El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha alertado este martes del impacto de la sequía y el conflicto en Somalia y ha resaltado que más de 300.000 personas se han visto afectadas en la región de Galgaduud, después de que el Gobierno declarara el mes pasado el estado de emergencia a causa del deterioro de la situación.
"Esta sequía es más grave que otras que vimos", ha dicho Hashim, un hombre de 50 años residente en Guriel, una localidad en la que viven cerca de 100.000 personas y que a finales de octubre fue escenario de combates entre el Ejército y la milicia sufí Ahlu Sunnah, incidentes que se saldaron con decenas de muertos.
"Los combates han forzado a la gente a huir y a convertirse en desplazados. La sequía y la falta de lluvias también han causado desplazamientos. Todas estas cosas han tenido lugar a la vez", ha lamentado. Los combates causaron además daños en el principal hospital, mientras que el segundo más importante quedó destruido por un incendio.
En este sentido, el presidente del hospital de Kulmiye, Alí Omar Tarabi, ha detallado que cerca de 50 personas fueron ingresadas por los combates y que el personal decidió abandonar las instalaciones "tras ver que nadie protegía el hospital". "Estábamos en emergencias atendiendo a los heridos cuando tuvo lugar el desastre y todo se incendió", ha lamentado.
Tarabi ha destacado que la gente sigue desplazándose hasta el hospital "pensando que aún existe". "No conocen las noticias. La gente sufrirá mucho. No recibirán atención y esto será difícil para ellos. Hay muchas necesidades y la gente no tiene un lugar donde recibir tratamiento", ha argüido.
El CICR ha resaltado que cientos de miles de personas se encuentran en campamentos informales en los alrededores de la ciudad, algunos de los cuales fueron desplazados por los combates, mientras que otros llegaron buscando zonas de pasto desde zonas más afectadas por la sequía.
"Para responder a estas necesidades procedemos al envío de camiones con agua a los desplazados en 17 aldeas", ha detallado el jefe de la oficina del CICR en Galmudug, Mohamed Sheij Ahmed. "Junto a la Sociedad de la Media Luna Roja somalí, hemos desplegado un equipo móvil sanitario que da atención sanitaria esencial a seis aldeas", ha agregado.
En esta línea, ha hecho hincapié en que "los recientes combates en Guriel han tenido un gran impacto sobre la población". "Las instalaciones sanitarias, incluidos los hospitales, han quedado destruidos o están parcialmente dañados. Además, infraestructura hídrica clave está dañada", ha enumerado.
"Hemos completado el registro de más de 12.000 hogares de personas desplazadas para poder darles entregas de dinero en efectivo sin condiciones para que tengan la oportunidad de comprar alimentos para sus familias", ha destacado Sheij Ahmed. "Los desplazados necesitan desesperadamente agua, comida, cobijo y servicios sanitarios", ha alertado.
Faduno Mohamed Culad, otro residente en Guriel, ha manifestado que la población "está sufriendo, pero ha recibido agua". "Que Dios les bendiga. Bebemos agua todos los días, pero aún no es suficiente. Nos gustaría tener más. El hambre aún está presente. Vivimos malos tiempos", ha zanjado.
El primer ministro de Somalia, Mohamed Hussein Roble, declaró el 23 de noviembre el estado de emergencia humanitaria debido a la fuerte sequía que asola el país y solicitó ayuda inmediata a la comunidad internacional para poder hacer frente a un problema que en los últimos años se ha repetido en una docena de ocasiones.
Por su parte, varias agencias de la ONU expresaron su preocupación "extrema" ante la "alarmante sequía" que se cierne sobre Somalia, donde la temporada de lluvias no ha registrado nuevamente suficientes precipitaciones, lo que ha provocado que 2,3 millones de personas --cerca de un quinto de la población del país-- no cuenten con el agua necesaria.