En Ghana, cada día, Whoe, protagonista del corto Nothing Has Changed, finalista del We Art Water Film Festival 4, camina descalzo kilómetros para buscar agua. Si la fuente no funciona, tiene que ir al río a través de un vertedero. Como él dice “la basura está más cerca que el agua”, y sus perspectivas no son buenas: el agua del río está contaminada con residuos de la minería ilegal de oro. Mercurio, arsénico y plomo están en el agua en proporciones totalmente insalubres. Es un grave problema que azota Ghana y los numerosos países en vías de desarrollo que sufren las consecuencias medioambientales de la minería furtiva de oro. La llaman galamsey, un término que viene de la unión del significado de las palabras ghanesas "juntarlos y vender”.
La tradición de extracción de oro artesanal es muy antigua en Ghana, pero el aumento del precio de este metal noble a partir de 2007 desató una auténtica “fiebre del oro” entre los más pobres de la población acuciados por el desempleo. Se estima que unos 200.000 ghaneses obtienen ingresos de la minería furtiva que indirectamente benefician a unos tres millones de personas.
Inmigrantes en pos del oro
La fiebre del oro ghanés traspasó fronteras y llegó a China. A principios de 2019, el gobierno ghanés estimó en más de 50.000 los chinos que estaban en el país dedicados a la extracción ilegal de oro. Para el país africano, que es el décimo mayor exportador de oro del mundo, esta entrada de inmigrantes extractivistas es un problema económico serio y que ha llegado a causar este último año tensiones políticas con China: según estimaciones del gobierno la cantidad de oro que salió del país hacia el país asiático superó los 2,3 mil millones de dólares en 2016.
El 70% de las enfermedades en Ghana están causadas por agua contaminada y por la falta de saneamiento,
El problema también es social, ya que la competencia entre los mineros ilegales ghaneses y chinos es una causa de constantes tensiones y enfrentamientos, y un factor de desequilibrio en las zonas mineras en las que agricultores y ganaderos se han visto desplazados.
La destrucción del medio
Pero el problema no es sólo socioeconómico. Esta oleada de minería furtiva disparó la contaminación del agua de los ríos y acuíferos. Para extraer el oro de los minerales en los que se encuentra mezclado los mineros usan mercurio. Este metal pesado se adhiere al oro, formando una amalgama que facilita su separación de la roca o arena; la mezcla se calienta luego para evaporar el mercurio y obtener el oro. Este es el método generalmente usado por los mineros ilegales, cuyos pocos recursos impiden el uso de métodos más seguros pero más caros.
Este sistema, muy perjudicial para la salud de los mineros, es altamente contaminante para la tierra y el agua. Las actividades de los galamseyers han arruinado buena parte de la cubierta forestal de Ghana y han causado la contaminación de ríos y acuíferos.
Como explica Whoe en el corto, el 70 % de las enfermedades en Ghana están causadas por agua contaminada y por la falta de saneamiento, y 4.000 niños mueren por diarrea cada año. La población más pobre y con menos peso social está impotente ante la falta de suministro seguro de agua y la proliferación de la minería contaminante.
Agua y saneamiento para luchar contra la pobreza
Ghana es un país que ha logrado significativos avances contra la pobreza en la última década. Sin embargo, persisten en su geografía zonas muy deprimidas sin acceso al agua y al saneamiento, como el distrito de Zabzugu, en el Norte del país, en el que la Fundación We Are Water, junto con World Vision, llevó a cabo un proyecto de construcción de pozos que benefició a más de 6.300 personas en una zona donde sólo el 38,3 % de la población tiene acceso a agua potable y el 15,2 % a letrinas adecuadas. Esta es una de las principales razones por las que, en la zona, 50 de cada 1.000 nacidos vivos mueren antes de cumplir un año, y 100 lo hacen antes de cumplir los 4. También el 71,4% de los menores de 5 años sufre desnutrición crónica y el 52,1% aguda. Los proyectos de la Fundación también llegaron al municipio Old Ningo, en distrito de Prampram, donde se construyeron letrinas en la comunidad de Ahwiamun, en la que la mayoría de la población defeca al aire libre.
Los esfuerzos del gobierno para acabar con estas bolsas de pobreza, muchas de ellas asoladas por la minería furtiva, chocan con los altos niveles de corrupción, facilitada por flagrantes vacíos legales, y por la falta de la inversión en tecnología adecuada para lograr una minería respetuosa con el medio ambiente.
El padre de Whoe, el protagonista del corto, envejece enfermo a causa de la contaminación del agua. Para Whoe nada ha cambiado (Nothing Has Changed), y el agua sigue lejos e insalubre. Es una responsabilidad planetaria que personas que como Whoe sufren la falta de acceso al agua potable, no envejezcan sin haberlo conseguido.