El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, ha presentado el proyecto de investigación en la que trabajan la Agencia Catalana del Agua (ACA) y el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) para desarrollar un nuevo sistema de detección y monitorización de microorganismos no deseados (principalmente enterococos intestinales y Escherichia coli) en el agua. El proyecto pretende mejorar la toma de decisiones en la gestión de los episodios de contaminación en las playas, y aguas de baño en general, en episodios de lluvia o posibles episodios de contaminación.
Mediciones más ágiles
La ACA destinará 578.000 euros para desarrollar este nuevo sistema de control en el período comprendido entre 2020 y 2023, que hará posible detectar de una manera más rápida las posibles alteraciones de la calidad del agua de baño, con un plazo no superior a las tres horas. Hay que tener en cuenta que en la actualidad, el sistema que se utiliza permite disponer de resultados en un período comprendido entre las 24 y las 48 horas.
El consejero se ha referido a la mejora que se ha producido en la calidad de las aguas de baño en las últimas dos décadas y media explicando que "en los años 90 del siglo XX, solo el 24% de las playas tenían una calidad del agua excelente, mientras que hoy tenemos el 94%". "Todo esto", destacó, "se ha conseguido dando cumplimiento a la directiva europea de las aguas de baño, pero queremos ir más allá, avanzando en innovación, porque "allí donde ahora tenemos un sistema de control, podemos mejorando sustancialmente, yendo más allá del cumplimiento de la legislación, y mejorando el medio natural y la calidad de vida de las personas". Calvet también ha defendido "la fiscalidad ambiental finalista, como el canon del agua, que nos inventamos y que costó implementar, pero que nos ha permitido llegar donde estamos ahora" permitiendo financiar y llevar a cabo a la ACA proyectos como el que se ha presentado.
Apuesta por la investigación y la innovación
El nuevo sistema hará posible que los puntos de control sean lugares variables, no como ahora, que se cogen las muestras desde una estación fija. Además, el control analítico se podrá hacer en el mismo lugar de la toma de muestras (desde la playa, desde el coche o desde un laboratorio móvil), facilitando así la obtención rápida de resultados y facilitando la toma de decisiones.
La colaboración entre el ACA y el ICFO también prevé integrar un sistema de monitorización de la presencia de fitoplancton. Es habitual durante el verano que haya playas que en función de sus características (playas cerradas, con poco oleaje y con temperaturas elevadas) puedan tener proliferaciones de fitoplancton. En la mayoría de los casos, estos episodios no son nocivos para los bañistas y únicamente destacan para dar una diferente coloración del agua. Con este proyecto se pretende, por tanto, poder analizar también in situ y de forma rápida las concentraciones de fitoplancton responsables de las proliferaciones.