Connecting Waterpeople

Se encuentra usted aquí

La gobernanza en aguas subterráneas: "El problema de los nitratos requiere un esfuerzo coordinado"

  • gobernanza aguas subterráneas: " problema nitratos requiere esfuerzo coordinado"
    Laura Tanco, jefa de Servicio Técnico de la Oficina de Planificación Hidrológica Confederación Hidrográfica del Júcar.

Sobre la Entidad

Fundación CONAMA
La filosofía de la Fundación Conama es crear puntos de encuentro y promover la colaboración entre los diferentes interlocutores del sector ambiental para establecer redes que permitan avanzar en un desarrollo sostenible.

Una cuarta parte del agua que bebemos en España procede de las aguas subterráneas, sin embargo, la sobreexplotación y la contaminación por nitratos amenazan la supervivencia de muchos de estas masas. La Unión Europea, incluso, ha anunciado que llevará a España a los tribunales si no se toman medidas y se rebajan los niveles de contaminación.

Ante este contexto, se hace esencial contar con políticas de agua y una gobernanza que fomenten la gestión sostenible de este recurso vital y escaso para la vida. Hablamos de ello con Laura Tanco, jefa de Servicio Técnico de la Oficina de Planificación Hidrológica Confederación Hidrográfica del Júcar, y miembro del Comité Técnico sobre Gobernanza del Agua de Conama 2020.

Los análisis en el seno de este grupo pusieron las bases del informe ‘El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua’ publicado recientemente por Conama y la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), donde se han identificado importantes aspectos a mejorar en la gobernanza. Un ejemplo de ello son los mecanismos de cooperación y colaboración o la recolección de información del sector del agua, entre otros.

Pregunta: La contaminación del agua subterránea por nitratos es uno de los temas que más preocupan actualmente en el sector ambiental. ¿Cómo es la situación en España? ¿Qué problemas puede conllevar este tipo de contaminación?

Respuesta: En España, las masas de agua subterráneas juegan un papel muy importante en la atención de las demandas. Además, alimentan el flujo base de los ríos y manantiales y sirven de soporte para la vida de los ecosistemas en periodos secos. En aquellas zonas donde hay una mayor concentración de la actividad agraria se producen altas concentraciones de nitratos en las aguas subterráneas.

La normativa que regula la protección de las aguas subterráneas frente a la contaminación difusa (Directiva 91/676/CEE y su trasposición nacional recién revisada RD 47/2022) establece un límite de 50 mg/l para este contaminante y en algunos puntos se multiplica por tres e incluso por cuatro esta concentración.

Los nitratos, como nutrientes que son, pueden causar la eutrofización de las aguas superficiales, que se alimentan de forma importante desde las aguas subterráneas, además de recibir sus propios aportes de nitrato. Además, el nitrato también se limita en el agua destinada a consumo humano porque puede producir efectos adversos para la salud en su forma reducida a nitrito.

El problema principal ahora mismo no es solo las altas concentraciones detectadas, sino que no se ha detectado una mejoría o un cambio de tendencia en dichos valores, es decir, que las medidas planteadas hasta ahora no han sido efectivas. Todos estos incumplimientos, juntos con una cierta descoordinación en la toma de datos y envío de la información a la Comisión Europea, ha llevado a que se haya abierto un procedimiento sancionador a España por incumplimiento de la Directiva.

P. Desde la perspectiva de la gobernanza del agua, ¿en qué aspectos estamos fallando y qué se podría hacer para mejorarlos?

R.: La falta de coordinación entre los distintos agentes implicados y la definición clara de responsabilidades son algunos de los problemas en relación a la gobernanza que yo destacaría. En primer lugar, la contaminación por nitratos es una contaminación difusa, tanto en el espacio como en el tiempo, con lo que la responsabilidad entre los sectores agronómicos se diluye a pesar de que la relación es clara. El hecho de que la responsabilidad en materias de agua, medioambiente y agricultura recaiga en diferentes administraciones (CCAA y estado) dificulta la coordinación a la hora de remitir información a la Comisión Europea y también a la hora de establecer planes de acción eficaces.

Además, otro argumento de los agricultores es que ellos cumplen la normativa, lo que podría dejar patente un problema de incoherencia entre políticas agrícolas y ambientales. Este problema ha tratado de abordarse a través de la última modificación del RD de nitratos y el RD de alimentación sostenible de los suelos, aún en proceso de aprobación, que se han elaborado de forma coordinada.

Por último, es muy importante mejorar la capacitación de los agricultores y ganaderos para que se responsabilicen del impacto de su actividad sobre el agua, cuando además una menor aplicación de fertilizantes les reportaría un ahorro en insumos. Pero no solo a ellos sino también a los técnicos de las CCAA que deberían facilitar este asesoramiento y encargarse del control de lo que ocurre a nivel de parcela, dado que las administraciones no cuentan con la financiación ni los medios suficientes para este ingente trabajo. En resumen, el problema de la contaminación por nitratos requiere un esfuerzo coordinado entre todos basado en la confianza y la voluntad de ir en la misma dirección.

P. La reutilización del agua adolece de problemas derivados de una mala gobernanza del agua. ¿Qué aspectos de gobernanza influyen más en la gestión de las aguas regeneradas y cómo se podrían mejorar?

R.: La problemática es muy diferente, pero a la vez muy similar a la expresada en la cuestión anterior. Desde mi punto de vista, los problemas donde la gobernanza juega un papel importante son aquellos que no se van a resolver con una obra, o una ley o una única acción, sino que requieren de muchas actuaciones diferentes y coordinadas.

En el caso de la reutilización tenemos un factor normativo, por la reciente aprobación del reglamento europeo, con unos requerimientos de calidad muy estrictos y la necesidad de desarrollar unos planes de gestión con un reparto de responsabilidades que aún no está del todo claro. Tenemos un problema económico, porque hoy por hoy, en el marco legal español los costes del tratamiento necesario para la reutilización recaen sobre el usuario final, generalmente agricultores, y esto no está funcionando. Además de entrar en contradicción, en cierta forma, con el principio de quien contamina paga.

Otro factor está relacionado con la información y la confianza, dado que si el usuario final dispone de otros recursos es reacio a sustituir sus recursos por aguas regeneradas, cuando a veces su calidad es igual o mejor a los recursos de los que disponen. De nuevo es una problemática donde intervienen las comunidades autónomas y el estado, a través de las Confederaciones Hidrográficas, y se requiere una mejora de coordinación entre las administraciones.

En definitiva, es un problema complejo, pero lo que está claro es que en un contexto de cambio climático donde los recursos convencionales son y serán cada vez más escasos la reutilización está llamada a jugar un papel muy importante y poco a poco todos estos escoyos deberán ir salvándose. 

La redacción recomienda