El binomio agua y paz, y sus implicaciones para la seguridad, está cobrando un peso específico en la agenda de Naciones Unidas y, en particular, en la de su Consejo de Seguridad (CS). El pasado 22 de noviembre se celebraba en Nueva york un debate abierto del Consejo de Seguridad bajo el título “Agua, Paz y Seguridad”, organizado por la Presidencia senegalesa de turno del CS. Este debate daba continuación a la reunión informal bajo formato “Formula Arria” que tuvo lugar el pasado 22 de abril en este mismo Foro.
El objetivo del debate, que fue presidido por el Ministro de Asuntos Exteriores senegalés y contó con las intervenciones del Secretario General de Naciones Unidas (SGNU), del Presidente del Panel de Alto Nivel sobre Agua y Paz, la Vicepresidenta de Cruz Roja Internacional y del Presidente del Strategic Foreshit Group, se centró en el análisis del tema agua (o más bien su escasez) en cuanto amenaza para la Paz y Seguridad.
El SGNU advirtió de que la escasez del agua contribuye a exacerbar tensiones existentes, poniendo de relieve del peligro que supone el control de presas y otras infraestructuras hídricas por parte de grupos terroristas, como está sucediendo con ISIS en el caso del Tigris y el Éufrates. Enfatizó que el cambio climático agravará estas tensiones, sobre todo entre aquellos países que comparten cuencas hidrográficas. Y subrayó el potencial de la cooperación para reforzar la confianza entre las Naciones, destacando la labor del Centro de Diplomacia Preventiva de Asia Central y en concreto su actividad relativa a la Diplomacia del Agua.
El Presidente del Panel de Alto Nivel sobre Agua y Paz informó que este Panel emitirá una serie de recomendaciones concretas en septiembre de 2017 en relación con las siguientes cuestiones: a) la importancia de los mecanismos de colaboración transfronteriza en la promoción de la cooperación entre los países que comparten cuencas hidrográficas (de los 263 ríos que se comparten entre distintos Estados, solo 184 cuentan con mecanismos conjuntos de gobernanza y muchos de ellos no son eficaces); b) la necesidad de promover incentivos financieros para la cooperación transfronteriza (propuso la creación de un “Fondo Azul” que movilizara los recursos financieros suficiente para la inversión en la infraestructura hídrica clave en aquellos lugares en los que puede producirse conflicto); c) la conveniencia de promover la diplomacia preventiva con el apoyo de las Naciones Unidas; y d) la oportunidad de contar con un mecanismo de coordinación sobre agua en las Naciones Unidas que vaya más allá de la vertiente técnica o legal como ocurre en la actualidad y se centre en aspectos políticos incluyendo la seguridad.
La Vicepresidenta de Cruz Roja Internacional destacó que la disminución o falta de acceso al agua en muchos lugares está estrechamente vinculada a los flujos migratorios y desplazamientos forzosos. Los conflictos armados tienen efectos directos e indirectos sobre el acceso de la población a los recursos hídricos, apuntó. Basándose en la experiencia de su Organización sobre el terreno, llamó la atención sobre la importancia del cumplimiento del Derecho Humanitario Internacional, la necesidad de que el Consejo de Seguridad esté convenientemente informado para la toma de decisiones y la importancia de interactuar con las autoridades locales y promover el dialogo como herramienta efectiva para la prevención de conflicto.
El Presidente del Strategic Foreshit Group indicó que si bien el agua puede ser fuente de conflicto, es también una herramienta esencial de cooperación, por lo que puede pasar de ser un instrumento de guerra a instrumento de colaboración. Aunque con carácter general se aborde desde una perspectiva regional, no ha de olvidarse que en último término supone una verdadera amenaza para la estabilidad global, apuntó. La experiencia dice que, entre aquellos países que se ponen de acuerdo en la gestión compartida de sus recursos hídricos, es sumamente difícil que se produzca una tensión sobre ninguna otra cuestión, puesto que establece un pilar importante de confianza. Entre sus propuestas destaca la posibilidad de garantizar un alto al fuego para reparar los sistemas de agua y evitar que la población civil quede desprovista de este recurso esencial.
España, que es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde ha apoyado activamente los debates sobre el tema agua y paz, y que tiene un asiento en el Panel de Alto Nivel sobre Agua y Paz, participó en el debate poniendo el acento, entre otros, en los siguientes aspectos: I) el riesgo que supone la inseguridad hídrica para la estabilidad global y la importancia de la buena gobernanza del recurso para evitar dicho riesgo, II) la acreditada experiencia de España en la gestión del recurso, experiencia que comparte con sus socios a nivel bilateral y multilateral, III) la preocupación por el uso del acceso al agua como arma de guerra y otras violaciones del Derecho Internacional Humanitario en este contexto y IV) la apuesta de nuestro país por fortalecer la función preventiva del CS. Además se puso de relieve las distintas iniciativas sobre Cambio Climatico, Seguridad Alimentaria y Desertificación, protagonizadas por España en los dos últimos años y que están intrínsecamente relacionadas con el objeto de este debate abierto.
El debate dejó patente el interés de una importante mayoría de países por abrir la agenda del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al debate sobre la interrelación existente entre agua y paz, y sus implicaciones para la promoción de la paz, una promoción con la que España está plenamente comprometida.
