La “Guía metodológica para la estimación de aportaciones mínimas a embalses en el contexto de cambio climático” es una de las propuestas ganadoras de la IX Edición de los Premios a la Gestión Sostenible del Agua de la Fundación Botín, en la modalidad que premia el talento joven. Uno de sus autores, Manuel del Jesus Peñil, nos concede esta entrevista sobre el proyecto, que recibirá el galardón el próximo jueves 14 de diciembre, en una ceremonia que se celebrará después del coloquio "Desafíos en la gestión del agua en el Sur Global".
La guía, que fue inicialmente diseñada para una convocatoria de Fundación Canal, apunta a convertirse en el vehículo perfecto para la aplicación idónea de la investigación académica en la praxis de la ingeniería del agua, en un contexto de cambio climático.
En primer lugar, nos gustaría saber qué motivó la elaboración de la “Guía metodológica para la estimación de aportaciones mínimas a embalses en el contexto de cambio climático” y a quién está dirigida.
La guía nace una convocatoria de Fundación Canal, que había identificado la necesidad desarrollar un documento que acometiese la estimación de aportaciones mínimas a embalses en el contexto del cambio climático. Cuando descubrimos la convocatoria y vimos la oportunidad de trabajar junto a la Fundación Canal para desarrollar esta guía, entendimos que era una gran oportunidad para aportar nuestro granito de arena a la gestión del problema del cambio climático. Al fin y al cabo, una de las misiones del IHCantabria (Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria) es conectar los últimos desarrollos científicos del mundo académico con la práctica de la ingeniería del agua y la gestión de recursos hídricos.
Hemos realizado varios proyectos de análisis de los impactos del cambio climático en los recursos hídricos en Hispanoamérica en los que hemos aprendido mucho y esta guía parecía el vehículo perfecto para poner en valor todo ese trabajo, presentándolo de forma ordenada para que ingenieros y gestores lo incorporen a su actividad diaria.
Además, el proyecto terminó mostrándose idóneo para complementar la guía con una aplicación de software libre, propuesta por IHCantabria, que implementa las metodologías de la guía, que está a disposición de cualquiera que quiera usarla para ayudarle a reducir la curva de aprendizaje inicial para generar resultados. Entendemos que tanto la guía como la aplicación serán de especial interés para los profesionales de la ingeniería del agua y la gestión de recursos hídricos que quieran mejorar la forma en que incorporan el cambio climático en sus análisis.
¿En qué medida se tiene en cuenta el impacto del cambio climático en los recursos hídricos para planificar la explotación de los embalses en la actualidad?
En nuestra experiencia, el cambio climático es una preocupación de toda la comunidad del agua, especialmente de los gestores de recursos hídricos y embalses, que financian proyectos para analizar el impacto que el cambio climático puede tener sobre los sistemas que gestionan. En este sentido, en nuestra experiencia, sí que se tiene en cuenta el cambio climático. Ahora bien, por la forma que tenemos de caracterizar el cambio climático, vía modelos y escenarios, todos estos análisis suelen estar enfocados al largo plazo, al diseño de medidas de adaptación y a la preparación para el cambio climático que vendrá.
Tanto la guía como la aplicación serán de especial interés para los profesionales de la ingeniería del agua y la gestión de recursos hídricos que quieran mejorar la forma en que incorporan el cambio climático en sus análisis
Sin embargo, hay una parte del cambio climático que ya está aquí, que ya está modificando las dinámicas de nuestros sistemas, y probablemente esa sea la parte que menos estamos teniendo en cuenta. También hay que decir que es la más difícil de incorporar, ya que requiere análisis estadísticos complejos e introduce mucha incertidumbre. Para nosotros, los académicos, forma parte de nuestro día a día, pero para un gestor puede ser complicado justificar incluir todas estas técnicas complejas y novedosas, ya que no siempre han sido validadas sobre el terreno. Desde el grupo de Hidroclimatología entendemos que es nuestra obligación el intentar transferir estos conocimientos a los gestores, que tiene una gran responsabilidad a sus espaldas, ayudándoles a encontrar el equilibrio entre la implementación de procedimientos novedosos y la utilización de métodos validados por la experiencia en campo.
Poco a poco vamos viendo que los gestores cada vez son más receptivos y entienden que de la colaboración con el mundo académico pueden nacer aproximaciones que les faciliten la incorporación de los efectos del cambio climático en la gestión del presente.
¿Qué puede aportar la metodología descrita en la guía al proceso de toma de decisiones para mitigar los efectos del cambio climático?
En nuestra opinión, la metodología que presentamos va a permitir estandarizar la forma en que se realizan este tipo de análisis y aclarar algunos conceptos que normalmente se manejan sin demasiado rigor.
Por un lado, la guía expone de forma ordenada los conceptos más importantes, aquellos que tienen que ver con los modelos, los escenarios, los periodos de referencia, etc., es decir, con todos los aspectos técnicos que definen un pronóstico de cambio climático (las llamadas climate projections en inglés). En este sentido, esperamos que permitan a los gestores a entender mejor los estudios que tienen que encargar y a entender mejor los resultados que los consultores les aportan.
Por otro lado, la guía muestra cómo realizar estos pronósticos, qué información de entrada se necesita, qué herramientas estadísticas se pueden utilizar, etc., de forma que permite que cualquier técnico pueda analizar el cambio climático de forma sencilla, pero robusta, lo que esperamos que redunde en mejores pronósticos para cualquier proyecto que se desarrolle en España, pronósticos que además sean comparables entre sí por haber seguido metodologías compatibles.
¿Puede hablarnos de algún caso práctico en el que se ha utilizado esta metodología?
La metodología que presentamos es una simplificación de la que solemos utilizar habitualmente. Simplificación en el sentido de que no siempre tenemos el lujo de contar con información hidroclimática como la que proporcionan en España AEMET y el CEDEX, por lo que parte de nuestra actividad -la específica del grupo de Hidroclimatología que lidero- consiste en la generación de las bases de datos hidroclimáticas para poder realizar cualquier análisis hidroclimático en cualquier lugar del mundo.
La metodología que presentamos va a permitir estandarizar la forma en que se realizan este tipo de análisis y aclarar algunos conceptos que normalmente se manejan sin demasiado rigor
Hecha esta salvedad, esta metodología la hemos aplicado principalmente al análisis de los efectos del cambio climático en centrales hidroeléctricas. En España, para todo el territorio nacional, de la mano de Iberdrola -uno de los primeros clientes en confiar en nosotros-; en Hispoanoamérica, en colaboración la Fundación Tecnalia, en proyectos en Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú y Argentina, financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (WB) y el Banco de Desarrollo de América Latina y Caribe (CAF); y en África, en Túnez, trabajando para Acciona, en un proyecto financiado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Cada uno de estos proyectos tiene su problemática concreta, pero la generación de pronósticos de cambio climático tiene en todos el mismo objetivo. La guía y la aplicación son el resumen del aprendizaje que hemos tenido durante el desarrollo de todos estos proyectos.
Este año han sido galardonados con uno de los Premios a la Gestión Sostenible del Agua que entrega el Observatorio del Agua de la Fundación Botín, en la modalidad de premio al talento joven, ¿qué supone para ustedes este reconocimiento?
En primer lugar, una profunda satisfacción. Que una institución de referencia como es la Fundación Botín reconozca el mérito de nuestro trabajo y nos haya concedido este premio es un orgullo y una puesta en valor de lo que hacemos.
En segundo lugar, es un incentivo para seguir conectando el mundo académico y el profesional, una invitación a seguir por el camino que vamos, esforzándonos por ir un poco más allá en nuestras investigaciones para hacerlas útiles para los profesionales del sector y estando atentos para entender los problemas que tienen los profesionales y plantear proyectos de investigación que permitan resolverlos.
Finalmente, es una puesta de largo para nuestro grupo, que es pequeño y joven. Nos va a dar a conocer y, esperamos, que nos genere más oportunidades para colaborar con empresas e instituciones, desarrollando soluciones a medida que les permita evaluar mejor los efectos del cambio climático. Va a situar el listón alto, lo que nos motivará a seguir intentando generar las mejores soluciones a los problemas que la sociedad tiene con el agua.