Un sistema tradicional de cultivo del azafrán en Irán, un sistema agropastoril basado en el árbol del argán en Marruecos y un olivar milenario en España lograron hoy el reconocimiento de la FAO como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).
Todos estos entornos paisajísticos cuentan con formas únicas de producir alimentos nutritivos (o especias) utilizando los conocimientos y habilidades tradicionales, al tiempo que mejoran los medios de vida de la población local y preservan la biodiversidad.
Por este motivo han sido designados por el Grupo de Asesoramiento Científico de los SIPAM según varios criterios de selección, que incluyen: importancia mundial, su valor como bien público en términos de apoyo a la seguridad alimentaria y de los medios de vida, agrobiodiversidad, sistemas de conocimiento, tecnologías adaptadas, su valor cultural y el carácter excepcionales de sus paisajes.
Es la tercera vez que se añaden sitios en Irán y España a la lista de los SIPAM, y la segunda vez en el caso de Marruecos. La red del patrimonio agrícola mundial de la FAO cuenta ahora con 57 lugares de valor extraordinarios en 21 países del mundo.
Sistema de cultivo de azafrán basado en el riego con qanat en Gonabad, Irán
El sistema de cultivo del azafrán se encuentra en la meseta central de Irán, que cuenta con un clima árido y semiárido. La grave escasez de agua en el área supone una severa amenaza para la seguridad alimentaria y los medios de vida de las comunidades locales.
Sin embargo, el uso adecuado de los recursos hídricos suministrados por el sistema de regadío de los qanat (acueductos y canalizaciones tradicionales) y el cultivo de productos de alto valor añadido –en especial el azafrán-, ha creado una oportunidad única para que los agricultores y la población de la región mejoren sus medios de vida.
El azafrán no requiere grandes cantidades de agua en comparación con los cereales, lo que ha llevado a ampliar la superficie para este cultivo de gran valor, convertido en una importante fuente de ingresos para muchas familias campesinas. Hoy juega un papel clave en la creación de empleo, la reducción de la migración, el suministro de medios de vida sostenibles y la mejora de la eficiencia en el uso y productividad del agua, así como el desarrollo del turismo ecológico en la zona.
Sistema agrícola de olivos milenarios “Territorio del Sénia”, España
El “Territorio del Sénia” se encuentra en la zona donde confluyen la Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón. Este territorio incluye 27 municipios españoles, vinculados por su geografía, historia, idioma y cultura, y cuenta a la vez con la mayor concentración de olivos milenarios en el mundo.
La existencia de 5 000 olivos centenarios es lo que hace de esta comarca un lugar único, que ofrece a las comunidades locales numerosas oportunidades para el desarrollo rural -incluida la recuperación de olivos antiguos abandonados y su puesta en producción para obtener aceite- y una mayor cooperación entre los sectores económicos, junto al “oleoturismo” y otras ventajas.
La producción anual media de aceite de oliva en el área se estima en más de 12 000 toneladas. Estas actividades generadoras de ingresos han ayudado de forma notable a mejorar las condiciones de vida de la población local. Además, existen variedades distintas de aceitunas en cada olivar, que mejoran la polinización de las flores. Y al conservar estas variedades, se contribuye a la biodiversidad.
Sistema agropastoril basado en el argán en la región de Ait Souab-Ait Mansour, Marruecos
El sistema agroforestal y pastoril en Ait Souab-Ait Mansour es una región única donde los árboles de argán se han cultivado durante siglos. Este sistema se basa en prácticas agroforestales en terrazas de piedra que son muy resistentes al medio ambiente árido, la escasez de agua y los suelos pobres. Se utilizan solo especies adaptadas localmente y actividades de pastoreo y se realiza un manejo tradicional del agua a través de los matifiya, depósitos de agua de lluvia tallados en la roca.
Las comunidades autóctonas amazigh (bereberes), así como aquellas de origen árabe, han desarrollado una cultura e identidad específicas, compartiendo sus conocimientos y habilidades tradicionales. Aunque los campesinos obtienen la mayoría de sus ingresos del cultivo de árboles de argán, el sistema integrado también les proporciona otros alimentos y cultivos básicos –como los cereales- además de leña y lana.