El gran desafío para España en la gestión del ciclo urbano del agua radica en el tratamiento de las aguas residuales urbanas, según ha explicado el director académico del Foro de la Economía del Agua, Gonzalo Delacámara. “Estamos fracasando como país en tratar de manera adecuada las aguas residuales”, ha afirmado el economista, que ha pedido una mayor reflexión sobre la seguridad hídrica de las ciudades. “Tenemos redes de alcantarillado que, en un 40%, ya tienen más de 40 años”, algo que según Delacámara ya está generando “problemas serios en cuanto a saneamiento” en el ámbito rural.
De acuerdo con el Foro de la Economía del Agua, la red de depuradoras de aguas residuales adolece de graves problemas de adecuación de las infraestructuras, que el director académico del Foro resumió en los siguientes datos: el 25% de las plantas depuradoras están sobredimensionadas; un 21% de las instalaciones se encuentran en la situación opuesta, no tienen la capacidad suficiente para atender las necesidades de población; un 31% de las plantas no están adecuadamente mantenidas por la falta de recursos “en muchos casos, están incluso, desconectadas, ante el coste energético de mantenerlas conectadas; por último, el 23% de las plantas están obsoletas por la falta de recursos.
Un ejemplo claro de plantas sobredimensionadas se encuentra, según Delacámara, en Toledo, donde la infraestructura está diseñada para tres veces la población a la que sirve, ya que fue concebida en la época de la burbuja inmobiliaria. El caso contrario está, por ejemplo, en la isla de Ibiza: “en esta isla, las plantas depuradoras que hay, darían para atender las aguas residuales de 140.000 personas y en agosto, la población flotante es de medio millón de personas; el resultado es que en esa época, el 63% de las aguas residuales de Ibiza se vierten al mar sin tratamiento alguno”, ha asegurado el economista.
La red de depuradoras de aguas residuales adolece de graves problemas de adecuación de las infraestructuras
Tres desafíos fundamentales que es necesario afrontar
El Foro de la Economía del Agua considera que sobre la gestión del saneamiento surgen tres grandes desafíos que es necesario afrontar: En primer lugar, las plantas depuradoras están preparadas para tratar aguas residuales, pero se ven obligadas a tratar con contaminantes procedentes de la agricultura intensiva, para los que la mayoría no están preparadas; en segundo lugar, las plantas tampoco suelen estar preparadas para tratar los contaminantes orgánicos persistentes, que están en crecimiento, son pequeñas trazas que se detectan en el agua de consumo humano, como la cafeína, restos de medicamentos como ibuprofeno o paracetamol, e incluso productos para tratamientos de fertilidad, de los que la UE exige un tratamiento cada vez más exigente; el tercer problema es el tratamiento de aguas pluviales. “Hemos sellado el suelo, anulando la capacidad natural de drenaje”, ha explicado el director académico del Foro, que puso el Levante y las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona como los casos más claros de esta situación. “Como resultado, aparece en la red de alcantarillado primero y luego en las plantas de tratamiento un exceso de flujo de agua que, además, viene acompañado de contaminantes atmosféricos”, ha recalcado el economista.
El director académico del Foro ha recordado que esta situación se ve agravada por un contexto de endeudamiento público por encima del 100% del PIB y de un déficit público por encima de las exigencias de la UE, que, si aboca a nuevos esfuerzos de consolidación fiscal, dificultará la realización de las inversiones necesarias. En este sentido, Delacámara ha recordado que la red de distribución de agua se renueva en solo un 0,9% al año y la de alcantarillado, en un 0,6%, lo que llevaría a vidas útiles superiores a los 100 años en la red de abastecimiento y de 160 años en la de alcantarillado, muy superiores a la vida útil real de las redes, que está cifrada entre 50 y 70 años.
Para el Foro de la Economía del Agua, la clave para solucionar los desafíos de la gestión del agua en un país como España, uno de los que tiene mayor estrés hídrico en el mundo, está en la gobernanza. “Necesitamos tocar todo al mismo tiempo: el desarrollo tecnológico; el rediseño de incentivos; las brechas de financiación... Esto exige miradas interdisciplinares, generar modelos que no sean excluyentes, sino que incluyan a la sociedad civil, al sector público y privado; y, al mismo tiempo, coordinar políticas sectoriales”, ha concluido Gonzalo Delacámara, que recordó que, dependiendo del enfoque que se haga, el agua será un factor verdadero limitante para el desarrollo, o una oportunidad.
Para profundizar en estos problemas y sus posibles soluciones, el Foro de la Economia del Agua celebrará el próximo 24 de noviembre en Madrid una jornada que será inaugurada por la ex Enviada Especial de la ONU para el cambio climático y ex primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, considerada como la introductora en la agenda mundial del concepto de “desarrollo sostenible”.