Redacción iAgua
Connecting Waterpeople
ICEX España Exportación e Inversiones
Sivortex Sistemes Integrals
Lama Sistemas de Filtrado
LACROIX
ISMedioambiente
Baseform
Amiblu
FENACORE
J. Huesa Water Technology
ESAMUR
Sacyr Agua
Asociación de Ciencias Ambientales
Hidroconta
Molecor
Vector Energy
Fundación Biodiversidad
Schneider Electric
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
AGS Water Solutions
Grupo Mejoras
DATAKORUM
FLOVAC
Laboratorios Tecnológicos de Levante
CAF
Catalan Water Partnership
TEDAGUA
Confederación Hidrográfica del Segura
Likitech
Xylem Water Solutions España
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia
Barmatec
Global Omnium
RENOLIT ALKORPLAN
AMPHOS 21
IAPsolutions
Fundación CONAMA
KISTERS
s::can Iberia Sistemas de Medición
Minsait
EPG Salinas
Idrica
Ingeteam
Fundación Botín
Red Control
ADECAGUA
ADASA
Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER)
Filtralite
Cajamar Innova
ONGAWA
Almar Water Solutions
Hach
Aqualia
GS Inima Environment
SCRATS
TecnoConverting
HRS Heat Exchangers
AECID
ACCIONA
Agencia Vasca del Agua
Innovyze, an Autodesk company
TRANSWATER
Saint Gobain PAM
Rädlinger primus line GmbH

Se encuentra usted aquí

Sobrevivir al sol abrasador: el reto de las plantas autóctonas de ambientes mediterráneos áridos

  • Sobrevivir al sol abrasador: reto plantas autóctonas ambientes mediterráneos áridos
    Ephedra fragilis

Sobre la Entidad

Gobierno de la Región de Murcia
La Región de Murcia es una comunidad autónoma uniprovincial española, situada en el sudeste de la Península Ibérica.

Las plantas autóctonas de ambientes mediterráneos áridos, como el de la Región de Murcia, utilizan recursos para paliar la pérdida de agua en su interior y sobrevivir a la sequía estival.

En su lucha contra el sol abrasador las plantas cuentan con variadas defensas en raíces, tallos y especialmente en las hojas, pues éstas son la parte más expuesta y, por tanto, su flanco más débil.

Las hojas del aladierno, por ejemplo, están recubiertas de ceras impermeables. Así la planta es capaz de retener el agua más fácilmente. Otras plantas, como la coscoja y la encina, poseen hojas con el haz duro pero flexible, de ahí su denominación de coriáceas, que significa parecido al cuero. Con este diseño las hojas no se arrugan ni se dañan por la falta de agua. Por el contrario las hojas de lugares húmedos tienen hojas generalmente más blandas.

Muchas de las plantas que tienen que sobrevivir a la sequedad del verano mediterráneo tienen hojas pequeñas y alargadas, para reducir así la superficie que exponen al sol. Es el caso, entre otras, del tomillo, el espino negro y el pino. Con la misma finalidad de escapar del influjo del sol, otras especies curvan los bordes de sus hojas hacia dentro y hacia abajo, como el romero. Algunas ni siquiera tienen hojas y son los tallos verdes los que realizan la fotosíntesis, como es el caso de la efedra.

Otro recurso defensivo es el que utilizan las plantas aromáticas, que durante la noche producen aceites y durante el día los liberan para embadurnarse con ellos, obteniendo así un efecto refrescante similar a la producción de sudor por el cuerpo humano. Por el contrario, si el romero macho, por ejemplo, se planta en el norte de España, no emite su fuerte aroma, pues la planta no necesita refrescarse en ese ambiente y, por tanto, no produce los aceites olorosos.

Algunas plantas poseen la capacidad de rebrotar tras un incendio, como las jaras, los palmitos y los pinos. Otras están recubiertas por un vello algodonoso de colores claros que les sirve para paliar la pérdida de agua por efecto del sol.

Los tonos plateados de algunas plantas, como la lavanda, el ajonje o el matagallo también ejercen un efecto defensivo. Las formas redondeadas y achaparradas de otras, como el palmito, consiguen que tanto el suelo como el aire interior estén más frescos.

Las adaptaciones a la sequía también incluyen el almacenamiento de agua en hojas, tallo y, en menor medida, en las raíces, como hacen las hierbas Vara de San Juan y el gamoncillo, cuyas raíces carnosas guardan agua y nutrientes. Otras la acumulan en tallos engordados o bulbos, como la denominada ajo de cigüeña.

Hay plantas que cuentan con dos tipos de raíces: unas muy amplias y cercanas a la superficie que absorben rápidamente el agua en época de lluvia, y otras largas y profundas que en verano sirven para encontrar mayor humedad bajo tierra.

Hay incluso plantas que ‘desaparecen’ durante todo el verano, escondidas bajo la tierra en forma de bulbo, y que rebrotan cuando las condiciones son más favorables o llegan las lluvias del otoño, como los narcisos.

La redacción recomienda