El miércoles 18 de noviembre, y con motivo del Día Mundial del Retrete, iAgua y la Fundación We Are Water celebraron un encuentro digital para compartir diferentes proyectos y visiones para abordar la brecha del acceso al saneamiento en el mundo, así como promover un debate sobre la situación actual y los retos que enfrentamos en un escenario marcado por la pandemia y los efectos cada vez más llamativos del cambio climático.
La jornada contó con la participación de siete representantes procedentes de distintas organizaciones que promueven la adopción de medidas para hacer frente a la crisis mundial de saneamiento y el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: agua y saneamiento para todos de aquí a 2030.
David Muñoz, responsable regional de Programas Cooperación Internacional al Desarrollo de ONGAWA y asesor técnico en Agua y Saneamiento y Vasco Cote, representante de ONGAWA en Mozambique, expusieron la experiencia de ONGAWA en la mejora del acceso al saneamiento y la higiene en el ámbito rural a lo largo de casi diez años trabajando en el Distrito de Manhiça, en Mozambique. Esta experiencia, planteada desde el enfoque basado en derechos humanos (EBDH), incorpora tanto la componente de saneamiento domiciliar como la de saneamiento institucional, en escuelas y centros de salud, siempre junto con la promoción de la higiene. “En el Distrito de Manhiça, al sur de Mozambique, más del 50% de las familias no tienen #letrina y siguen practicando defecación al aire libre”, señaló David. La falta de recursos económicos y financiación, grupos especialmente vulnerables y la mayor demanda debido al crecimiento poblacional, son los principales problemas de acceso al saneamiento domiciliar.
Por su parte, Vasco Conte señaló que “las infraestructuras de saneamiento siguen siendo el gran reto de las escuelas en Mozambique”, siendo la ratio de alumnos por letrina está por encima de 100. No obstante, ONGAWA propone diferentes soluciones que pasan por la promoción de higiene y saneamiento en las comunidades o modelos de letrinas de bajo coste duraderas que respondan a las necesidades, así como el acceso a la financiación (pago a plazos) para familias con capacidad de pago y subsidios para las familias más pobres o grupos vulnerables.