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Aprobados los principios para las inversiones responsables en la agricultura y la alimentación

  • El Plenario del CSA respalda las orientaciones para garantizar que las inversiones en agricultura y sistemas alimentarios benefician a la seguridad alimentaria local y los derechos de los trabajadores.

Sobre la Entidad

FAO
Alcanzar la seguridad alimentaria para todos y asegurar que las personas tengan acceso a alimentos de buena calidad que les permitan llevar una vida activa y saludable es la esencia de las actividades de la FAO.
  • Aprobados principios inversiones responsables agricultura y alimentación

Los gobiernos de todo el mundo han aprobado un conjunto histórico de principios destinados a orientar las inversiones en la agricultura y los sistemas alimentarios a nivel global, con el objetivo de garantizar que los flujos de inversiones transfronterizas y corporativas lleven a una mejora de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad y respeten los derechos de los trabajadores del sector agrícola y alimentario. 
 
Los Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios fueron aprobados por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA). 
 
El Director General de la FAO, José Graziano da Silva aplaudió el acuerdo, señalando que un conjunto claro y unificado de directrices "permitirá inversiones mayores y más sostenibles en la agricultura, responsabilizando a todas las partes implicadas de crear las condiciones para que se cumplan los principios. El sector privado jugará un papel importante en implementar los principios. La FAO está dispuesta a ayudar a los gobiernos y a todos los interesados para convertir los principios en realidad, como también estamos haciendo con las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia".
 
Los Principios fueron forjados a lo largo de dos años de consultas y se basan y son complementarios a las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, aprobadas por el CSA en mayo de 2012 en el contexto de la creciente preocupación mundial por el aumento de precios de los alimentos y las compras a gran escala de tierras y explotaciones agrícolas en los países en desarrollo, bautizadas como "acaparamiento de tierras" por los críticos y consideradas generalmente como una amenaza para los pequeños agricultores. 
 
Los Principios son de carácter voluntario y no vinculante, pero se trata de la primera vez que los gobiernos, el sector privado, organizaciones de la sociedad civil, organismos de las Naciones Unidas y bancos de desarrollo, fundaciones, instituciones de investigación y el mundo académico han sido capaces de reunirse y ponerse de acuerdo sobre lo que constituye la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios. 
 
"Este acuerdo representa el duro trabajo de todos los implicados para desarrollar una visión compartida sobre la forma de garantizar que las inversiones tan necesarias en la alimentación y la agricultura beneficien a aquellos que más lo necesitan", señaló la Presidenta del CSA, Gerda Verburg. 
 
La FAO estima que será necesaria una inversión neta promedio de 83 000 millones de dólares EEUU anuales para aumentar la producción agrícola en un 60% y alimentar a la población mundial de más de 9 000 millones de habitantes previstos para 2050. 
 
La piedra angular del acuerdo, el Principio 1, establece que la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios contribuye a la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente para los sectores más vulnerables de la población local, y "sostiene las obligaciones de los Estados con respecto a la realización progresiva del derecho a la una alimentación adecuada". Esto implica aumentar la producción y productividad sostenible de alimentos sanos, nutritivos y culturalmente aceptables, reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos, mejorando los ingresos y mitigando la pobreza, a la vez que se aumenta la eficiencia y equidad de los mercados, teniendo en cuenta en particular los intereses de los pequeños agricultores. 
 
Otros principios describen cómo las inversiones responsables deben contribuir a la igualdad de género, la salud, el empoderamiento de los jóvenes, el respeto de los derechos legítimos de tenencia de tierra, la pesca y los bosques, así como de los usos del agua existentes y potenciales, la gestión sostenible de los recursos naturales, la mitigación y adaptación al cambio climático, y los mecanismos para evaluar y abordar sus impactos económicos, sociales, ambientales y culturales. Los principios abordan también otras cuestiones importantes -y en ocasiones polémicas-, como los recursos genéticos, los derechos indígenas y el cambio climático. 
 
Los Principios abarcan todo tipo de inversiones en la agricultura y los sistemas alimentarios -públicas, privadas, grandes, pequeñas, y en las esferas de producción y procesamiento- y proporcionan un marco que todos las partes interesadas puedan utilizar en el desarrollo de políticas, programas y marcos regulatorios nacionales, políticas y programas corporativos de responsabilidad social y acuerdos o contratos individuales. También se establecen las funciones de todos los tipos de inversores, desde los Estados, a las empresas, pasando por los pequeños agricultores, que aunque estén dispersos son en conjunto los mayores inversores del mundo en la producción agrícola primaria. 
 
Una característica llamativa del acuerdo alcanzado hoy es una cláusula en el 6º Principio que vincula la inversión responsable en la agricultura con "tomar medidas, según proceda, para reducir y/o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero". Si bien los principios son voluntarios y su texto no conlleva una obligación, se trata del primer acuerdo internacional en el que ninguna de las partes se opuso al lenguaje explícito sobre la reducción de emisiones. 
 
Otro detalle digno de mención es la extensión de los derechos legítimos de tenencia de la tierra, la pesca y los bosques, según lo acordado en las directrices de 2012, para incluir "los usos potenciales y existentes del agua". La gestión de recursos hídricos será un tema central de los debates del CSA el próximo año. 
 
El CSA es un comité de las Naciones Unidas alojado en la sede de la FAO. Su Secretaría está integrada por los tres organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma -la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA)-, todos ellos preparados para dar apoyo y asistencia a los países miembros en la aplicación de los Principios.  

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