La protección de los ríos españoles se ha visto favorecida en los últimos años en España gracias a los progresos experimentados en el logro de los objetivos ambientales asignados a las masas de agua por los planes hidrológicos de cuenca y en la definición de regímenes de caudales ecológicos en 3.250 tramos fluviales. Esta protección se ha visto reforzada desde 2016 con el establecimiento de un nuevo marco jurídico para las Reservas Naturales Fluviales, figura clave para la protección y conservación de aquellos tramos fluviales que no han sido alterados por la acción humana.
Esta nueva figura se ha desarrollado plenamente gracias a la modificación operada por el Real Decreto 638/2016, de 9 de diciembre de 2016, por el que se modifica el Reglamento del Dominio Público Hidráulico. Norma que se completa con los acuerdos de Consejo de Ministros que han creado el Catálogo Nacional de Reservas Hidrológicas y declarado un total de 135 reservas naturales fluviales, 82 en noviembre de 2015 y 53 en febrero de 2017.
En el marco de las demarcaciones hidrográficas de competencia de la Administración General del Estado, el citado Catálogo Nacional de Reservas Hidrológicas cuenta a día de hoy con 135 reservas naturales fluviales repartidas por todas las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias con un total de 2.683,95 kilómetros de longitud, entre los que se encuentran gran parte de los tramos fluviales con mejor estado de conservación de España.
Se protege así un valiosísimo patrimonio natural que nos ha sido legado en condiciones prácticamente inalteradas y que, entre todos, tenemos la obligación de preservar y transmitir a futuras generaciones. Se trata de un hito más en el empeño por avanzar en logar una mayor y mejor protección de nuestro patrimonio hídrico en el que se va a seguir trabajando para ir aún más allá con el apoyo de los Organismos de cuenca y las Comunidades Autónomas. Se persigue de esta manera el enriquecer el Catálogo Nacional con nuevas reservas de forma que, en un futuro, pueda llegar a incluir todas nuestras tipologías fluviales, desde los ríos de alta montaña de las grandes cordilleras montañosas hasta las ramblas o ríos efímeros del Levante.
La correcta gestión de estas reservas naturales fluviales es más esencial aún en estos momentos en los que el cambio climático va a afectar de forma significativa a nuestra disponibilidad de recursos hídricos y los ecosistemas fluviales asociados. Por ello, desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente se está desarrollando una estrategia completa para su gestión, una herramienta básica para el seguimiento y adaptación a los efectos del cambio climático.