Esta mañana, el director académico del Foro de la Economía del Agua, Gonzalo Delacámara, ha mantenido un encuentro con la prensa para analizar los desafíos a los que se enfrenta la gestión del ciclo integral del agua en España, con particular énfasis en Cataluña, llamando la atención sobre la falta de inversión.
El 91% de la población de Cataluña está dentro de la demarcación hidrográfica de las cuencas internas de Cataluña (DCFC), de acuerdo al Plan de Cuenca publicado por la Agencia Catalana del Agua (ACA), pero solo representa el 37% de la demanda de agua. La demanda actual de la población incluida en el DCFC es de 572 hm3, con un rendimiento del 77%. El 55% del uso consuntivo es urbano, seguido de los sectores agrícola e industrial. La dotación urbana per cápita es de 220 litros por día, de los que poco más de la mitad es consumo doméstico (uno de los mejores datos a nivel mundial, gracias al esfuerzo conjunto de los ciudadanos y el operador de los servicios) y el resto, otras necesidades urbanas. La previsión es que las aportaciones de agua en la cabecera de los principales ríos que abastecen esta zona de Cataluña caigan entre un 5% y un 10% en los próximos años, con una variabilidad estacional que puede llegar a ser del 40% en verano; también se contempla una reducción media de la recarga de aguas subterráneas del 20% al 30%.
El déficit estimado entre disponibilidad de agua y demanda proyectada es del 11,8%, de acuerdo a la ACA, y solo se resolverá si se acometen una serie de acciones; entre ellas, hacer frente a la sobreexplotación de agua superficial y subterránea, gestionar de mejor modo ciertos aprovechamientos de energía hidroeléctrica, y avanzar en la reutilización de agua residual regenerada y la desalación de agua de mar y salobre, pues estas fuentes no convencionales podrían llegar a abastecer el 25% del consumo urbano de Cataluña.
El déficit estimado entre disponibilidad de agua y demanda proyectada es del 11,8%, de acuerdo a la ACA, y solo se resolverá si se acometen una serie de acciones
Actualmente, además, hay un déficit de depuración de las aguas residuales, pese a los notables avances de las últimas décadas en Cataluña, y las necesidades de inversión estimadas en los diferentes planes de cuenca en España para afrontar estas carencias se elevan a 12.010 millones de euros entre 2016-2021 y algo más de 12.100 millones adicionales hasta 2033. Las necesidades de inversión, son reales, no obstante, son mayores puesto también es imprescindible invertir en redes de abastecimiento, tanto en obra nueva como en renovación, hasta el punto de que de realizarse esas inversiones en depuración solo se estaría invirtiendo la mitad de lo que realmente se necesita en la gestión integral del ciclo urbano del agua. Aproximadamente el 40% de las redes de abastecimiento españolas tienen ya más de 30 años, es decir, están obsoletas o rozando el final de su vida útil. La tasa de reposición de las mismas ha caído casi un 50% en los últimos años, situándose ahora en el 0,38%. Es decir, al ritmo actual, se tardarían casi 300 años en renovar toda la instalación actual.
Esta situación pone en peligro los esfuerzos conjuntos de población y empresas de servicios de agua, que han logrado reducir su consumo de agua un 20% en los últimos 10 años, mientras que el volumen de agua no registrada (pérdidas de agua en la red y otras causas de no facturación de agua captada) se sitúan en promedio en el 22%; es decir, en términos reales, se pierde aproximadamente uno de cinco cada litros en el camino desde las fuentes de abastecimiento hasta el “grifo”. España está a la cola de Europa en inversiones en agua, con una ratio de aproximadamente el 0,12% del PIB, en contraste con países como Países Bajos (0,44% del PIB), Francia (0,41%), Reino Unido (0,38%), Alemania (0,32%), Portugal (0,24%) o Italia (0,18%).