Consenso de Washington cuando se nos decía que lo privado siempre es mejor que lo público, mantra que Trump va a resucitar.
En nuestros Foros de Economía del Agua ya hemos demostrado que hay casos de éxito y de fracaso tanto públicos como privados. Nuestra posición es tener una buena regulación para toda España que cumpla las directivas europeas que ahora no estamos cumpliendo y que permita que todos los operadores hagan una gestión eficiente de un recurso vital como es el agua sean públicos, privados o mixtos.
P.- El cambio de gobierno es un buen momento para marcar objetivos. ¿Qué prioridades cree que deben afrontar los responsables de la política de agua en España en la próxima legislatura? ¿Propiciará la aritmética parlamentaria más posibilidades de pactos nacionales en esta materia?
R.- Los ministros encargados del agua son los mismos que en la legislatura anterior donde no hubo avances en un marco regulatorio más estable para el ciclo urbano del agua, aunque las competencias de los ministerios son limitadas.
Nuestra posición es tener una buena regulación para toda España que cumpla las directivas europeas
Con el gobierno débil con 137 escaños en el Parlamento puede haber más debate sobre la necesidad de una buena regulación del agua. Pero también vemos mucha demagogia hablando de cumplir los criterios de Naciones Unidas de acceso universal al agua y saneamiento (ODS6) que en España ya se cumplen. Si hay un problema de pobreza y desigualdad desde el Foro de Economía del Agua somos los primeros en pedir medidas para resolverlos pero el problema del agua es mucho más amplio y más complejo.
P.- La gestión del agua ha estado dirigida históricamente por profesionales de áreas como la ingeniería o el derecho y la participación de los economistas ha sido prácticamente testimonial. ¿Se ha reflejado esta ausencia en una menor eficiencia de las políticas adoptadas?
R.- En los recursos naturales donde el mercado y el sistema de precios no permite por si sólo alcanzar el óptimo social la gestión de éxito es multidisciplinar. Los economistas podemos aportar entre otras cosas análisis coste beneficio, que incluyan valoración de bienes ambientales sin precio e incluir el coste de externalidades. También una regulación que permita una gestión más eficiente del recurso, gracias a aportaciones como las de Hart y Holström que han recibido el premio Nobel de economía de 2016. Pero sin dogmatismo, con rigor, identificando modelos que han funcionado y adaptándolos a nuestra cultura y situación geográfica e hídrica. Y en colaboración con el resto de disciplinas.
Por ejemplo en el análisis de los trasvases los economistas advertimos que gastar miles de millones en hormigón con elevado coste ambiental para producir agricultura que genera el 3% del empleo es irracional. Es mucho más sensato gastar ese dinero en educación y en I+D+i y hacer un uso más racional del consumo de agua, priorizando entre otras cosas la conservación de los ecosistemas acuáticos.
P.- Para finalizar, Sr. Díez ¿Qué lleva a un profesional de su trayectoria a embarcarse en un proyecto como el Foro de la Economía del Agua y qué espera del mismo?
En Alcalá tenemos los mejores expertos en economía ambiental y en economía del agua de España que son asesores de Naciones Unidas y la Unión Europea. Yo lo que hago es organizar los Foros para poner el agua en el debate público, subir el nivel del debate con gente de todo el planeta con cosas interesantes que contar y ayudar a que en España se creen más y mejores empleos con mejores salarios, respetando más nuestro planeta, de modo que el agua no sea un cuello de botella para nuestro desarrollo social y económico sostenible.