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Sequías localizadas, inundaciones y conflictos prolongados perpetúan la inseguridad alimentaria

  • Sequías localizadas, inundaciones y conflictos prolongados perpetúan inseguridad alimentaria

Sobre la Entidad

FAO
Alcanzar la seguridad alimentaria para todos y asegurar que las personas tengan acceso a alimentos de buena calidad que les permitan llevar una vida activa y saludable es la esencia de las actividades de la FAO.

Las abundantes cosechas de cereales han incrementado el suministro mundial de alimentos, pero las sequías localizadas, inundaciones y conflictos prolongados han intensificado y perpetuado la inseguridad alimentaria, advierte una nueva edición del informe de la FAO Perspectivas de cosechas y situación alimentaria

Unos 37 países -29 de ellos en África-, requieren ayuda alimentaria externa, según la FAO.

Los conflictos en curso continúan siendo un factor clave de inseguridad alimentaria severa, creando condiciones de hambruna en el norte de Nigeria, Sudán del Sur y Yemen, así como hambre generalizada en Afganistán, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y Siria.

Las condiciones climáticas adversas están afectando la producción agrícola en algunas regiones, en especial la sequía en África oriental y las inundaciones en algunas zonas de Asia.

La sequía es el principal problema en África oriental

Los 37 países que actualmente necesitan ayuda alimentaria externa son Afganistán, Burkina Faso, Burundi, Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo, República Popular Democrática de Corea, República Democrática del Congo, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Guinea, Haití, Iraq, Kenya, Lesotho, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Níger, Nigeria, Pakistán, Sierra Leona, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Swazilandia, Siria, Uganda, Yemen y Zimbabwe.

El informe subraya también la inquietud existente en Bangladesh, donde tres episodios de inundaciones repentinas este año causaron importantes daños a la cosecha de arroz. Se espera que la producción arrocera del país caiga a un mínimo de cinco años. Por ello las importaciones están aumentando, al igual que los precios del trigo, cereal utilizado en productos de harina, normalmente más baratos.

Los conflictos obstaculizan la siembra y las cosechas

Los conflictos agravan la inseguridad alimentaria, al impedir las actividades productivas y obstaculizar tanto el acceso a los alimentos como su disponibilidad, según la FAO. La tensión se ve intensificada debido al elevado número de desplazados internos. La cifra ha aumentado alrededor de un 50 por ciento este año en la República Centroafricana, donde casi un tercio de la población (cerca de 1,1 millones de personas) necesita ayuda urgente para obtener alimentos.

Se estima que unos 7,7 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda en la República Democrática del Congo, que acoge a más de 200 000 refugiados de países vecinos y alberga a más de 4 millones de desplazados internos. Según los informes, los campesinos de las regiones de Kasai y Tanganyika, gravemente afectados por el conflicto, han reducido las plantaciones.

Las condiciones climáticas adversas están afectando la producción agrícola en algunas regiones

El informe señala efectos similares de los conflictos en el norte de Nigeria -donde más de 3 millones de personas requieren ayuda vital urgente y protección de sus medios de subsistencia- y Sudán del Sur, donde, a pesar de las recientes cosechas, alrededor del 45 por ciento de la población (unos 4,8 millones de persona) padece inseguridad alimentaria y la cifra de los que se encuentran en situación de Fase 4 “Emergencia” en la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), se ha duplicado respecto a hace un año.

En Somalia se ha evitado por ahora el riesgo de hambruna en varias áreas debido sobre todo a la prestación de ayuda humanitaria en gran escala. El número de víctimas del hambre se ha triplicado durante el año pasado y se estima que alrededor de 3,1 millones de personas padecen actualmente inseguridad alimentaria severa.

En Yemen, se calcula que el 60 por ciento de la población (cerca de 17 millones de personas) requiere ayuda humanitaria urgente. El cierre el mes pasado de los puertos marítimos del país, de repetirse, aumentaría el riesgo de condiciones de hambruna, según el informe.

El hambre crónica persiste también en otros países asolados por la guerra como Afganistán, donde este año ha aumentado el número de personas que huyen de sus hogares y unos 7.6 millones se enfrentan ahora a inseguridad alimentaria moderada o grave; Iraq, donde 3,2 millones de personas están necesitadas de ayuda alimentaria, y Siria, donde 6,5 millones de personas son víctimas del hambre.

La sequía es el principal problema en África oriental. Se estima que alrededor de 8,5 millones de personas padecen inseguridad alimentaria en Etiopía, especialmente en la región de Somali. Las temporadas consecutivas de lluvias desfavorables han reducido la producción agrícola y ganadera en Kenya, donde alrededor de 2,6 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria grave.

Una sequía severa en el verano ha reducido la cosecha de trigo de Mongolia a casi la mitad.

A pesar de las tendencias negativas a nivel local, la producción mundial de alimentos está en expansión. Además, se están registrando aumentos de producción en muchos países de bajos ingresos con déficit de alimentos, donde se prevé que la producción total de cereales crezca este año un 2 por ciento. 

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