El grupo de trabajo Agua y Economía Circular de Conama, formado por expertos en agua, innovación y medio ambiente, ha elaborado el informe Agua y Economía Circular, un documento en el que se explica la relación entre ambos conceptos, los proyectos en marcha en este ámbito y las barreras a la que se enfrentan (falta de una regulación adecuada, la financiación y la aceptación social).
Para profundizar en dicho documento, en iAgua entrevistamos a los componentes del grupo. Hablamos con Eduardo Perero, del Área Técnica de la Fundación CONAMA.
Pregunta - ¿Qué motivó la creación del Grupo sobre Agua y Economía circular en Conama?
Respuesta - El grupo de trabajo, formado en 2016, vino motivado fundamentalmente por tres razones. La primera de ellas es que el agua no está siendo considerada como recurso esencial dentro de las estrategias en materia de economía circular y hay que reivindicar su papel.
Un ejemplo de ello es que en las primeras estrategias, planes y actuaciones en esta materia, ya sea por la Unión Europea, los estados o sus regiones, apenas consideran al agua en sus planteamientos y tienen sólo escasas referencias a la reutilización del agua.
El agua no está siendo considerada como recurso esencial dentro de las estrategias en materia de economía circular
En este sentido, también observamos que todavía muchos consideran la economía circular únicamente en el ámbito de la producción de productos e incluso, en ocasiones, se equipara con el reciclaje, cuando la economía circular es un concepto mucho más amplio. De forma que vimos necesario abrir la mirada del término e integrar otros ámbitos como el agua, recurso esencial tanto para la sociedad y la actividad económica.
La segunda de las razones fue pensar que el agua puede ser tractora de la circularidad de otros sectores. Es decir, aplicar la circularidad en el agua podría contribuir a que otros sectores dependientes se conviertan en circulares como, por ejemplo, el agroalimentario, el industrial, el energético, el turismo, etc. Además, la preservación de la calidad de las masas de agua permitiría cumplir uno de los principios de la economía circular sostenible, que es la capacidad de que el modelo económico sea regenerativo.
Por último, queríamos visibilizar el gran trabajo que el sector del agua está haciendo en el campo de la innovación. Muchos proyectos europeos de Horizonte 2020, Life, Intereg, etc., estaban siendo otorgados a iniciativas relacionados con el sector del agua, que tenía grandes propuestas para hacer el modelo económico más circular. Por ello, consideramos importante identificarlos y ponerlos en valor en Conama, a través de un grupo de trabajo que, además, ha conseguido analizar las dificultades que tienen en su aplicación y proponer medidas que permitan superarlas.
P. - ¿Qué entidades están representadas en este grupo?
R. - El grupo de trabajo se ha compuesto a lo largo de los últimos tres años por una amplia variedad de entidades de distinta procedencia: desde la administración pública, especialmente la estatal y local, las empresas y asociaciones gestoras de servicios urbanos de agua, ya sean públicas o privadas; hasta empresas prestadoras de servicios en materia de agua, energía y residuos, empresas agroalimentarias, entidades relacionadas con la innovación e investigación, medios de comunicación, etc.
Aplicar la circularidad en el agua podría contribuir a que otros sectores dependientes se conviertan en circulares
Ha sido un grupo muy participativo, bien cohesionado, que ha sabido ser generoso y entender la necesidad de trabajar por un objetivo común de poder trasladar el concepto de la economía circular a todo el sector del agua y a la vez mostrar cómo este sector puede contribuir a hacer más circular nuestros modelos económicos.
No obstante, somos conscientes que hay que integrar más visiones dentro del grupo, y es por ello que estamos difundiendo el informe a distintos ámbitos, para obtener impresiones, críticas, propuestas, etc. De esta manera, se alimentará con nuevas ideas y podrá continuar de cara a Conama 2020 conectando el sector del agua en sí mismo y con los otros con el objetivo final de cumplir la Agenda 2030.
Por todo lo dicho, me gustaría aprovechar la ocasión para decir que cualquier persona interesada en la temática, nos haga llegar sus observaciones y contribuya así a este proyecto colectivo.
P. - ¿Qué implica aplicar los principios de la economía circular a la gestión integrada de los recursos hídricos?
R. - Es una pregunta muy interesante y aún debemos ahondar mucho en ella. La economía circular ha sido más caracterizada por sus principios que definida, pero estos aún no están completamente determinados. Además, no solo es importante saber aplicarlos sino también conjugarlos.
Queríamos visibilizar el gran trabajo que el sector del agua está haciendo en el campo de la innovación
Por poner un ejemplo, podemos aplicar un principio tan básico e indiscutible como la eficiencia a la modernización de regadíos del sector agrario en áreas de escasez estructural. Sin embargo, esto habría que conjugarlo con la regeneración del capital natural y que gran parte de los ahorros obtenidos sean dedicados a reducir la presión de los recursos hídricos y disminuir las cuantías de las concesiones. Si sólo se utiliza para intensificar la producción y aumentar el agua evapotranspirada, no logramos que el modelo económico sea regenerativo, una de las características de la economía circular.
Asimismo, todos los actores participantes de la planificación y gestión del agua, pueden y deben aplicar los principios de la economía circular en sus ámbitos de competencias, e incluso más importante, pueden ayudar, de forma corresponsable, a que otros actores los adopten.
Siempre comento que la planificación hidrológica que, aparentemente nada tiene que ver con la economía circular, es para la gestión del agua como el ecodiseño para la economía circular de los productos. Muchas de las posibilidades de reparación, duración, reutilización, reciclaje, etc., todos ellos principios de la economía circular, se condicionan en gran medida en la fase de diseño y no tanto en la gestión. Esta analogía entre planificación y ecodiseño abre una serie de oportunidades a compartir herramientas entre dos disciplinas hasta ahora muy lejanas.
Por eso, la planificación hidrológica es cada vez un ámbito más importante, donde se podrían aplicar nuevos criterios, herramientas, aplicaciones, etc., sólo imitando las técnicas de los ecodiseñadores.
Me gustaría aprovechar la ocasión para decir que cualquier persona interesada en la temática, nos haga llegar sus observaciones
Finalmente, tengo que insistir en que un principio básico de la aplicación de la economía circular es la necesidad de colaborar de forma corresponsable, tanto con el resto de agentes que operan en la planificación y gestión del agua, como con otros actores de otros sectores con los que se puede interaccionar. La simbiosis industrial es en este sentido, otro de los grandes principios de la economía circular, ilustra muy bien la necesidad de mayor interacción entre sectores para alcanzar los objetivos de una economía circular sostenible.
P. - Recientemente se ha presentado un informe de este Grupo. ¿Cuáles son las principales conclusiones?
R.- Las primeras conclusiones del informe son, esencialmente, las siguientes:
- Es necesario que las estrategias, planes y programas sobre economía circular que se desarrollen en los distintos niveles de la administración y en las estrategias empresariales, tengan en consideración e integren el papel clave del sector del agua para lograr la circularidad de nuestro modelo económico. Ignorar el agua será una mala estrategia.
- El sector del agua debe sentirse implicado en la contribución de un modelo económico circular. Para ello, cada agente, en cualquiera de sus etapas, debe ser corresponsable con el resto del entidades del ámbito y con los sectores con los que interacciona (energía, residuos, agrario, industrial, etc.). Esto se puede ver de forma gráfica en el esquema que hemos elaborado de forma colectiva en el seno del grupo de trabajo.
- Hay que alcanzar una acuerdo en la definición de indicadores que midan tanto la economía circular como el papel del agua en la circularidad de la economía, y que permitan evaluar y orientar las políticas, las estrategias y las medidas que se definan e implementen en la materia, e incluso cómo abordar las políticas de innovación. El documento presentado propone una serie abierta de indicadores para el ciclo del agua, que sean útiles y fáciles de usar, y adaptables a cada escala.
- Se han identificado algunas de las principales barreras que el grupo de trabajo ha considerado que están impidiendo o ralentizando la transición de una economía más circular, que se han centrado en aspectos relacionados con la regulación, la financiación y la concienciación social.
P. - ¿Cuáles diría que son las principales barreras a las que se enfrenta el sector del agua en su transición hacia este modelo económico?
R. - El grupo ha analizado una primera batería de barreras para alcanzar un modelo de economía circular en el sector del agua que están detalladas en el informe y que puede resumirse en:
- Normativo. Es necesario realizar una revisión del marco normativo vigente para facilitar la economía circular, especialmente en determinadas normativas que inhiben los procesos que permiten el cierre de ciclos, la utilización de materias primas secundarias, la reutilización, etc. En concreto, el análisis realizado se ha centrado en dos ámbitos: la normativa europea en materia de reutilización de aguas y la de utilización de lodos procedentes de los procesos de potabilización y depuración.
- Económico. El actual sistema de valoración de los proyectos que se están emprendiendo en el campo de la economía circular en el agua, pueden sufrir problemas de viabilidad, sino se integra en un sistema de incentivos y desincentivos los costes de la no acción y los beneficios ambientales y sociales que generan los proyectos de economía circular.
- Social. La aceptación social de los proyectos en materia de economía circular son una de las preocupaciones. La confianza por parte de los ciudadanos de los servicios y productos que se generan en base de economía circular, es clave para su definitivo desarrollo. En materia de agua, por ejemplo, la reutilización de este recurso ha generado en algunos casos desconfianza y ha impedido su desarrollo independientemente de superar todas las barreras administrativas, técnicas y/o económicas.
P. - ¿Qué medidas propone el grupo de trabajo para vencer estas barreras?
R. - Las soluciones son complejas y va a requerir de procesos de negociación y cambios de cultura importantes.
Todos los actores participantes de la planificación y gestión del agua, pueden y deben aplicar los principios de la economía circular en sus ámbitos de competencias
Por un lado, se debe analizar minuciosamente la normativa para identificar y solventar aquellos articulados que están siendo un impedimento para el desarrollo de una economía circular. Esto requiere una valoración de cómo cumplir los principios de la economía circular con las garantías de seguridad necesarias, buscar formulaciones que busquen el interés público común y un apoyo decidido de la sociedad. Un ejemplo de esto es lo que se está desarrollando en la Unión Europea con los Innovations Deals, uno de ellos dedicado a la reutilización del agua.
Por otro lado, es necesario diseñar un sistema de incentivos y desincentivos económicos y/o financieros que permita no sólo tener en cuenta en los altos costes de implantación y explotación, sino también los costes de la no acción y los beneficios ambientales y sociales que generan este tipo de proyectos como alternativa a los existentes.
Además, es necesario desarrollar nuevos modelos más imaginativos de negocio, políticas innovadoras del recurso y de financiación, nuevas formas de gobernanza y participación. Se deben seguir impulsando, también, nuevas tecnologías mediante la cooperación con otros sectores y otras cadenas de valor.
Igualmente, hay que diseñar e implantar mecanismos que permitan activar los mercados en materia de economía circular, a través de la compra pública, incentivos fiscales, reconocimientos, garantías de sus procesos que permitan confiar en los proveedores, etc.
Hay que alcanzar una acuerdo en la definición de indicadores que midan tanto la economía circular como el papel del agua en la circularidad de la economía
Finalmente, para superar problemas referidos a la aceptación social, la implicación y la participación pública de todas las partes interesadas, se convierte en una imprescindible tarea. El apoyo o el rechazo a estos proyectos está marcado por la confianza de los potenciales usuarios, confianza en la tecnología y el marco regulatorio, en los gestores que llevan a cabo el proyecto y en la calidad de los productos.
Por ello, es necesario trabajar y no escatimar recursos para generar transparencia, confianza y, por tanto, es necesaria mucha inversión e comunicación, y que esta esté adaptada a cada tipo de público objetivo.
P. - ¿Qué ejemplos de éxito destacaría en este sentido?
R.- Hemos recopilado en el informe 30 proyectos de innovación de economía circular en el sector del agua clasificados en función de la etapa del ciclo integral del agua a la que pertenecen: captación (2), regadío (3), abastecimiento (2), saneamiento (18) y/ o todo el ciclo (4).
De todos ellos, seis entidades presentaron sus proyectos durante la celebración de Conama 2018 y Conama Local 2019, siendo una muestra para el público de las buenas prácticas que se están desarrollando en este campo y las virtudes que pueden suponer para la sociedad.
Es necesario trabajar y no escatimar recursos para generar transparencia, confianza y, por tanto, es necesaria mucha inversión e comunicación
Las actividades que se estaban llevando a cabo son: la creación de biofactorías, es decir, centros de recuperación y generación de recursos que buscan la reutilización del agua para nuevos usos; el aprovechamiento del biogás, procedente de la digestión de fangos de las estaciones depuradora de aguas residuales, para el combustible de vehículos; la puesta en marcha de inodoros al vacío, recuperación de nutrientes de aguas residuales domésticas o de ganadería y una gestión más eficiente y conjunta de pymes para prevenir los residuos, entre otras.