Jerson Kelman, profesor de la Universidad Federal do Rio de Janeiro, es uno de los ponentes en el XI Foro de la Economía del Agua que se celebrará el 2 de julio en Puebla, México, donde intervendrá en una sesión sobre resiliencia versus Irreversibilidad de las grandes áreas metropolitanas en la gestión de los servicios de agua.
Kelman es ingeniero civil graduado en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), donde obtuvo también el grado de Maestría en Ciencias (M.Sc.). Obtuvo, además, el Ph.D. en la Universidad de Colorado, dedicándose al estudio de las aguas. Desde 1974 es profesor de recursos hídricos de la COPPE-UFRJ, que es la institución de post graduación en ingeniería de la UFRJ. En el sector de aguas, fue el dirigente máximo de SABESP -compañía de aguas del Estado de São Paulo, que sirve a una población de 28 millones de personas- de la Agencia Nacional de Aguas (ANA) y de la Asociación Brasileña de Recursos Hídricos (ABRH). También se dedicó al sector de energía eléctrica, como el dirigente máximo de LIGHT -compañía de energía eléctrica de Río de Janeiro- y de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL).
Actualmente es el presidente del Consejo de Administración de ENEVA -compañía generadora de energía eléctrica- y miembro de los consejos de administración de IGUÁ -compañía de abastecimiento de agua- y de la EVOLTZ,compañía transmisora de energía eléctrica. También es miembro de los consejos consultivos de la Federación de Bancos (FEBRABAN) y de la Fundación Brasileña para el Desarrollo Sostenible (FBDS).
Pregunta: ¿Cuáles son los desafíos referentes a la gestión del agua en las grandes áreas metropolitanas de América Latina?
Respuesta: En pleno siglo XXI, más de 2.000 millones de personas en todo el mundo no pueden darse el lujo de asesar el sistema sanitario. Preocupado por ello, Bill Gates creó un premio para la reinvención del inodoro. En el método tradicional, utilizado desde el siglo XIX, el pequeño volumen de desechos que el ser humano produce es diluido en una gran cantidad de agua. El objetivo es facilitar el flujo dentro de las tuberías. Idealmente, antes de alcanzar el río o el mar, el desagüe pasa por una estación de tratamiento que vuelve a concentrar los contaminantes en forma de "lodo". Se trata de una solución de alto costo tanto debido a la implantación de red subterránea de tuberías y de estaciones de bombeo, en cuanto al intenso consumo de energía eléctrica y de productos químicos. Las investigaciones en curso para hallar una solución alternativa se han centrado en el tratamiento de los desechos tan cerca como sea posible de donde se originan. Preferentemente, en la propia vivienda.
Un eventual éxito en los próximos años, tanto bajo la óptica tecnológica y económica, significará una importante transformación del sector de saneamiento, tal vez similar a la generación distribuida de energía eléctrica por medio de los tejados con placas fotovoltaicas. Pero mientras ese cambio no ocurre, hay que enfrentar la dura realidad con la tecnología actualmente disponible.
En Brasil, solo el 60% de la población urbana vive en viviendas conectadas a la red colectora y, de lo que es recolectado, solo 3/4 es encaminado a las estaciones de tratamiento
P.- ¿Y en el caso concreto de Brasil?
R.- 160 millones de brasileños que viven en las ciudades (el 93% de la población urbana) tienen acceso al agua potable. Es un índice razonable, fruto de considerable inversión, realizado a lo largo de muchos años. Pero una parte razonable de esos "felices" recibe atención precaria, tanto en términos de continuidad (falta de agua) en cuanto a la potabilidad. Y hay todavía 12 millones de personas (7% de la población urbana) que continúan sin acceso al agua potable.
La situación es mucho peor con relación a la recolección y tratamiento de aguas residuales: solo el 60% de la población urbana vive en viviendas conectadas a la red colectora y, de lo que es recolectado, solo 3/4 es encaminado a las estaciones de tratamiento. Significa que más de la mitad del alcantarillado producido en las ciudades fluye hacia los ríos sin ningún tratamiento. No sorprende que los ríos que cortan las ciudades sean en general altamente contaminados.
La situación es peor en los barrios pobres donde, por falta de red de recolección, el desagüe fluye a cielo abierto, propagando enfermedades contagiosas -diarrea, por ejemplo- como si estuviéramos en la Edad Media. Más del 50% de las internaciones de niños de hasta 5 años ocurren debido a este tipo de enfermedad. Situación lamentable, incluso cuando se compara con otros países en etapa de desarrollo similar al de Brasil.
Con la tecnología hoy existente, la recolección de aguas residuales puede ocurrir por el sistema "separador" o "unitario". En la primera opción, el agua de lluvia sigue por una tubería y el desagüe por otra. En la segunda, el mismo conducto lleva el agua de lluvia y el desagüe mezclados. A finales del siglo XIX, el sistema unitario fue ampliamente utilizado en los países desarrollados hoy. Sin embargo, con el paso del tiempo, el sistema separador, que presenta mejores resultados si instalado y funcionado correctamente, pasó a prevalecer.
En Brasil, se ha optado en la gran mayoría de los casos por el sistema separador. Sin embargo, la implantación deficiente, la falta de fiscalización gubernamental y el bajo control social hacen que el agua de lluvia y el desagüe se mezclen indebidamente también en el sistema separador, que pasa a funcionar peor que si fuese unitario.
Una gran cantidad de aguas residuales no tratadas se vierten en los cuerpos de agua locales, lo que impulsa la búsqueda de nuevas fuentes de suministro de agua lejos del centro de demanda
P.- ¿Qué estrategia lleva a cabo Sao Paulo adaptarse a los desafíos a los que se enfrenta como gran urbe?
R.- La peor sequía en la historia de la Región Metropolitana de Sao Paulo - RMSP podría haber provocado malestar social. El nivel de almacenamiento en el sistema de fuente de agua más importante alcanzó la impresionante marca de menos del 5%, considerando el llamado “volumen muerto”. Una combinación de medidas estructurales y no estructurales, incluida una importante colaboración de la población para usar el agua de manera más eficiente, fue esencial para enfrentar este desafío. Se ha implementado una gran cantidad de infraestructuras de agua de emergencia en un tiempo récord que permite un uso más flexible de los ocho sistemas de reservorios en la región. Hoy en día, la RMSP está mucho mejor preparada para enfrentar sequías mucho peores que las previstas en los diversos planes de recursos hídricos producidos desde la década de 1960.
Basado en una serie de larga data y asumiendo condiciones estacionarias, el 2014-2015 es un evento tan raro que uno podría verse tentado a considerarlo un valor atípico, sin consecuencias relevantes para la planificación. Sin embargo, el tomador de decisiones prudente debe considerar que la hipótesis estacionaria puede ser incorrecta debido a los cambios en el clima y el uso de la tierra, y que la actitud sabia debe prepararse para la repetición de eventos similares. Por esta razón, SABESP han decidido invertir fuertemente en nuevas infraestructuras estratégicas para garantizar el suministro normal de agua, incluso si la situación adversa del agua observada en 2014-2015 vuelve a ocurrir.
P.- ¿Qué resultados espera de su participación en este XI Foro de la Economía del Agua?
R.- Tengo la expectativa de explicar en mejor como enfrentamos la crisis hídrica de Sao Paulo y, principalmente, aprender con otras experiencias en América Latina de como prestar servicios de saneamiento en pueblos pobres. En el caso de Sao Paulo, el sistema de suministro de agua operado por SABESP sirve prácticamente a toda la población que vive en el área formalmente urbanizada de la RMSP, donde se pueden encontrar medidores en prácticamente todos los hogares. Sin embargo, este no es el caso en muchos de los asentamientos informales, donde vive aproximadamente el 10% de la población. La mayoría de las personas tienen acceso ilegal y no pagado a agua potable a través de sistemas de distribución precarios y derrochadores formados por un haz de tubos de plástico de pequeño diámetro conectados a la red.
Varias barreras impiden que el servicio público de agua ingrese en estos asentamientos irregulares para brindar servicios regulares. Algunos se relacionan con disputas judiciales sobre la propiedad de la tierra (las personas han invadido propiedades privadas), otros se relacionan con restricciones ambientales (las personas han invadido áreas protegidas) y otros, la mayoría, se relacionan con la imposibilidad de instalar sistemas de suministro de agua y recolección de aguas residuales en Barrios donde no hay calles para enterrar las tuberías. Este proceso de urbanización no organizado comenzó en los años cincuenta, cuando solo el 30% de la población brasileña vivía en las ciudades, y ha empeorado, especialmente a principios de la década de 1970 con la intensificación del proceso de industrialización.
En unos pocos años, la población urbana aumentó al 70% de la población nacional, pero el crecimiento de la infraestructura fue mucho más lento, lo que dio lugar a varios problemas. Entre ellos, una gran cantidad de aguas residuales no tratadas se vierten en los cuerpos de agua locales, lo que impulsa la búsqueda de nuevas fuentes de suministro de agua lejos del centro de demanda.