¿Un oasis de agua fresca o una amenaza para la salud? Durante el mes de mayo, OCU recogió agua en 14 fuentes naturales de diferentes provincias, no conectadas con la red pública. Todas ellas son muy frecuentadas y mucha gente se lleva botellas a casa. Los resultados del estudio, publicado en OCU-Salud, desaconsejan esa costumbre.
Hasta Salmonella y restos fecales
El laboratorio reveló que el agua en 8 de las 14 fuentes analizadas tiene problemas que desaconsejan beberla, sobre todo, contaminación con microorganismos que pueden causar enfermedades. En el Pilón del Portazgo de Águilas detectamos Salmonella yPseudomonas aeruginosa, mientras que en el Caño de Los Pozuelos de Piedrabuena y en la fuente de la Zarza de Arándiga había unacontaminación muy alta por bacterias fecales, probablemente por filtraciones de desechos del ganado. En los tres casos, como el riesgo para la salud era alto, OCU alertó a los ayuntamientos, sin que haya habido respuesta.
No son responsabilidad de nadie
El estudio es solo una muestra de lo que está ocurriendo. Y es que el agua de fuentes no está regulada por el Real Decreto sobre calidad del agua de abastecimiento, ni por ningún otro. Ante este vacío legal, unas comunidades autónomas se limitan a advertir: por ejemplo Canarias pide a los ayuntamientos que coloquen en todas las fuentes el rótulo Agua no controlada sanitariamente… y nada más. En Andalucía, cuando se “perciba” (sic) un riesgo para la población, se insta a los ayuntamientos a tomar medidas, sin concretar cuáles. Extremadura recomienda a los ayuntamientos que tomen una muestra al año de las fuentes de su municipio, aunque no es obligatorio ni se investigan los pesticidas o los residuos industriales. Valencia establece que hay que hacer un control analítico, físico químico y bacteriológico, pero sin detallar frecuencia ni qué hacer con los resultados.
Castilla-León sí se lo ha tomado en serio y tiene un programa de control. Ha fijado los parámetros y lo que pondrá el cartel según los resultados (“agua potable” o “agua no potable”), así como los datos de la instalación. Algunos ayuntamientos, como el de Vigo, tienen una página web con la ubicación de las fuentes y la evaluación.
Hay que controlarlas, no clausurarlas
Ante esta situación, OCU reclama una norma que obligue a un control permanente de las fuentes. No se puede tolerar que la mayoría de las fuentes que investigamos resultaran no aptas para el consumo y algunas resulten hasta peligrosas para la salud. La solución no es clausurarlas para quitarse de encima el problema, ya que tienen una utilidad pública. Se trata de controlarlas y de informar de los resultados con unos carteles que sean claros y los mismos en todas partes.