La tecnología en el agua, como en muchas otras materias, ha sido el medio por el que las ingenierías y las constructoras han ido mejorando los procesos de producción para hacerlos más eficientes en el uso de recursos o para proveer de nuevas funcionalidades a las prácticas ya habitualmente establecidas. En el caso de la consultoría, la mayor parte de las veces eran medios introducidos para ir evolucionando los nuevos entornos normativos tanto nacionales como en el marco de la Unión Europea, y así se ha visto cómo las diversas aplicaciones informáticas nos han ido permitiendo desarrollar planes de gestión de recursos hídricos, calcular zonas inundables, elaborar planes de sequía, normas de explotación de embalses, etc., todos los casos relacionados con algún nuevo requerimiento normativo sobre las administraciones actuantes o los usuarios del agua. Un ejemplo que conocen bien buena parte de los lectores de iAgua es el proyecto nacional SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica). Si bien es altamente tecnológico, y en aquel momento ciertas empresas sí contaban con la capacidad técnica (muy mejorada a lo largo de sus ya 30 años) para dar respuesta e incluso promocionar el proyecto, lo cierto es que fue el desastre acaecido en la presa de Tous en 1982 el que impulsó la normativa y finalmente el proyecto SAIH.
Desde los 80, el Grupo Inclam ha estado ligado a dos vectores que forman parte del concepto smart water: el agua y la tecnología
Ahora el paradigma ha cambiado: la tecnología ya no es el medio, sino el origen de los cambios, y lo ha hecho nuevamente en todos los sectores, y particularmente en el del agua. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que no son las administraciones las que están impulsando los cambios, ni siquiera a veces las empresas líderes del sector, sino que es la propia tecnología por sí misma la que genera las nuevas necesidades, exigiendo a instituciones o empresas su incorporación en el dossier de servicios o productos, u originando la aparición de nuevas empresas en el sector para cubrir este nicho tecnológico del agua.
Esas empresas, conjuntamente con otras tradicionales, que han sabido ver el potencial y las nuevas reglas del juego, se reúnen en foros como SWAN (Smart Water Networks Forum). En su sexta edición anual, celebrada el pasado abril en Londres y titulada Accelerating Smart Water, ya se exponía la gran transformación de los actores y agentes protagonistas de nueva realidad de las tecnologías de la información y el agua. Bajo el concepto Smart Water se está debatiendo de la seguridad informática y la confidencialidad de los datos, la interoperabilidad, la mejora de la eficiencia en el uso del agua, la mejora de la seguridad hídrica y la calidad del agua, gestión avanzada de las pérdidas de agua en redes, sistemas resilientes y smart cities, el compromiso de los usuarios, la incorporación de los usuarios al proceso de desarrollo del servicio y del rol de toda esta tecnología en los países emergentes.
Por tanto, hay una sociedad que interactúa y demanda cada vez más información agregada y accesible, unos operadores cada vez más necesitados de sumar funcionalidades destinadas a la toma de decisiones en tiempo real y la interoperatividad de sus herramientas, la reutilización de los datos, la búsqueda continua de la eficiencia; y la existencia, en general, de una ingente cantidad de datos pero con un escaso volumen de información aportado.
Esto significa que no sólo se trata de instalar más sensores y generar millones de datos sin mayor objetivo que almacenarlos, sino de darle sentido, hacer un uso inteligente de la información que circula en las instituciones del agua y en las empresas de abastecimiento y saneamiento. Este es el nuevo reto y escenario empresarial existente, comúnmente englobado en el concepto Smart Water.
Concretamente, el mercado especializado en la gestión inteligente de sistemas de agua o smart water management está creciendo de forma muy notable, especialmente en el desarrollo de redes de agua inteligentes (smart water networks). Las redes de agua inteligentes aprovechan los datos medidos por esa nueva gama de sensores y las tecnologías de la información para un funcionamiento más ágil y eficiente. Con el aumento de la sensorización y la telemetría de redes de agua, especialmente en sistemas de distribución de agua potable, está surgiendo una nueva gama de aplicaciones tecnológicas denominadas “smart water solutions” que ayudan a mejorar su gestión, operación y mantenimiento y buscan aproximar la gestión al usuario final.
En esta línea, y ya desde sus comienzos en la década de los 80, el Grupo Inclam ha estado ligado íntimamente a dos vectores sin los que no concibe el desarrollo de su actividad y que forman parte del concepto smart water: el agua y la tecnología. Inclam cuenta con una amplia experiencia en el desarrollo de soluciones tecnológicas en el mundo del agua y medio ambiente, desde la implementación en España de los primeros modelos matemáticos en hidrología o el desarrollo de modelos bidimensionales de simulación hidráulica, pasando por Sistemas de Ayuda a la Decisión en la gestión de cuencas hidrográficas, hasta el actual desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y aprendizaje automatizado (machine learning) aplicados a la mejora de la eficiencia hídrica y energética.
WatEner es una solución TIC para mejorar la operación, el mantenimiento y la gestión de redes de agua potable
Es el momento de poner en valor todo este conocimiento, emprender los desafíos tecnológicos del sector agua y aquellos afines, para liderar el cambio de paradigma al que se enfrenta el tradicional sector de la ingeniería, el Grupo Inclam apuesta por el smart water management y desarrollará esta línea de negocio a través de Water Idea, una de sus empresas especializadas.
Concretamente la apuesta tecnológica se llama WatEner, una solución TIC para mejorar la operación, el mantenimiento y la gestión de redes de agua potable, en el ámbito del nexo agua-energía.
WatEner está conformado por una plataforma web con una serie de paquetes y módulos que permiten —integrando sistemas, información y conocimiento existente del usuario— mejorar la gestión de la red tanto a través de la eficiencia hídrica como energética. Igualmente, WatEner mejora la experiencia de usuario con otras funcionalidades como una herramienta de información geográfica (SIG), un gestor documental, previsiones meteorológicas y de demanda de consumo, visualización de información de la red en tiempo real y simulaciones, etc.
El funcionamiento de WatEner está basado en un núcleo de Ayuda a la Decisión que analiza las peticiones de información y entrega recomendaciones y alertas de operación, aprendiendo del usuario experto a través de técnicas de inferencia del conocimiento como el Reconocimiento de Patrones (Pattern Recognition) o las Reglas de Negocio (Business Rules). A diferencia de otras soluciones, WatEner incorpora en su diseño la suma de la experiencia y conocimiento del operador experto.
¿En qué se traduce esto? En dar valor a todo el conocimiento interno, en gestionar mejor con menos, en ahorrar costes, en dar mejor servicio y que nuestros usuarios lo perciban. En definitiva, en ser más Smart.
