La agricultura, la silvicultura y la pesca son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria y proteger los medios de subsistencia y tienen un papel clave para cambiar la forma en que gestionamos las amenazas y las crisis, incluyendo los desastres naturales derivados del cambio climático, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, al intervenir en la Cumbre Humanitaria Mundial.
"La seguridad alimentaria y nutricional, el desarrollo sostenible, hacer frente a las crisis humanitarias, la resolución de conflictos y la consolidación de la paz: son facetas diferentes de un mismo desafío", señaló el responsable de la FAO.
La primera condición para resolver conflictos es encontrar soluciones políticas y esto requiere que los Estados y gobiernos asuman sus responsabilidades, según Graziano da Silva.
"Para avanzar respecto a las estrategias tradicionales, tenemos que ampliar el alcance de las intervenciones: completando y apoyando -no reemplazando- la respuesta humanitaria", dijo, y añadió "tenemos que dar prioridad a las inversiones en prevención y resiliencia, precisamente para que podamos ayudar a reducir las necesidades humanitarias futuras".
Compromisos de la FAO: distribuir ayuda y reducir la dependencia
El Director General explicó que durante décadas, la FAO ha trabajado tanto en el campo humanitario como en el desarrollo con el fin de salvar vidas, proteger y restablecer los medios de subsistencia, combatir el hambre, la malnutrición y la pobreza, mientras se esforzaba en crear resiliencia y sistemas alimentarios sostenibles.
En la Cumbre Humanitaria Mundial, FAO está asumiendo varios compromisos clave. Estos incluyen ampliar la labor de la Organización en los programas de protección social y de transferencia de dinero en efectivo, al vincularlos a la agricultura y el desarrollo rural, y extender las iniciativas que conectan más estrechamente las medidas de seguridad alimentaria y de adaptación al cambio climático.
La FAO está también comprometida a trabajar con socios clave -incluyendo los gobiernos nacionales, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades locales- en el desarrollo de un marco integrado para las crisis prolongadas que apoye una mayor alineación entre los actores humanitarios, del desarrollo, la paz y los derechos humanos.
En este contexto, Graziano da Silva se unió hoy al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los responsables de otros seis organismos de la ONU en la Cumbre para firmar el documento “Del compromiso a la acción: Superar la brecha entre la acción humanitaria y el desarrollo – Transformar la vida de las personas: de repartir ayuda a reducir la dependencia".
Entre otras cuestiones, el compromiso a la acción se refiere a la nueva visión del trabajo humanitario descrita en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas para la Cumbre: Una humanidad: responsabilidad compartida.
Esta iniciativa reclama un mejor uso de los recursos y capacidades, mejorar los resultados relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para las personas en situación de riesgo, vulnerabilidad y crisis con el fin de reducir las necesidades humanitarias a largo plazo.
El compromiso pide además a los firmantes impulsar nuevas asociaciones y colaboraciones, incluso a través del sector privado, los actores locales o bancos multilaterales de desarrollo para aportar capacidades y recursos adicionales en apoyo de la consecución de resultados cuantificables para las personas y las comunidades.
Además, los firmantes se comprometieron a introducir cambios fundamentales en la forma en que trabajan en contextos que permitan establecer:
- Datos, análisis e información agrupados y combinados;
- Procesos de planificación y programación mejor unificados y planificados;
- Un liderazgo efectivo para obtener resultados colectivos; y
- Modalidades de financiación para apoyar esos resultados colectivos.
