Suecia, a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), apoyará a los agricultores y ganaderos afectados por la sequía en el Sahel, centrando sus esfuerzos en Burkina Faso y Mali.
Canalizada a través de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), la contribución de 9,9 millones de dólares EEU llega tras el llamamiento de la FAO para el Sahel, cuando más de 4 millones de personas en la región se enfrentan a dificultades crecientes tras las sequías en 2017 que diezmaron los cultivos y los rebaños.
Burkina Faso y Mali son dos de los seis países más afectados en el Sahel, y entre ambos hay más de un millón de personas en total que luchan por contar con alimentos suficientes en los próximos meses.
“Esta contribución ayudará a sostener los medios de subsistencia de los hogares cuando más lo necesitan. Es ahora cuando los graneros de las familias se están vaciando rápidamente y los pastores buscan forraje de forma desesperada”, afirmó Dominique Burgeon, Director de la División de Emergencia y Rehabilitación de la FAO y jefe del Programa Estratégico de la FAO sobre resiliencia.
Más de 24 000 personas recibirán transferencias en efectivo por rehabilitar pozos, tierras degradadas y caminos
“Lo que diferencia a esta contribución es que nos permitirá ayudar a las comunidades vulnerables en los próximos dos años para que puedan recuperarse y desarrollar su capacidad a fin de abordar crisis futuras en mejores condiciones. La FAO también aplaude el incremento de la ayuda de Suecia a las comunidades en la región del Sahel en esta época de necesidades crecientes”, añadió Burgeon.
En Burkina Faso, la contribución de la ASDI permitirá a la FAO realizar transferencias en efectivo no condicionadas para unas 60 000 personas, que les posibilitará comprar alimentos y cubrir otras necesidades urgentes durante la temporada de carestía (mayo-agosto).
Paralelamente, más de 24 000 personas recibirán transferencias en efectivo por rehabilitar pozos, tierras degradadas y caminos.
Ambos grupos recibirán ayuda para recuperar sus medios de vida. Esto incluye semillas y herramientas para cultivar cereales y hortalizas, y plantar árboles -como la moringa y el baobab- que pueden satisfacer sus necesidades nutricionales.
Los ganaderos recibirán forraje y animales (ovejas, cabras, aves de corral o cerdos) para reponer sus rebaños, aunque se teme que la mortalidad entre los animales podría aumentar del 2 al 8 por ciento este año.
En Malí, hasta 24 000 personas se beneficiarán de la rehabilitación de las infraestructuras de regadío a pequeña escala, la recuperación de pastos y pozos para uso ganadero, educación nutricional transversal y actividades de protección social (transferencias productivas).
Necesidades cada vez mayores en el Sahel
Las comunidades de seis países -Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal- están luchando para salir adelante tras la sequía del año pasado. Los elevados precios de los alimentos, los conflictos y las perturbaciones de los mercados, han provocado la peor temporada de escasez en el Sahel en los últimos cuatro años.
Los ganaderos se han visto especialmente afectados, ya que muchas zonas de pastoreo se han secado, dejando poca o ninguna comida para sus animales.
Esto puede tener graves consecuencias para la salud y la nutrición de la población. También puede provocar un aumento de los conflictos e intensificar los riesgos de epidemias transfronterizas, a medida que los pastores trasladan sus rebaños a nuevas zonas y compiten por los escasos pastos disponibles.
En los seis países mencionados anteriormente, más de 4 millones de personas -incluyendo 3 millones de pastores y agropastoralistas-, necesitan ayuda alimentaria urgente. Se teme que esta cifra aumente hasta casi 7 millones en las próximas semanas.
La FAO colabora estrechamente con UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para dar respuesta a las necesidades inmediatas de las comunidades del Sahel y abordar los desafíos estructurales a largo plazo.
Este año, la FAO tiene como objetivo ayudar a un millón de agricultores y pastores en los seis países proporcionando forraje y ganado, rehabilitando pozos, regenerando pastos, vacunando al ganado, implementando sistemas para la remuneración en efectivo, contribuyendo a la producción alimentaria y facilitando el diálogo transfronterizo para reducir los conflictos.
La Organización de la ONU trabaja también para aumentar la resiliencia a largo plazo de casi medio millón de pastores
La ASDI es un socio clave para el programa de resiliencia de la FAO en el Sahel, y también en el resto del mundo. Las contribuciones de la ASDI suelen repartirse a lo largo de varios años, de forma que haya tiempo suficiente para fortalecer la resiliencia de la población afectada.