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"La reducción del consumo de agua y su reaprovechamiento es una prioridad de la economía circular"

  • " reducción consumo agua y reaprovechamiento es prioridad economía circular"
    Elena Cebrián, Consejera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana.

Sobre la Entidad

Generalitat Valenciana
La Generalitat Valenciana es el conjunto de instituciones de autogobierno de la Comunidad Valenciana, en España

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Elena Cebrián (Valencia, 1970) es Ingeniera Agrónoma por la Universidad Politécnica de Valencia y cuenta con una amplia experiencia en políticas agrarias y de desarrollo rural desde la administración valenciana, desde la Comisión Europea y desde el entonces Ministerio de Agricultura. Su currículum hace también referencia a responsabilidades en la cartera de agua, fue jefa de la unidad de apoyo de la Dirección General del Agua. Desde el verano de 2015 es responsable, nada menos, que de las competencias de agricultura, medio ambiente y cambio climático de la Generalitat Valenciana.

La Comunidad Valenciana es, sin duda, una de las regiones donde la gestión del agua cobra una importancia vital: una zona especialmente afectada por el déficit hídrico peninsular y con usuarios tan estratégicos para su economía como intensivos en uso de agua, como son la agricultura y el turismo. La economía circular es una apuesta de una única dirección en una autonomía donde no está permitido desaprovechar una gota de agua.

Pregunta: El concepto de economía circular ha irrumpido con fuerza. ¿De verdad hay un cambio de modelo productivo y de políticas públicas que lo impulsen?

Respuesta: Hay un cambio de impulso en las políticas públicas que está viniendo de la Unión Europea con el nuevo paquete de economía circular, con varias directivas que en algún caso podrían haber sido más ambiciosas, pero que en cualquier forma constituyen un buen marco de las líneas de trabajo y de los objetivos que debemos perseguir. Nos congratulamos además de que esas directivas vengan a respaldar las líneas de trabajo del Govern del Botànic en materia de residuos, que es una de las principales facetas de la economía circular, y también en esa línea se enmarcan muchas de las políticas que estamos llevando adelante. Una vez marcadas esas grandes líneas, es el momento de aprovechar los Estados miembros y las regiones el impulso político y trasladarlo a nuevas formas de trabajo, de consumo y de producción que al final supongan un mayor beneficio social y un menor impacto ambiental.

P,. Bajo un punto de vista general, ¿qué tipo de medidas pueden impulsar las Administraciones Públicas para incentivar el cambio de modelo hacia una economía más eficiente y sostenible? 

R.- Dentro de la economía circular, y específicamente en materia hídrica, damos mucha importancia a la reutilización de las aguas depuradas, la utilización de energías renovables en todos los procesos productivos y también en el regadío. En la gestión de los recursos hídricos hay un potencial enorme que requiere un tratamiento conjunto del binomio agua-energía. Debemos mantener el esfuerzo en materia de residuos, impulsar la eficiencia en la producción, en una mejor gestión de los procesos productivos, y contribuir a una mayor conciencia en la ciudadanía de lo que consumimos, de lo que generamos como sociedad, así como apostar por una producción agraria más eficiente, más sostenible, con un mejor uso de los recursos fundamentales, como son el agua o el suelo. Son pequeñas piezas que, juntas, van componiendo el mapa de una transición en la que las medidas ambiciosas en torno a la cuestión energética y la descarbonización de la economía serán fundamentales para alcanzar los objetivos del acuerdo de París frente al cambio climático. Las previsiones nos dicen que el aumento de las temperaturas puede ser más intenso, más rápido de lo que apuntaban las primeras predicciones. Por eso tenemos que hacer un mayor esfuerzo como sociedad, desde el sistema productivo y desde los hábitos de consumo y movilidad, para buscar nuevas formas de llevar una transición ecológica de la economía, generando menos residuos y utilizando los recursos naturales de una manera más eficiente y respetuosa.

P.- A nivel nacional, el anterior Gobierno del Partido Popular estaba elaborando una Estrategia Española de Economía Circular en la que, según la consulta pública recientemente realizada, la reutilización del agua tiene un papel preponderante en el Plan de Acción. ¿Cuál es su valoración al respecto?

R.- Desde el Consell participamos directamente en varios grupos de trabajo, ejerciendo incluso un papel coordinador en alguno. Hemos sido exigentes en cuestiones muy importantes como los residuos orgánicos y en otras líneas en las que se puede profundizar. Lo importante en cualquier estrategia de economía circular es que no se quede en un bonito documento de trabajo, sino que se traslade a la realidad y con la financiación suficiente para llevar adelante todos esos proyectos que tienen un componente de inversión y cambio tecnológico importantes. Para eso necesitamos que haya un sistema de financiación justo y acorde a los objetivos que se planteen. En ese sentido, la reutilización de aguas depuradas es fundamental. Si bien desde la Generalitat estamos haciendo un esfuerzo enorme tanto en términos de inversión para depuración como en cambio normativo, necesitamos también que el Gobierno de España trabaje en esa dirección.

P.- Por su parte, el presidente Puig ha anunciado la promoción de un pacto valenciano por la economía circular. ¿Quiénes serán los firmantes del pacto? ¿Qué posición tendrá el agua?

R.- Sí, se trata de un tipo de pacto que otras regiones europeas ya han firmado. En nuestro caso está previsto que participen empresarios, asociaciones de consumidores, ayuntamientos y partidos políticos. También sindicatos, para hacer posible el pacto medioambiental, con la generación de espacios de cohesión dentro del marco del diálogo social. Todo en aras de una sostenibilidad que aporte seguridad en las futuras generaciones, a la vez que la sociedad se conciencia de la importancia de fomentar un cambio en el modelo.

La reducción del consumo de agua y su reaprovechamiento en el proceso productivo es una prioridad en las políticas de promoción de la economía circular, y para ello la innovación es un factor clave. Hay empresas valencianas que ya están aplicando mecanismos y tecnologías para conseguir notables ahorros de agua y el objetivo del pacto de que todos avancemos en la misma dirección.

P.- El trasvase del Tajo-Segura ha sido fundamental para la sostenibilidad de un potente sector agrícola del levante español. ¿Apuesta por su continuidad? ¿Cree que es necesario el estudio de nuevos trasvases?

R.- Con respecto al trasvase Tajo Segura, nos hemos dotado de un marco legal y técnico que ha de respetarse, como venimos diciendo desde el primer momento, y que es necesario e imprescindible para una zona regable de la provincia de Alicante. Estamos cumpliendo nuestra parte de responsabilidad desde la Generalitat Valenciana, manteniendo las inversiones, mejorando las ayudas a las comunidades de regantes para que tanto el uso de esa agua del trasvase como de todos los recursos hídricos, sea más eficiente y sostenible. Al mismo tiempo, somos los primeros en estar preocupados por el estado de los pantanos de cabecera y por el estado de la cuenca del Tajo, pero es algo que debe abordar el Ministerio y la Confederación Hidrográfica correspondiente, porque en eso consiste gestionar de manera sostenible los recursos hídricos para todos los territorios.

Con respecto a la segunda pregunta, en principio planteamos que el debate superado de los trasvases es casi un debate del siglo XIX. Nos enfrentamos a otras necesidades y a otros escenarios climáticos, territoriales y hasta políticos, más aún si nos referimos al trasvase del Ebro. No tiene sentido plantear hoy una infraestructura de tal envergadura y transcendencia, no es un debate realista y, aparte, no resolvería los problemas actuales y futuros. Tenemos que trabajar con realidades, con las necesidades directas, con un planteamiento de futuro acorde al cambio climático y dejar de pensar que va a venir una solución como esa, de fuera, para resolver nuestros problemas.

P.- Durante los últimos episodios de sequía la desalación y la reutilización han jugado un papel clave en el aseguramiento de las dotaciones. ¿Cree que se cumplen las condiciones para que compitan directamente con otras fuentes o se emplearán únicamente para casos de emergencia?

R.- Lo que estamos planteando desde el principio y es lo que dicen todos los estudios técnicos, científicos y la Universidad, es que la solución óptima es la combinación de recursos. Recursos convencionales y no convencionales. Combinar el agua del trasvase, cuando nos referimos al Tajo-Segura, con la desalinización, la reutilización y con un uso más consciente de los recursos superficiales y las aguas subterráneas. Solo así podremos conseguir una buena gestión no solo en términos de cantidad, de volúmenes de agua disponible, sino también en términos de calidad. Tenemos que gestionar todos esos recursos de manera sostenible, consciente y respetuosa, y atendiendo a todos los usos. Esa es la gran tarea que reclamamos y en la que estamos dispuestos a colaborar, con el Ministerio y las confederaciones, porque son ellos quienes tienen las competencias exclusivas de planificación de los recursos hídricos. Ahí nos van a encontrar con lealtad y trabajo cumpliendo nuestra parte de responsabilidad, pero necesitamos ver que las Confederaciones y el Ministerio cumplen asimismo con la suya en materia de planificación y de inversiones hídricas, que a fecha de hoy no se están cumpliendo.

P.- El anterior Gobierno trabajaba sobre un Pacto Nacional del Agua. ¿Tuvieron ocasión de conocer su contenido? ¿Cuál es su postura al respecto?

R.- No hemos dispuesto de ningún documento de trabajo serio o definitivo. Hubo algunas reuniones, en las que no se avanzó lo suficiente. Creemos que hay que apostar por un marco de debate, diálogo y de discusión técnica sobre las necesidades que tenemos en la planificación hídrica del Estado, por encima de las planificaciones de cuenca. Y en ese debate es necesario que participemos los gobiernos de las CCAA, porque esa será la forma de asegurar que la ciudadanía pueda entender que todas las Administraciones estamos trabajando en armonía y pensando en el futuro, integrando de forma definitiva los condicionantes del cambio climático en esa gestión conjunta. Y de nuevo, si hablamos de un pacto, hablamos de planificación, y ésta ha de ser ágil, adaptable a los nuevos retos. Ha de ser un pacto social, no solo político, de partidos o de gobierno, y tiene que reflejarse en inversiones y actuaciones de futuro, actualizadas y adaptadas a las nuevas circunstancias del cambio climático.

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